La calle Tomás Ortuño de Benidorm ya es completamente peatonal hasta la calle Limones. El gruso de las obras para convertir a esta céntrica vía en un espacio libre de tráfico ya ha terminado y los viandantes ya pueden circular por ella sin vehículos. Así, los trabajos tienen aún algunos flecos para rematar de todo la peatonalización, aunque no supondrán ningún corte más de la calle.

El nuevo tramo peatonal discurre entre las calles Garita y Limones y en él se han llevado a cabo trabajos tanto en el subsuelo como en la superficie durante los meses que ha durado la obra. El alcalde de Benidorm, Toni Pérez, indicó ayer que está «prácticamente acabada» a falta de pequeños remates. Junto a él comprobaron el estado actual del vial el concejal de Escena Urbana, José Ramón González de Zárate; los portavoces y portavoces adjuntos de varios grupos de la corporación; y técnicos municipales.

La inversión municipal llevada a cabo en esta calle ha sido de cerca de 730.000 euros además de incluir mejoras propuestas por la empresa adjudicataria por unos 200.000 euros más. Con esa cantidad «extra» se han acometido trabajos en otras calles periféricas como Apolo XI, Carrasco, Maravall, Marqués de Comillas, San José Artesano, Urano o Marte.

Aprovechando los trabajos, también se ha acondicionado la calle Escuelas y Sant Antoni que también se ha peatonalizado colocando nuevo pavimento. En esta primera calle además, las mejoras se realizaron después de que se derribara el antiguo edificio de las viviendas de los maestros del CEIP Leonor Canalejas para que no afectaran a los mismos. Pérez destacó que con esta inversión «en el corazón» de Benidorm «continuamos con la peatonalización hecha hace un año entre las calles Mercado y La Garita» y que «tan buen resultado ha dado ya».

A salvo de inundaciones

Además de esa peatonalización y la mejora de la escena urbana, las obras también han permitido una «importante» inversión en el subsuelo donde se ha realizado una renovación profunda de las redes de saneamiento, agua y alcantarillado», alegó el alcalde. Concretamente se han reestructurado todas las canalizaciones y se ha instalado un colector de recogida de aguas, con el que prácticamente se garantiza que la calle Tomás Ortuño quede a salvo de inundaciones tradicionales, salvo que se registren lluvias de mucha intensidad.

A pesar de que el grueso de las obra ya ha terminado, a la calle Tomás Ortuño aún le quedan algunos remates como el acabado de los alcorques o el encolado de algunos puntos del pavimento. Este punto fue criticado hace días por el PSOE de Benidorm a pesar de que las obras no estaban terminadas.

Además está previsto que a lo largo de la próxima semana se instalen los controles de acceso que regularán el paso de los vehículos autorizados por esta nueva zona peatonal que se une a la del tramo inferior del vial de Benidorm.