No hay verano desde hace casi una década en el que el mal estado de la tarima de madera del Paseo de Poniente no sea un quebradero de cabeza para gobernantes y usuarios de esta playa de Benidorm. El levantamiento de las restricciones y la llegada a la ciudad de los primeros turistas ha vuelto a desatar estos días las quejas por las grietas, astillas o clavos sueltos o fuera del sitio que pueblan esta infraestructura, que urge desde hace años una solución que no acaba de llegar. Ahora, el Ayuntamiento de Benidorm volverá a hacer un arreglo provisional para evitar cortes o accidentes en temporada alta, aunque desde el gobierno local recuerdan que su principal objetivo no es poner nuevos parches como ha venido haciendo hasta ahora, sino poder reponer toda la pasarela en cuanto la Jefatura Provincial de Costas, quien tiene la competencia sobre el mismo por estar en zona de servidumbre, dé su «ok» al proyecto.
Mientras eso ocurre, el consistorio tiene previsto contratar en las próximas semanas a una empresa externa de carpintería para reparar de urgencia las zonas más deterioradas y problemáticas de la tarima antes del inicio del verano y de que, con él, desembarquen en la playa un mayor número de vecinos y turistas. Así lo ha confirmado el concejal de Obras y Espacio Público, José Ramón González de Zárate, quien aseguró que aunque la brigada municipal de Servicios Técnicos realiza repasos de esta infraestructura, no hay actualmente en la plantilla ningún carpintero especializado que pueda llevar a cabo esta labor, de ahí que sea necesario contratarlo de fuera.
En paralelo a esta nueva reparación exprés de la tarima, el gobierno local de Benidorm volverá a reunirse la próxima semana con la jefa del Servicio Provincial de Costas, Rosa de los Ríos, para presentarle un nuevo proyecto de sustitución de toda la pasarela. Benidorm ya redactó un documento anterior en el año 2019 que preveía reemplazar los 5.400 metros cuadrados que actualmente ocupa esta tarima de madera por una estructura de varias capas rematada con hormigón impreso simulando un acabado de madera, con el que se le daría una apariencia muy parecida a la actual. La actuación fue valorada entonces por cerca de 1,2 millones de euros y, según planteó el Consistorio, acabaría además con los problemas de deterioro propios de la madera, dado que el nuevo material apenas necesitaría un mantenimiento básico.
Este proyecto, no obstante, fue rechazado por los técnicos de Costas. Y en sus reparos se oponían, principalmente, a la fórmula de anclar el nuevo material al suelo, dado que, al estar ubicado sobre la zona de playa, no está permitido poner nada «estable» sobre la arena que no se pueda mover, como ocurría con el hormigón propuesto por los técnicos municipales.
El edil de Espacio Público ha explicado que los técnicos del Ayuntamiento le han dado una vuelta al proyecto y lo han adaptado a todos los requerimientos que en su día formuló Costas, aunque no quiso avanzar más detalles sobre el mismo sin ponerlo antes en conocimiento de Rosa de los Ríos. González de Zárate indicó que en la reunión participarán tanto él como la edil de Playas y Medio Ambiente, Mónica Gómez, y que ambos confían en que, esta vez sí, se pueda obtener rápidamente el permiso necesario para poder llevar a cabo la retirada y colocación de la nueva pasarela.
Ahora bien, el edil matizó que, aunque se obtengan las autorizaciones en las próximas semanas, la reposición de esta infraestructura se pospondrá ya hasta pasado el verano, para no entorpecer ni causar más molestias a los usuarios de las playas. «Estamos a las puertas de junio y, por plazos, sería totalmente inviable poder cambiar ahora la tarima sin causar excesivas molestias en plena temporada», explicó el concejal. Por tanto, los planes municipales pasan por reparar ahora los desperfectos más urgentes y dejar la obra para principios del próximo año, cuando la ocupación y el uso de las playas es menor.
Materiales Menor calidad de la prevista en el proyecto inicial
La principal causa de los problemas que arrastra la pasarela de Poniente derivan de la obra del construcción del nuevo paseo marítimo, ejecutada por la Generalitat e inaugurada en 2009. Al año siguiente de finalizar la obra, cuando comenzaron a surgir los primeros problemas, los técnicos municipales emitieron un informe en el que alertaban de que se había rebajado la calidad de los materiales del proyecto inicial para abaratar el coste, de modo que en lugar de ipé, una madera tropical para exteriores y con una resistencia casi irrompible, se había colocado madera de pino, más suave, voluble y con mayor facilidad para sufrir desperfectos.
