Cientos de personas dan su último adiós al alteano José Ángel Navarro “Barranquí”

La Cofradía del Castell de l’Olla concede al impulsor del espectáculo pirotécnico la máxima distinción de presidente honorario a título póstumo

Sepelio de Jose Ángel Navarro

Sepelio de Jose Ángel Navarro / Diego Coello

Este sábado amaneció gris y nublado, igual que el sentimiento de miles de alteanos enterados del fallecimiento de José Ángel Navarro Montaner, “Barranquí”, acaecido el viernes. El cielo encapotado permaneció así todo el día, pero se abrió a las 5 de la tarde con un rayo de sol iluminando la plaza de la Iglesia para acompañar a la comitiva fúnebre de quien fue cronista oficial de la villa de Altea y creador de las fiestas de Moros y Cristianos en mayo de 1979, cuando tenía 27 años y presidía como clavario la comisión de fiestas del Cristo del Sagrario, e impulsor del afamado evento pirotécnico internacional Castell de l’Olla en agosto de 1987. 

Como en las corridas de toros, de cuyo arte era gran entendido (le unía una fraternal amistad con los diestros Luis Francisco Esplá y Pepe Martínez “El Algareño”), las cinco de la tarde fue la hora en que el féretro con sus restos mortales entraba por la puerta grande del templo parroquial de Nuestra Señora del Consuelo seguido por sus familiares y amigos. Las cinco de la tarde. Momentos en que vinieron a la mente algunas estrofas de la obra de Federico García Lorca, “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”: “… En las esquinas grupos de silencio / a las cinco de la tarde… Un ataúd con ruedas es la cama / a las cinco de la tarde… ¡Ay qué terribles cinco de la tarde! / ¡Eran las cinco en todos los relojes!...”.

El templo estaba abarrotado de gente que asistía a darle su último adiós a quien fue rey moro de las fiestas de Altea en 1988 con la filà Beduïns y pregonero de las mismas fiestas en 1994, además de clavario de las fiestas del Cristo del Sagrario en 2004, veinticinco años después de crear las de Moros y Cristianos, creador del Centro de Iniciativas Turísticas de Altea en la década de los 70 del siglo pasado, editor de casi un centenar de libros, e investigador sobre la historia de Altea y el Reino de Valencia con una biblioteca que supera los 30.000 ejemplares.

En la homilía del funeral, el sacerdote René Diógenes, capellán de la Comunidad de Carmelitas de La Olla de Altea, transmitió el pésame de las hermanas del Monasterio recordando “la generosidad de Barranquí con ellas. Prueba de su bondad es que Pepe derramó cariño, cercanía y amistad”, aseveró. Tras la misa, un cantaor amigo de Navarro Montaner, interpretó la Salve Rociera mientras los cientos de alteanos asistentes al sepelio daban el pésame su familia.

Presidente Honorario del Castell de l’Olla

Los miembros de la Cofradía del Castell de l’Olla, cuya mayoría empezaron con Barranquí en 1987 la aventura de este evento pirotécnico que se lanza enteramente desde el mar y que es contemplado cada segundo sábado de agosto por más de 50.000 personas, estaban este sábado completamente abatidos. Para el actual presidente de la cofradía, José Pérez Gorgoll, “Picarraco”, “es un día muy triste porque Barranquí ha sido la esencia del Castell de l'Olla y sin su persona, su trabajo, su constancia y su ilusión, no hubiéramos llegado a la XXXIV edición de nuestra fiesta del fuego”. 

Picarraco añadió que Barranquí “nos ha dejado, pero seguirá en el imaginario colectivo de los alteanos como impulsor de nuestras tradiciones y fiestas, y como referente de la cultura, el turismo y la gastronomía de la Comunitat Valenciana”. Por todo ello, Pérez Gorgoll anunció que la junta directiva de la entidad “ha decidido conceder la máxima distinción de presidente honorario de la Cofradía Castell de l'Olla de Altea a título póstumo”.

Un hombre de ideas innovadoras

Por su parte, el alcalde de Altea, Jaume Llinares, señaló tras el sepelio que José Ángel Navarro, “siempre ha sido desde muy joven un hombre con ideas innovadoras dedicándse en cuerpo y alma las facetas de la culura, el turismo, la gastronomía y las fiestas de Altea”. El alcalde recordó cuando “Pepe Barranquí editó la Carta Pobla del año 1279 otorgada por el rey Pedro III el Grande”, y como en 2019 “recibió el homenaje de la Associació de Moros I Cristians Sant Blai durante la celebración del 25 aniversario de las fiestas por ser el presidente de la gestora que las creó en 1979”. 

Finalmente, Jaume Llinares dijo de Navarro que “fue una de las personas que formaron el entramado social que acaba revirtiendo y dándole vida al pueblo. Promocionó mucho a Altea, y aprovechó sus restaurantes El Cranc y L’Olleta en la playa de La Olla para, con sus arroces y pescados, atraer a numerosos artistas, cantantes, políticos, actores, escritores, etc. que posteriormente fueron el altavoz de las grandes virtudes que tiene nuestro municipio”, y apostilló que “lamentamos muchísimo su falta porque era una persona relevante en nuestro pueblo”.

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