"Ha sido muy complicado llegar hasta aquí, pero aquí estamos". Tras dos años de parón por la pandemia y en los que la recaudación y el apoyo de patrocinadores se han visto muy mermados, la Hoguera La Cala, la única comisión de San Juan que sobrevive en Benidorm, ha logrado sobreponerse y volver a plantar sus monumentos para celebrar este año su 40+2 aniversario.

De esta manera, la calle Santander, en el barrio de La Cala, se ha vuelto a llenar de música, colorido e ilusión gracias al medio centenar de festeros que componen esta comisión y a sus dos monumentos, que el viernes por la noche arderán de la mano de las belleas María Pilar Pérez y Laura Cerrato.

La bellea mayor, María Pilar Pérez, recorre el monumento que quemará la medianoche del próximo viernes. David Revenga

El camino para llegar hasta aquí no ha sido fácil. Así al menos lo explica el secretario de la Hoguera La Cala, Óscar Urbiola: "Hemos pasado por un montón de sensaciones. Primero, miedo por volver a juntarnos, sobre todo por la gente mayor o las personas de riesgo; después, la incertidumbre sobre si podríamos volver a vernos en nuestro local, si podríamos tener carpas; y luego, lógicamente, pues gente que tenía la duda de si seguiría o no en la comisión", explica.

Además, también tuvieron que cambiar muchas de las rutinas que hasta ahora hacían de la comisión lo más parecido a una familia: "Nos juntábamos cada dos semanas en el local para hacer comidas de convivencia, para jugar al bingo las personas más mayores,... Y tuvimos que dejar de hacer muchas actividades colectivas por culpa del virus", añade.

Sin embargo, los foguerers de La Cala defienden que, a pesar de todo, "hemos conseguido plantar dos monumentos, tener nuestra carpa y organizar unas fiestas bastante buenas para las circunstancias". Y, sobre todo, para poder celebrar como se merece los 40 años de historia de esta entidad, que llegan con dos años de retraso puesto que debían haberse celebrado en las Hogueras de 2020.

Carpa instalada en la calle Santander para vivir estos días de fiesta. David Revenga

Esto ha sido posible, entre otras cosas, gracias a que la comisión ha conseguido mantener el número de socios en unos niveles similares a los que contaba antes de que estallara la pandemia. "Del 19 al 22 hemos tenido siete u ocho bajas, pero este año hemos logrado recuperar a diez miembros de la Hoguera, que en su día estuvieron entre los fundadores y que ahora han vuelto con sus hijos y nietos", mantiene Urbiola.

Así, aunque la recaudación por cuotas se ha logrado igualar al de otros ejercicios, el secretario explica que el resto de ingresos sí que se han visto bastante mermados. Sobre todo, los procedentes de las publicidades del "llibret" y los patrocinadores: "Hay muchos negocios que en estos dos años han tenido que cerrar o que lo han pasado mal por la crisis que ha traído el covid-19 y, cuando hemos ido a pedirles un donativo, nos han dicho que no podían colaborar", relata este festero. Finalmente, a pesar de todo, el presupuesto de este año estará por encima de los 25.000 euros

Ahora, después de disfrutar de estos días como si estos dos años de paréntesis no hubiesen existido, con música, pasacalles, y la mascletà y la cremà previstas para el viernes, la Hoguera La Cala tiene claro el objetivo para 2023: recuperar patrocinadores y volver a celebrar las fiestas de San Juan por todo lo alto.

Una fiesta con tradición pero en declive

A pesar de la dilatada tradición que hay en Benidorm en la celebración de las fiestas del fuego en honor a San Juan, las Hogueras están en declive en la ciudad desde mucho antes de que irrumpiera la pandemia provocada por el covid-19.

Como ocurre de nuevo este año, la Hoguera La Cala ya fue en 2015 la única que plantó sus monumentos en la ciudad, después de la desaparición de otros hermanos de fuego que habían compartido con ella hasta entonces las celebraciones.

La Hoguera Apolo XI, una de las que tuvo más solera y que movía a muchísimo público en pleno centro de Benidorm, fue la primera en caer. Después, ocurrió lo mismo con la Foguera El Mercat, que plantó por última vez en el año 2011, al igual que la Hoguera Bali-Entre Calas. Por último, en 2014 plantó por última vez la Hoguera El Campo, dejando entonces a La Cala en solitario como último reducto de estas fiestas alicantinas.