Pinoso fue el primer municipio de España en llevar a cabo un programa de protección de anfibios que ha permitido avanzar en la conservación de una especie amenazada y convertir a esta población del Medio Vinalopó en un referente nacional en la salvaguarda de los primeros vertebrados que lograron adaptarse a una vida semiterrestre hace 360 millones de años. Pero ahora el programa de voluntariado medioambiental del Ayuntamiento de Pinoso se ha fijado en las hormigas. Esas grandes desconocidas.

El objetivo es identificarlas y estudiarlas para así poder protegerlas. Con tal fin este verano los treinta voluntarios que coordina el biólogo municipal José Carlos Monzó se han dedicado a seguir la pista de estos pequeños insectos sociales por todo el término. Y lo han hecho a más de 30 grados a la sombra y desde la cima del Cabezo de la Sal hasta el casco urbano, que es donde curiosamente más proliferan porque el hombre les proporciona alimento sin saberlo. Pero antes de emplearse a fondo en la recogida de muestras, los voluntarios han tenido que pasar por el aula para ser formados por Olmo Hernández, un doctorando de la Universidad de Alicante experto en mirmecología, la rama de la entomología que se ocupa del estudio de las hormigas. Y, una vez capturadas, al laboratorio para clasificarlas y mostrarlas en cajas entomológicas que quedan a disposición de todos los interesados.

Esta iniciativa, que no hubiera sido posible sin el apoyo de la concejalía de Medio Ambiente, no tiene precedentes conocidos en la provincia pero la curiosidad que despiertan estos laboriosos insectos se remonta a la antigüedad. El complejo comportamiento de los formícidos ya fascinó a los observadores de la naturaleza de la Grecia clásica, que llegaron a incluirlas en sus textos mitológicos, y también a los hebreos, que les dedicaron algunas de sus fábulas más ejemplarizantes.

Actualmente se conocen más de 12.000 especies en todo el mundo pero los expertos consideran que todavía quedan 8.000 por descubrir. En España se han clasificado 275 variedades, en la zona levantina cerca de 60 y en Pinoso los voluntarios medioambientales llevan censadas doce especies por el momento. Sin embargo, Olmo Hernández cree que la cifra puede llegar a las 40 familias. Entre las censadas las hay cazadoras de pequeños insectos, pastoras de pulgones y recolectoras de grano. Pero lo que más sorpresa ha causado es encontrarse en Pinoso con un tipo de hormiga montañera de la que, en la provincia, sólo hay constancia de hábitat en zonas sombrías de la Font Roja.

Muy poco se sabe de los himenóptero y de sus complejos mecanismos de autoorganización a pesar de que constituyen el 15% de la masa mundial de animales y son un extraordinario indicador biológico sobre el estado del medio. Pinoso ha comenzado a censar sus hormigas pero el inventario de invertebrados que el área de Medio Ambiente pretende realizar incluirá el próximo año libélulas y arañas. Y la lista no acaba aquí.