No me quiero poner intensa con las reivindicaciones sociales, pero lo cierto es que éste es un artículo homenaje a las mujeres que luchamos día a día para conseguir que nos traten igual que a los hombres. Y, por supuesto, no me refiero al feminismo mal entendido: no somos iguales pero merecemos un trato igualitario. La neurociencia ha demostrado con multitud de investigaciones que nuestros cerebros son diferentes, pesan diferente, tienen zonas más grandes o más pequeñas según el sexo, etc. A mí me encanta que mi marido se haga a un lado y me deje siempre pasar delante de él en el umbral de una puerta. Pero también que no me paguen menos por ser mujer, por ejemplo.

Esta semana nos hemos encontrado en EEUU con una situación de puro machismo. El inigualable Donald Trump, que está compitiendo con otros dieciséis candidatos para convertirse en candidato republicano a la Presidencia de EEUU nos ha regalado una de sus perlas. En la revista Rolling Stones se publicaba un reportaje suyo en el que hace un comentario sobre la cara de su única oponente femenina, Carly Fiorina. Textualmente dice: “¡Mira esa cara! ¿Alquien votaría por “eso”? ¿Puedes imaginarte eso, la cara de nuestro próximo Presidente de EEUU?”.

Unos días después se celebraba un debate entre once de los dieciséis candidatos. Cuando el entrevistador le pregunta a Carly Fiorina ella hace un gesto muy interesante. Pero primero os quiero contar, para que podamos entender mejor el gesto, que Carly ha sido nada menos que la primer mujer en presidir una compañía “Fortune 20”. Fue durante varios años CEO de Hewlett Packard, nombrándola entonces la prestigiosa revista Fortune como “la mujer de negocios más poderosa”. Nada más y nada menos. Ha tenido sus éxitos y sus fracasos, pero no cabe duda de que se trata de una mente brillante. Y además ha superado un cáncer de mama.

Bien, pues una vez puestos en situación, me gustaría que pincharas en el vídeo y fueras directo al minuto 1’29. El entrevistador le acaba de preguntar por esas declaraciones de Trump. Ella se ríe para darse un tiempo para contestar. Y… (pincha el vídeo)

https://www.youtube.com/watch?v=ZlEjCsJpD0g

Carly Fiorina tiene un micropicor en la zona del bigote. No digo que tenga bigote, hablo de la zona. Nos pica esa zona cuando nuestra autoridad está siendo cuestionada. Una mujer poderosa y formada que ha conseguido mucho, pero que es juzgada por alguien por su cara.

La respuesta que da Carly Fiorina parece ensayada, está muy bien expresada. Es elegante en su discurso, tanto a nivel verbal como en sus gestos.

Sin embargo, si seguimos viendo un poco el vídeo, podemos ver que en el min. 1’40 levanta el mentón, en cuanto acaba de hablar. En este contexto, podemos entender este gesto como un gesto de superioridad. Se siente superior a él y su cuerpo se lo está haciendo ver.

Y por último, fíjate en la cara de Donald Trump cuando ella acaba de hablar y el público aplaude (min. 1’46). Pone los labios en ostra, hacia dentro. La lectura que podemos hacer de este gesto es que se guarda información, no va a decir todo lo que querría, y además reprime ira. Me recuerda otro artículo que escribí sobre Alexis Tsipras y cómo reprimía su ira (pincha aquí para leerlo).

Este vídeo es una muestra de cómo podemos ser muy elegantes y comedidos en el discurso, aunque la procesión vaya por dentro.