Conocido abogado especialista en derecho informático y propiedad intelectual, David Bravo está coordinando un ciclo sobre derechos de autor que finaliza hoy en el espacio Camon de Alicante. Bravo defiende ante los juzgados a Pablo Soto, creador de varios programas de intercambio de archivos P2P al que la industria discográfica pide 13 millones de euros en compensación por las descargas de música realizadas. Soto participa hoy a las 20 horas en estas jornadas.

- ¿Cómo ve el caso de Soto?

Es un disparate que no se basa en argumentos jurídicos. Todos los ataques son opiniones particulares con las que no coincide la mayor parte de la sociedad.

- ¿Cuál es la situación en España en relación a las descargas de músicas de Internet?

La industria discográfica está judicializando el conflicto, atacando directamente a los intermediarios. Pero las sentencias dan la razón a los usuarios. La descarga de música de Internet no es delictiva. Puede ser ilegal, pero nunca irá por la vía criminal.

- El problema está en la actitud de la industria, por lo tanto...

La industria tilda de piratería todos los avances tecnológicos. No les interesa que Internet se desarrolle. Trasmiten la idea de que si se acaba su proyecto, se acaba la cultura, pero lo mejor para la cultura es que desapareciera la industria.

- ¿Qué problemas legales se producirán relacionados con Internet en el futuro?

El dilema está en legalizar la situación de forma expresa o intentar impedirla. Pero para cortar la conexión a los usuarios tienes que ver qué están descargando. En ese momento vulneras la intimidad de los ciudadanos, sus derechos fundamentales.

- ¿Cuál es la postura de los artistas en este tema?

Muchos artistas se dan cuenta de la realidad. Saben que cuanto más se difunde su música, más melómanos aparecen. Los que van a los conciertos son a los que la industria llama piratas. Muchas discográficas imponen a sus cantantes cláusulas en sus contratos para que no puedan hacer manifestaciones públicas a favor de las redes de descarga. Internet destruye a los intermediarios, que es lo que son las discográficas, pero nunca a la música.

´- ¿Qué opina de la SGAE?

La SGAE es sólo una anécdota dentro del cambio del mundo industrial al digital. Tiene que modernizarse. Pero modernizarse no es ponerse el pelo a lo Ramoncín, sino aceptar que los tiempos han cambiado.

- ¿Qué solución se puede encontrar a estos problemas?

La solución es buscar formas alternativas de remuneración que ya no puede ser un formato físico. Existen otras fórmulas como los conciertos o la publicidad.