No será una obra fácil por lo que el tiempo de ejecución será más largo y el presupuesto elevado. Los trabajos para reparar el talud que cayó sobre un edificio de la primera línea de Poniente en Benidorm se realizarán en dos fases debido a la dificultad que presentan los trabajos. En la primera, se realizará la retirada de los escombros y limpieza de la zona. La segunda servirá para consolidar la alta pared y evitar que se produzcan más incidentes.
Así lo explicó a este diario la concejala de Urbanismo, Lourdes Caselles, quien indicó que la actuación "ya ha sido adjudicada" tras una orden de ejecución por urgencia a una empresa especializada en este tipo de trabajos. Como ya publicó este diario, el Ayuntamiento las hará de forma subsidiaria; es decir, se asumirá por el consistorio y después se reclamará el coste al propietario.
Pero arreglar lo que se vino abajo con las lluvias del pasado mes de septiembre no será fácil. Entre otras razonas porque la zona donde se encuentra el desprendimiento es de difícil acceso. En concreto, el talud está en la parte trasera del edificio Velázquez, en la avenida Armada Española de Benidorm, en primera línea de la playa de Poniente. Así, las fuertes precipitaciones del hace dos meses hicieron que parte de la pared de varios metros de altura se precipitara sobre el estrecho pasillo de la zona de atrás del inmueble. Entre los escombros, una gran losa de hormigón entró de lleno por la pared del baño de la vivienda del conserje que en ese momento no se encontraba en casa.
El susto fue tremendo y los vecinos aún están a la espera de una solución que ya está sobre la mesa. La edil explicó que ya se redactó el proyecto y que ya se ha adjudicado a una empresa que en estos momentos "está a la espera de que se dé el visto bueno al estudio de coordinación y salud por parte de la Magistratura de Trabajo". En el momento en que reciban el sí y tengan toda la documentación necesaria, se pondrán manos a la obra.
Pero, ¿cómo se va a hacer? Las obras se harán en dos pasos por parte de la misma mercantil. El primero, el desescombro y limpieza de la zona, según confirmó la concejala. Una ardua tarea debido a las dificultades de acceso y del terreno. La segunda fase será consolidar el talud y arreglar toda esa elevada pared para garantizar la seguridad y que no vuelva a venirse abajo bajo ninguna otra circunstancia. Técnicos municipales y de la empresa especializada han acudido ya a la zona para revisar el estado de la misma y comprobar los daños sufridos. Ahora solo falta el último paso burocrático para poder comenzar a retirar las piedras y losas y reparar lo dañado.
El presupuesto para esta actuación es de alrededor de 150.000 euros por "la dificultad que entraña" para empezar en la redacción del proyecto pero también la actuación en sí. La zona tan estrecha donde se ubica requiere de un estudio casi al milímetro de como actuar. Así, el Ayuntamiento ya se ha enfrentado a otras situaciones similares cuando se desprendió también una parte del talud del Tossal de la Cala en 2020. En aquella ocasión se actuó "descolgándose" desde la parte más alta.
Con todo, además de la dificultad de las obras, se añade otra cuestión: la avenida Armada Española se encuentra inmersa en una actuación para crear una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Por lo que los trabajos para la limpieza y reparación del talud se tendrán que coordinar con estas obras para facilitar el paso de la maquinaria, entre otras cuestiones, a la zona afectada, según explicó la concejala de Urbanismo.
Los vecinos, a la espera
Dos meses han pasado desde que las lluvias intensas sobresaltaran a los vecinos del edificio Velázquez, una construcción característica de esta zona de los años 70. El talud que ya les había dado algún que otro susto se vino abajo mientras dormían. La casa del conserje quedó destrozada y llena de barro. Las máquinas del restaurante de que se encuentra en el local junto al portal también sufrieron daños.
Desde entonces, los residentes están a la espera de que se actúe y se arregle la alta pared que tienen detrás de sus casas. Algunos se fueron y no volvieron por el miedo a que, con otras lluvias, la situación fuera a peor. La noticia de que el proceso para reparar esta zona está en marcha les alivia, pero esperan que sea lo más rápido posible.
Es el caso de Javier Bautista, gerente del restaurante Paquillo, que está abierto desde el año 1993, y está sufriendo las consecuencias de todo este tiempo cerrado. Como ya publicó este diario, se vio obligado a echar la persiana casi en plena temporada y ahora teme no llegar al puente de diciembre o la Navidad con las puertas abiertas. "Sigo esperando que vengan y lo arreglen", indicó. Porque no puede perder más tiempo ni más clientes.
"Espero que sea lo antes posible y poder volver a abrir el negocio", apuntó. Porque "me gustaría poder trabajar para el puente y las fiestas de Navidad", añadió. Porque su negocio tiene mucha clientela fija que conoce el local y siempre acude y ahora lo ven cerrado. Como él, todos los vecinos esperan que la solución llegue rápido y no estar pendientes de un talud.
