La Generalitat ha decidido adelantarse a las posibles medidas para tratar de frenar el coronavirus que pueda anunciar hoy el Gobierno. La pasada madrugada entró en vigor un toque de queda en toda la Comunidad Valenciana que, cada día hasta el próximo 9 de diciembre, se aplicará entre la medianoche y las seis de la mañana, aunque de manera excepcional anoche comenzó a la 1. El crecimiento exponencial de los contagios en los últimos días ha precipitado la toma de decisiones, anunciadas ayer a mediodía por el presidente autonómico, Ximo Puig.

El jefe del Consell defendió que la evolución de la pandemia obliga a adoptar nuevas medidas, con el «objetivo primordial» de proteger la salud de los ciudadanos. Por ello, si bien aseguró que la Generalitat «es partidaria de una solución común para toda España», aunque «modulable, según la situación de cada territorio», la Comunidad Valenciana «no va a quedarse esperando» mientras llega esa respuesta conjunta. «No podemos perder ni un solo día», recalcó, porque «es demasiado importante lo que nos estamos jugando».

Puig recordó que la Comunidad Valenciana tiene la incidencia más baja del virus de toda España, salvo Canarias, pero insistió en que «no podemos perder tiempo», ya que «la situación empeora y hay que reaccionar con contundencia» y no actuar implicaría «perder vidas, empleos y bienestar». Así, y teniendo en cuenta que «todos los agentes políticos, empresariales, sindicales e institucionales» del ámbito autonómico comparten esa «necesidad de nuevas medidas más estrictas», se ha optado por anticiparse a las decisiones que pueda tomar hoy el Gobierno, y no esperar siquiera a que haya resoluciones judiciales al respecto.

Ante esta situación, se ha decidido restringir la movilidad nocturna en toda la Comunidad Valenciana entre las 12 de la noche y las 6 de la madrugada hasta el próximo 9 de diciembre, aunque anoche se aplicó una moratoria de una hora para evitar un mayor perjuicio a la hostelería. Durante ese lapso de tiempo únicamente podrán transitar por la vía pública quienes se desplacen a su trabajo o desde él a su domicilio, o lo hagan por una razón de fuerza mayor.

Además, las reuniones de carácter familiar o social quedarán limitadas a seis personas. Puig recalcó, en este sentido, que esa restricción afecta «también» a los espacios privados. Los parques y otras zonas de esparcimiento al aire libre se cerrarán como muy tarde a las 22.00 horas, la misma hora a partir de la cual se prohíbe la venta de alcohol hasta las 8.00 de la mañana. En cafeterías y restaurantes, el consumo será siempre en mesas, de un máximo de 6 personas, y los establecimientos cerrarán a medianoche.

Petición del estado de alarma

Además de avanzar estas normas, que ya ayer mismo se publicaron en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), Puig hizo hincapié en la recomendación de limitar la actividad social durantes estas semanas, y aplazar todo aquel encuentro de este tipo o familiar que no sea imprescindible. Admitió que cumplir todo esto supone «un esfuerzo», pero lanzó al aire la pregunta de «cuál es la alternativa». La respuesta la dio él mismo: «La conocemos demasiado bien. Y no la queremos».

El Consell y la Abogacía de la Generalitat, apuntó el presidente, consideran que estas nuevas medidas «son idóneas, porque restringen el tráfico o la permanencia en la vía pública», y «son necesarias», porque no existen otras «más moderadas para este propósito con tanta eficacia». También consideró que «son proporcionales», porque la franja horaria en la que se limita el movimiento «tiene más beneficios para el interés general que perjuicios sobre bienes o valores en conflicto». No obstante, la resolución se ha enviado al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad para su ratificación.

Puig también anunció que pedirá al Gobierno la declaración del estado de alarma. En su opinión, se trata del «instrumento jurídico más útil para afrontar esta difícil coyuntura desde la unidad de acción y con espíritu de cogobernanza». Por ello, llamó al resto de gobiernos autonómicos a secundar esta propuesta.

Se restringe la movilidad nocturna en toda la Comunidad Valenciana entre las 12 de la noche y las 6 de la madrugada.

En esa franja horaria sólo podrán transitar por la calle aquellas personas que vayan a trabajar, que vuelvan a casa del trabajo o que se desplacen por una causa de fuerza mayor, como una urgencia médica o la atención de una persona dependiente.

Se limita a 6 personas el número máximo de miembros en una reunión de carácter familiar o social. Esto se aplica tanto en espacios públicos como en espacios privados entre personas no convivientes.

Los jardines y zonas de esparcimiento al aire libre sólo podrán estar abiertos hasta las 10 de la noche.

En establecimientos de hostelería y restauración:

· El consumo será siempre en mesa, nunca en barra.

· Las mesas serán de un máximo de 6 personas.

· Los establecimiento cerrarán a la medianoche y no podrán atender comandas a partir de las 11 de la noche.

Queda prohibida la venta de alcohol entre las 10 de la noche y las 8 de la mañana, excepto en hostelería y restauración.

Barcala denuncia falta de información sobre la pandemia

El alcalde de Alicante, Luis Barcala, denunció ayer falta de información sobre la situación de la pandemia en la ciudad tras la decisión de la Generalitat de decretar el toque de queda en la Comunidad Valenciana. «Dada la urgencia de aplicar esta medida, pensamos que la situación debe ser peor, que no tenemos toda la información», explicó el primer edil. Barcala manifestó que, a su parecer, las nuevas medidas «van más encaminadas a controlar encuentros en domicilios particulares y botellones». El Ayuntamiento de Alicante mantuvo ayer una reunión con mandos de la Policía Local, en la que se decidió duplicar efectivos, establecer controles de circulación en distintos puntos, y cerrar parques, jardines y playas durante el toque de queda.