Suelo comentar muchas veces que hacer un gesto con la mano izquierda implica mayor emotividad y espontaneidad que hacerlo con la mano derecha, que conlleva mayor control y raciocinio.

Sin embargo, hacer un gesto con la mano izquierda o la derecha tiene también otra dimensión de lectura, que es la de las preferencias. Solemos colocar a la izquierda aquello que nos gusta y a la derecha aquello que no nos gusta. Puedes hacer el siguiente experimento con tus amigos: pon dos teléfonos móviles en el centro de la mesa, justo delante de tu amigo/a. Pídele que los coja y los mire, y luego te diga cuál es el que le gusta más y cuál es el que le gusta menos. Lo más probable es que, al dejarlos, sitúe a su izquierda el que más le gusta y a su derecha el que menos le gusta. A esto le llamamos la dimensión socio-afectiva.

Podemos crear una dimensión socio-afectiva con las manos o también con la cabeza. Un ejemplo lo tenéis en la rueda de prensa que dio en agosto Illarramendi. Si os fijáis en el min. 0’42, cuando dice “lo bueno” su cabeza va hacia su izquierda, y cuando dice “lo malo” su cabeza va a su derecha.

¿Qué aplicación puede tener este conocimiento? Cuando estéis hablando con alguien y os nombre, por ejemplo, a dos personas, haciendo un movimiento con la cabeza o con la mano a derecha e izquierda, sabréis con quién es probable que tenga más afinidad. O bien, si os dedicáis a la venta, podréis ver qué artículo le gusta más a vuestro cliente haciendo el experimento que os he explicado antes. Imaginad vosotros más aplicaciones prácticas.

https://www.youtube.com/watch?v=P_ciY4WTNSU