La composición del grupo con los rivales del Hércules en Primera RFEF

Falta por identificar a 12 equipos. El resto de competidores de Primera RFEF del próximo curso, exactamente 28, ya se conocen. De ellos, atendiendo al reparto aprobado por la Asamblea de la Federación Española el verano pasado, 13 pertenecerían al grupo 1 y 15 al grupo 2, el que le correspondería al Hércules si se repite el mismo criterio de distribución de bloques.

Además de los compañeros de la Comunitat, Alcoyano, Intercity y Villarreal B, los blanquiazules también se medirían con los andaluces Sevilla Atlético, Algeciras (sin Lolo Escobar en el banquillo tras no ser renovado), Recreativo de Huelva, Antequera y Atlético Sanluqueño. Junto a ellos, estarían también el Real Murcia y el Mérida; y, seguramente, varios de los equipos de la capital: Atlético Madrileño, Real Madrid Castilla, Alcorcón o Fuenlabrada.

Faltan por dilucidar los cinco que pueden ascender este fin de semana a la tercera categoría, entre ellos el Orihuela, que defiende en Barakaldo una ventaja de 3-1 lograda en Los Arcos; los seis que se quedarán sin subir a Segunda División después del «play-off» que encaran Ceuta, Nàstic, Málaga, Celta B, Ponferradina, Córdoba, UD Ibiza y Barça B.

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A la media docena que no consiga ingresar en el fútbol profesional se unirá el último de los cuatro equipos que caerán a Primera RFEF, Amorebieta o Mirandés. Ya son carne de tercera categoría nacional, además del filial del submarino amarillo, el Andorra de Piqué, al que de nada le valió recurrir al técnico milagro del Badalona, y el Alcorcón.

Una vez que se resuelva esta última parte del puzle, tocará votar la distribución más deseada por la mayoría, que suele coincidir con la que prefiera la territorial andaluza, que históricamente es quien más equipos tiene presentes durante el sufragio asambleario. El criterio, en las dos ediciones anteriores, cambió de un año a otro. En el primero fue Norte-Sur y en el segundo Este-Oeste. En los dos casos usando a los conjuntos madrileños como comodín para completar los cupos.

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Si se prorroga la última propuesta, el Hércules ya conocería a 14 de sus adversarios y tendría fácil llegar hasta los 20 porque Orihuela, Betis B y Marbella afrontan la vuelta de la final por el ascenso con ventaja, mientras que el Yeclano está obligado a remontar la derrota mínima (2-1) que se trajo de Los Pajaritos. Si pasan todos, serían 19.

De los clubes que promocionan para meterse en Segunda División, Nàstic, Málaga, Córdoba, Barça B e Ibiza, por razón geográfica, son susceptibles de acompañar al Hércules en el denominado grupo 2, en el que tanto Alcoyano como Intercity han defraudado sus expectativas y se han quedado lejos de la zona noble de la clasificación otra vez.

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Lo que sí parece inamovible es que todos los valencianos compartirán el mismo bloque, sea cual sea definitivamente, porque es más fácil no quebrar núcleos territoriales en la elaboración de dos grupos que en la confección de cinco, como sucedió el ejercicio anterior con el conjunto de la Vega Baja, al que se arrancó del grupo 3, el del Hércules, el que le debía tocar por lógica, para cuadrar el 4 (andaluz).

El procedimiento es sencillo. La RFEF propondrá dos fórmulas de distribución en la asamblea prevista para mediados de junio y cada territorial, después de escuchar a los representantes de los diferentes clubes, votará cuál elige. El desenlace se aprueba por mayoría simple. La buena comunicación de Madrid con el resto de comunidades hace que sus equipos sean los más fáciles de partir para competir en grupos distintos.

«Multón» por la fiesta del ascenso en el Rico Pérez

El Hércules se expone a una multa de 12.000 euros porque la Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, también denominada Comisión Antiviolencia, ha considerado que, por la celebración de la afición sobre el césped del Rico Pérez nada más señalarse el final del partido contra el Lleida, ha incurrido en una «infracción grave».

El órgano dependiente del Ministerio del Interior ha fijado esta cuantiosa sanción por, en sus propias palabras, «permitir una invasión multitudinaria del campo al final del partido de Segunda Federación Hércules de Alicante CF – Club Lleida Esportiu para celebrar el ascenso de categoría del equipo local cuando los jugadores de ambos equipos todavía permanecían en el terreno de juego. Además, durante esta invasión masiva, varios aficionados activaron diversas bengalas y botes de humo en el propio campo entre una gran multitud de aficionados y jugadores».

La competencia para aplicar el castigo que propugna Antiviolencia la tiene la Delegación del Gobierno, con sede en València, por ser inferior a 60.000 euros. El Hércules no ha recibido ninguna notificación al respecto y tampoco es fácilmente predecible en qué momento se producirá.

Cuando llegue, antes o después, los servicios jurídicos blanquiazules dispondrán del plazo que le indiquen para poder presentar sus alegaciones. Una vez las elaboren y las registren, se tiene que emitir una nueva propuesta de resolución por parte de la Delegación, sobre la que se pueden presentar nuevas alegaciones antes de la resolución definitiva, de modo que aún falta bastante para conocer la resolución final.

El Hércules consigue el ascenso

A esta cantidad habría que sumarle los solo 602 euros que le ha impuesto el Juez Único de la RFEF por idéntico motivo y por el mismo grado de infracción. El desfase es tan desproporcionado que parece una broma de mal gusto como reacción punitiva a un acto festivo, espontáneo en el que no hubo ni atestados policiales ni actuaciones médicas o sanitarias de ningún tipo y los propios futbolistas vivieron con máximo júbilo, sin correr peligro, participando activamente de la celebración.