El contenido de este artículo sería muy distinto si lo escribe un anatómico, un médico, un ciudadano o un poeta. Voy intentar hacer una mezcla de todo ello.

     El cuerpo, todo tu cuerpo en su conjunto, es un órgano parlanchín. Con el puedes mantener un lenguaje muy sólido, aunque no utilice el sonido. Emite vibraciones, ondas, que los demás pueden captar y conocer mejor cómo eres.

     No cabe duda que el hombro puede describirse como el lugar donde alguien que nos quiere apoya, reclina la cabeza. Con ello nos demuestra su afecto.

      El corazón es un lugar lleno de amor, y ocupado por muchas personas, familiares o amigos. Pero puede ser incluso las mascotas, o algunos objetos fotos etc.

    Los labios son una parte de la cara que sirven para expresar lo que queremos, y cuanto lo queremos.

      La cabeza suele situarse en la parte alta del cuerpo, y es bueno que ocupe ese lugar porque nos permite soñar, nos ayuda decidir, aunque en ello muchas veces se confunde con el corazón. Algunos ven volando por encima de ellas nuestras metas. Otros, más irónicos, ven en ellas el lugar de anclaje de los cuernos. Es curioso porque desestimaba que éstos los ponen las mujeres a los hombres cuando practican el sexo con otros hombres que no son su pareja, sin embargo, sería más frecuente que resulten de salir por que el sujeto acumula mala uva o mejor mala leche.

     Las manos, son una parte extrema del cuerpo pero que nos permite acariciar, y también coger cosas, incluso si las llevamos a la boca comer.

      Los ojos, localizados en la cabeza nos permiten disfrutar de la belleza ambiente, en captar la realidad de lo que nos rodea, incluso situarnos en qué momento del día estamos. Es importante saber siento ver que percibir.

     Los pies son como tú raíces, tu lugar de asiento. Gracias a su determinación consigues desplazar te con tus piernas.

        En el abdomen se acumulan tus alimentos, en el has vaciado el hambre, y muchas veces lo has llenado de alimentos placenteros.

     La nariz es el órgano que te permite captar las esencias de lo que te rodea, de los olores que desprenden .

    El pelo contribuye de forma importante a definir tu imagen. Te enseña lo que es la vida, salir, crecer, cambiar de color, caer. Es increíble lo que nos podemos gastar en la peluquería.

      La mandíbula te ayuda a partir los alimentos, a hacer los más pequeños, para que puedas digerirlos mejor, pero si se levanta dibuja en tu cara un rostro de altivez, de orgullo.

     El pecho, en la mujer no solo es signo de feminidad, ayuda a conformar su figura. Y no lo olvidemos en el ciclo vital es clave para alimentar a los recién nacidos.

     Las caderas no sólo sirven para expresar con orgullo lo que somos, cuando sobre ellas apoyamos nuestras manos, también forman parte de nuestra grua, donde enganchan las extremidades inferiores, y gracias a ella nos desplazamos.

    Las rodillas son zona de giro. Gracias a ello los talones se acercan se alejan del muslo, podemos caminar y desplazarnos por el camino de la vida.

     Los genitales, no sólo definen nuestro sexo, son un área generadora de placer. En realidad, son como una puerta de entrada y salida. Por el pene salen los espermatozoides, padres de la vida. Por la vagina sale el recién nacido, el inicio de la vida.

     Los dedos son asiento del tacto, con ellos apreciamos lo que nos rodea, podemos acariciar. También colocar en ellos anillos, que pueden expresar unión. Los intercambiamos el momento de casarnos.

      Orejas y nariz, además de conectarnos con el resto del mundo a través de los olores o las ondas sonoras, son lugares donde algunos perforan y colocan pendientes o piercings. Sirven para modificar nuestra imagen, y con ellos algunos pretenden aumentar su belleza. Una vez más conviene diferenciar oír de entender.

  No cabe duda que gracias a los músculos podemos movernos, pero es algo más, dan forma a nuestro cuerpo, dibujan nuestra silueta, de hecho, hay algunos que utilizan muchas horas en el gimnasio para hacerlos crecer.

    Las uñas no sólo permiten rascarnos, y aunque las utilizamos menos que ciertas aves, como las rapaces, que le sirven para coger animales e alimentarse, las podemos utilizar para embellecer nuestras manos, y es muy frecuente quien las cambia de color.

     Puede que el ano, el culo, goce de peor fama. Es injusto pues, además de servir para que eliminemos los alimentos que no hemos absorbido, nos permite que sentados estemos cómodos y descansemos. Y aún encontrarían otras utilidades más divertidas los que son homosexuales masculinos.