Cumbre del clima

¿Por qué nadie está contento con el borrador de acuerdos de Dubái? Estos son los 5 puntos de discordia

El texto presentado este lunes elude totalmente la promesa de crear un gran pacto global contra los combustibles fósiles

Teresa Ribera, en la cumbre del clima de Dubái.

Teresa Ribera, en la cumbre del clima de Dubái. / EFE

Valentina Raffio

Incredulidad, rabia y decepción. Estos son los sentimientos que impregnan el aire en los pasillos de la cumbre del clima después de la publicación del primer borrador de los acuerdos de Dubái propuesto por la presidencia de Emiratos Árabes. El texto, presentado este lunes, elude totalmente la promesa de crear un gran pacto global contra los combustibles fósiles. Europa lo ha definido como "insuficiente" y, en ciertos puntos, hasta "inaceptable". También hay quien lo ha definido como una "sentencia de muerte" para los países más vulnerables al caos climático. El polémico documento ha provocado una avalancha de críticas y ha alargado las negociaciones hasta la madrugada

"Esta propuesta de acuerdo no refleja la ciencia, no refleja las demandas del movimiento ecologista y ni siquiera refleja la postura de la mayoría de países presentes aquí", denuncia Romain Ioualalen, de la plataforma 'Oil Change International'. "Es una lista incoherente de promesas", añaden otros activistas que han comparecido este martes a primera hora para mostrar su rechazo frontal al texto propuesto por Emiratos Árabes. 

¿Pero por qué nadie está contento con este primer borrador de acuerdos de Dubái? Estos son los 5 puntos de la discordia.

1. Lenguaje sobre los combustibles fósiles

El primer gran punto de discordia tiene que ver con la mención a los combustibles fósiles. A lo largo de esta cumbre, el presidente del encuentro, Sultan Al Jaber, ha hablado en repetidas ocasiones de su supuesto compromiso para eliminar progresivamente las fuentes de energía contaminantes que están desencadenando el caos climático en el mundo. Incluso llegó a tacharlo de "inevitable" para conseguir el objetivo de limitar el calentamiento global por debajo del umbral de los 1,5 grados. Pero nada de esta promesa se ha trasladado al primer borrador de acuerdos. De hecho, en el texto presentado por la presidencia tan solo se incluye una mención descafeinada a la energía fósil en la que solo se reclama "reducir" ('phase down') su producción y consumo. Pero no eliminarlo ('phase out'). Además, la petición se expresa con un verbo en condicional. Es decir, se dice que los países "pueden" ('could') tomar estas acciones. O no.

2. Mención débil al carbón

El único combustible fósil que se menciona explícitamente en el primer borrador de acuerdos es el carbón. La presidencia propone un pacto para "reducir" (que no "eliminar") rápidamente tan solo el uso del carbón que no cuente con tecnologías de captura de carbono (una técnica que podría reducir su impacto aunque, según indican los expertos, sigue siendo demasiado cara y complicada para utilizar a gran escala). Según denuncian varios analistas, esta mención resulta aún más débil que la que se consiguió incluir en el acuerdo de Glasgow firmado hace dos años. En este sentido, pues, estaríamos ante un importante paso atrás en la lucha contra los contaminantes que han desencadenado el caos climático.

3. Calendario difuso y poco ambicioso

El texto menciona la necesidad de tomar acciones para limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 grados de media. Pero, más allá de esto, no establece ni objetivos a corto plazo ni un calendario claro para conseguirlo. Sí se menciona la necesidad de "seguir la ciencia" para alcanzar el pico de emisiones para 2025, reducir los umbrales un 43% de para al 2030, un 60% para 2035 y llegar a cero para 2050. La única meta concreta que se menciona es reducir el uso de energía fósil para mediados de siglo (un horizonte que, según indican los expertos, sería demasiado tardío para conseguir los objetivos anteriores y esquivar la catástrofe climática).

4. Sin compromisos financieros claros

El texto también elude los compromisos financieros prometidos a lo largo de esta cumbre. Por un lado, no se menciona cómo los países desarrollados piensan ayudar a sus homólogos del sur global a descarbonizar su economía y a acelerar su transición energética. Tampoco hay un mandato claro sobre cómo financiar las pérdidas y daños causados por el caos climático en las zonas más vulnerables del planeta. Ni siquiera se aclara quién, cuándo y cómo debe aportar al famoso fondo para las grandes víctimas de los desastres naturales. 

5. Negociaciones a contrarreloj

Más allá de la disputa sobre el texto, también hay mucho enfado por cuándo se ha publicado y, sobre todo, por el poquísimo tiempo que queda para limar asperezas y alcanzar un consenso. La presidencia de la cumbre de Dubái no publicó ningún borrador de los acuerdos hasta el lunes, cuando tan solo faltaban 24 horas para el final del encuentro. Esto provocó una reacción en cadena de rabia, malestar y muchísimos nervios. Los negociadores de diferentes países afirman que han estado trabajando toda la noche en sus alegaciones. Todo apunta a que las negociaciones se intensificarán en las próximas horas. Hay quien espera que, tras este debate, la presidencia de la cumbre presente un nuevo borrador de acuerdos. No está claro cuándo se alcanzará un consenso pero, por ahora, parece que el debate va para largo