La historia continua. Antonio también había sido despedido como conductor de camión en su empresa de transportes. El desastre económico y emocional era bestial. No sabía, ni como se lo iba a contar a Paqui, que situación tan dramática y penosa.

Pero bueno, le hecho un par de… y se lo dijo a su mujer. Dentro del desastre, por lo menos iba a cobrar la indemnización de vente días y tenía dos años de subsidio de desempleo por delante. Aun, los pobre dando gracias a Dios. Aunque Antonio se encontraba indignado después de tantos años. Pero así, es la puta situación que nos está tocando vivir, a todos los ciudadanos del reino de España.

Antonio no quería estar parado, pretendía buscar trabajo lo antes posible y si no lo encontraba como así iba a pasar, tenía una idea que aunque arriesgada, podía ser una buena salida, para la situación que estaba atravesando su familia. Como él tenía contactos de tantos años en la profesión como transportista. Con la indemnización que había recibido del despido, se compro una furgoneta de segunda mano, pero en muy buen estado y se ofreció a empresas como autónomo, con vehículo propio, para transportar todo tipo de mercancías. No le falto la faena, en poco tiempo lo llamaron de una empresa de paquetería y empezó a trabajar por cuenta propia, con un contrato mercantil.

Era uno de esos emprendedores, que han surgido de las cenizas de la anterior sociedad de bienestar, que ha sido totalmente destruida, en el transcurso de estos años.

Hay que ser positivos y valientes, sobre todo, en esta situación de quiebra económica y social. Y reinventarnos. Y si nadie nos quiere ofrecer una nómina, o sea, un trabajo digno, ya que los poderes públicos no han sabido mantener el estado de bienestar, por lo menos, que intenten ayudar a los emprendedores y entusiastas, que pueden sacar a este país del agujero negro, en el que se encuentra. Creando trabajo con su propio esfuerzo. Por suerte hay muchas personas como Antonio, en nuestro país, gente con ganas de trabajar y crear riqueza, sin más ayuda que una idea entusiasta y ganas de ponerla en práctica, aunque las ayudas del Estado, sea cero.

Por lo menos, Antonio y Paqui y el pequeño Antoñin, pueden vivir dignamente en este país, que ha pasado a la categoría del tercer mundo, por la mala gestión de los políticos mediocres que nos gobiernan.