El lunes vimos el primer y único debate del candidato a la presidencia del gobierno por el Partido Popular. Hasta ayer, ha esquivado los formatos que impliquen discusión, y ha optado por apariciones amables en programas como “Qué tiempo tan feliz” con María Teresa Campos o “En tu casa o en la mía” con Bertín Osborne o incluso algún programa de fútbol. ¿Por qué rehuye Mariano Rajoy de la confrontación con otros candidatos? ¿Realmente es porque tiene un gran equipo detrás con quien repartirse las apariciones? Todos podemos opinar sobre este punto, pero vamos a ver qué nos dice la Comunicación No Verbal Científica al respecto.

Mariano Rajoy gana en el uno a uno; es decir, en los formatos en que está sólo con una persona. Eso seguramente lo sabe su equipo de campaña, que prefiere para él formatos de entrevistas, o de debate, como ayer, en el que tenga una sola persona preguntando o rebatiendo. ¿Por qué? Quizás la respuesta la podemos encontrar en la distinta velocidad de respuesta él respecto al resto de candidatos que podemos ver en debates a tres, a cuatro, a seis, etc. Quizás su carácter más bien introvertido haga que medite mucho las respuestas antes de hablar, pero eso seguramente se penaliza frente a políticos con veinte años menos, cuya agilidad mental en las respuestas (unos más que otros, todo hay que decirlo) no le hacen a Rajoy ningún favor.

Otro motivo por el que Rajoy se guarda de determinados formatos más “agresivos” podría ser que los nervios le juegan malas pasadas. Ayer pudimos ver su confusión verbal en el momento de mayor tensión, al decir “ruiz” en lugar de “ruin”. Pero en el plano no verbal también asistimos a numerosos tropiezos del candidato popular (puedes leer uno pinchando aquí). Rajoy se pone nervioso muy fácilmente, basta por ejemplo que Pablo Iglesias se siente en posición de dominio, sin hablar siquiera, delante de él para que ocurra esto:

Puedes leer el análisis completo pinchando aquí.

Lo bueno es que los nervios se pueden controlar. Pero eso requiere entrenamiento. Hay diversos tipos de profesionales que ayudan en este sentido, coaches, psicólogos, expertos en PNL, etc.

Por último, y esto es lo que más empatía le resta con los ciudadanos. Le cuesta mucho mirar a su interlocutor y le cuesta mucho sonreir. Hice recientemente un análisis sobre estas carencias de Rajoy, que puedes volver a leer pinchando aquí.

Así pues, en el plano de la comunicación no verbal, Mariano Rajoy tiene algunos fallos que podrían mejorarse, y que le restan posiciones respecto a sus rivales políticos. Otra cosa es la gestión. Repito, como he dicho en anteriores análisis de candidatos: es importante la comunicación, pero el voto debería ir en función del programa electoral y de las expectativas de cumplimiento de ese programa.