Aveces esperando las oportunidades, no se ven y se tira todo a la marchante", reza uno de los himnos compuestos por Andrés Calamaro. El público que se congregó anoche en la Zona Volvo de Alicante no siguió el ejemplo del protagonista de la canción de Calamaro y no dejó escapar la oportunidad única de presenciar en directo el concierto del genio argentino.

El ex de los Rodríguez inició anoche la segunda parte de su gira española de 2009, un tour que le llevará por seis ciudades más (está noche actúa en Murcia), con un concierto de rock con denominación de origen, con sabor porteño. Pero el espectáculo de Calamaro no se nutre únicamente de ritmos bailables y pegadizos. Algunas de las canciones más sensibles del artistas, como "Media verónica", "Tuyo siempre" o "Paloma" también tuvieron un hueco dentro del repertorio ofrecido a los espectadores alicantinos.

El sonido "vintage" también estuvo presente en el concierto de Andrelo, logrando que los asistentes alcanzaran por momentos pequeños estados de éxtasis colectivo. El argentino, en un escenario un tanto austero -carecía de pantallas- hizo una inmersión en su colección musical, tan extensa como prolífica, para rescatar de ella lo mejor de cada una de sus etapas. Y fueron tantas por las que atravesó a lo largo de su carrera...

La conexión entre el cantante y el público, eso que ahora se denomina "feeling", fue aumentando a medida que los tragos de tequila hacían su efecto en el intérprete. Al estilo de los clásicos de la música rock, caldeaba el ambiente de la zona portuaria con cada acorde. Como dicen sus letras, él fue, una vez más, el cantante que el público fue a escuchar, el que brindó lo mejor de su repertorio, el que le cantó a las risas y las penas, pero sin dejar espacio para la tristeza.

El sonido que se escuchó anoche en el puerto de Alicante recordó al Calamaro de siempre, sobre todo con "Flaca". Fue "su" sonido. No faltaron las guitarras, ni los teclados, siempre presentes en sus actuaciones. También sonaron varias voces. Son muchas las gargantas que acompañaron al artista a modo de coro y con "Estadio azteca" y "Los Chicos" consiguió recrear un ambiente similar a las ruidosas hinchadas que pueblan los estadios, tan populares en su Argentina natal.

Se echo en falta algo de improvisación por parte de Calamaro. La seguridad sobre los escenarios que dan los años, tiene que salir a flote por algún lugar. Pero ni siquiera este hecho consiguió empañar ni un ápice del espectáculo. Tanto sus fervientes seguidores como los menos habituales, disfrutaron de un concierto para no olvidar.