Dos horas. Eso es lo que duró el debate de anoche organizado por El País, en el que sobresalía de la escena un atril vacío, el del candidato que no ha querido acudir a debatir con los otros tres elegibles. Así que hablemos de los que sí fueron. Después de ver las dos horas de debate, cada vez tengo más claros los estilos de comunicación tan diferentes de nuestros candidatos. En el caso de Albert Rivera y Pablo Iglesias, los veo bastante acordes a sus ideas, son congruentes con el modo de vida que defienden. Pero otra cosa es el candidato socialista.

Lo primero que vamos a ver es la foto del saludo.

Aparte del baile de manos que vemos, un poco raro, en plan pulpo, pero comprensible para que todos puedan darse la mano, vamos a fijarnos en las caras de los tres. Para abreviar el análisis os digo:

  • Albert Rivera: sonrisa falsa. Claramente, porque la comisura izquierda está más elevada que la derecha. Cuando la sonrisa es verdadera, es simétrica.
  • Pedro Sánchez: leve sagital inferior (mentón un poco hacia abajo). Quiere agradar, quiere seducir.
  • Pablo Iglesias: sonrisa verdadera. ¿Véis ahora como las comisuras son simétricas?

Sigamos. Albert Rivera:

Durante todo el debate podemos ver lo que ya vengo diciendo desde hace unos cuantos posts. Albert Rivera es de rotativo derecho, es decir, suele hablar mostrando la parte derecha de su cara, para poder mirar con su ojo derecho. Esto es porque es una persona controladora, en el sentido amplio d ela palabra. Le gusta tener todo bajo control, le gusta controlar, reprimir sus emociones. Me ha llamado mucho la atención la ausencia casi total de gestos de nerviosismo a los que nos tiene muy acostumbrados. ¿Habrá leído lo que algunos expertos hemos publicado sobre él?

En cuanto a su ropa, como siempre. Nos tiene acostumbrados a una imagen muy pulcra.

En cuanto a Pablo Iglesias:

Lo voy notando conforme avanza el tiempo. Cada vez sonríe más. Al principio, casi os diría que desde antes de ser político, cuando le invitaban a las tertulias en calidad de politólogo, Pablo tenía siempre un semblante muy serio, con la glabela muy marcada (la arruga que nos sale entre las cejas cuando fruncimos el ceño). Sin embargo, quizás por consejo de su asesor de comunicación, sonríe cada vez más. A lo mejor, su asesor ha leído sobre la importancia de la sonrisa (algo que, por contra, domina muy bien Albert Rivera). Y es que, según un estudio del año pasado de la Universidad de York, la sonrisa es la que nos hace parecer más accesibles a primera vista.

Mención aparte merece su vestuario. A mí personalmente me gusta que vista desenfadado, pero quizás el debate era una buena ocasión para ponerse algo por encima de la camisa. Si una americana queda muy burgúes, podría haber sido otro tipo de chaqueta. O, al menos, se podía haber abrochado las mangas. Y es que también comunicamos con la ropa. Debemos guardar siempre nuestro estilo, pero en equilibrio con el lugar adonde vamos. No creo que Mújica sea sospechoso de ser de ultraderecha, y, cuando hace falta, se pone una chaqueta.

Y ahora vamos con Pedro Sánchez. Este candidato utiliza la voz como en un anuncio. No es natural. El discurso así pronunciado queda un poco “enlatado”. Eso es lo que llevo observando en todas sus intervenciones. Pero en este debate, además, lo he encontrado muy tenso. La mandíbula estaba tensa y el labio superior también, provocando en numerosos momentos microexpresiones como ésta que os pongo en la foto.

Aún así, si me lo permitís, yo pongo en valor el que haya acudido a este debate con los dos monstruos de la comunicación política que son Albert Rivera y Pablo Iglesias. Su valentía, que no todos comparten, le honra.

En cuanto a su vestimenta, era exactamente la media entre Pablo Iglesias y Albert Rivera. Con americana como Rivera pero sin corbata como Iglesias. En mi opinión, muy acertado.

Y voy a acabar este análisis con el minuto de oro que les concedió el moderador al final del debate a cada uno de los candidatos (min. 1:53:00).

Tanto Rivera como Sánchez intentan empatizar con el electorado. Por eso vemos rotativos izquierdos, es decir, que giran varias veces su cara para mostrar su lado izquierdo, su lado más emocional. Cuando queremos agradar a alguien, inconscientemente, le mostramos nuestro lado izquierdo de la cara. De hecho, en una situación de seducción o flirteo, es muy habitual ver rotativos izquierdos por parte del que quiere seducir.

Pablo Iglesias, sin embargo, sólo mira a cámara al principio y al final de su minuto de oro. En las entremedias, mira al moderador. No busca la conexión con el electorado, sino que apela a la razón, a que “se lean los programas”. Muy interesante es el gesto de la mano izquierda en el bolsillo, que le viene acompañando durante casi todo el debate. Para los que me seguís habitualmente, ¿sabéis qué significa? ;-)

Puedes ver todo el debate aquí: