Lo interesante siempre es tener el cadáver encima de la mesa de operaciones, señalar sus accidentes habituales, la frialdad de la piel acartonada, la dureza de las ideas. Y lavarlo, ponerlo guapo, mostrarlo advirtiendo: esto es lo que os espera. Banqueros, milicos, ejércitos, policías, sacerdotes, políticos de gomina y traje azul tul. Lo importante es conocer en profundidad el cuerpo muerto y estirado del enemigo. ¿Veis?, ¿No veis?, ¿Mirais?, ¿Comprendeis?.