Menos galerías, de 220 a 190, no han dejado fuera a tres de los artistas alicantinos que se han convertido ya en fijos en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo en esta trigésima convocatoria, que se celebra del 16 al 20 de este mes. Una edición que marca un antes y un después, ya que se estrena Carlos Urroz como director y en su nueva filosofía ha optado por menos galerías (de la Comunidad Valenciana iban ocho y ahora solo acuden tres) a favor de entablar relaciones comerciales más cercanas. Y en esta nueva etapa también están presentes Mira Bernabéu, Daniel García Andújar y Ana Teresa Ortega, creadores alicantinos que se han convertido en punteros del arte contemporáneo y que han elegido como medio de expresión la fotografía.

La genealogía de la consciencia III es el título de la propuesta que Mira Bernabéu lleva a esta feria con la galería Valle Ortí de Valencia. Esta serie incide en las relaciones entre individuos, "para potenciar en unos casos la idea de un nosotros frente a un yo individual". El artista de Aspe parte de una performance en la que reúne a gente anónima en un espacio, en este caso el cauce del Turia en Valencia, un lugar transitado, un zona verde pero urbanizada. A partir de ahí Mira Bernabéu desarrolla unas imágenes que él mismo define como "dramaturgia hipervisible". Paralelamente a ARCO, este creador es el protagonista de una exposición en Madrid con esta misma serie, que se ha hecho coincidir expresamente con la feria.

Daniel García Andújar llega a esta cita con dos proyectos bien diferenciados. El artista de Almoradí, que participa con las galerías Visor y Palma Dotze, presenta por un lado parte de una intervención que realizó en la Sala Parpalló junto a Rogelio López Cuenca. Por otro, una muestra de su proyecto Poscapital, en el que lleva trabajando ya varios años y que se presentó en la Bienal de Venecia.

Las imágenes que realizó junto a López Cuenca se centran en la visión que tiene la sociedad sobre los artistas. "Para ello, elegimos imágenes sacadas de publicidad y de medios de comunicación", afirma el artista, para analizar cómo ve el arte la publicidad. "Hay un coche que se llama Picasso, una pasta dientes Rembrandt, colonias con nombres artísticos... Es un proyecto irónico y muy crítico con este tipo de visión". Esta parte se acompaña con la proyección de un audiovisual realizado para la ocasión.

La segunda parte de su intervención, del proyecto Poscapital, habla del mundo de las corporaciones y los referentes de la izquierda. "Busco en Internet todas las organizaciones políticas, partidos, medios o sindicatos que se definen de izquierda y hemos compilado 3.800 referencias". Como resultado, dos cajas de luz de 4 por 2 metros. "En la derecha recojo los tipos que representan el poder financiero y en la izquierda esos referentes de socialistas y marxistas".

Por lo que respecta a Ana Teresa Ortega, su proyecto lleva por título Cartografías silenciadas, a través del cual documenta gráficamente los espacios más emblemáticos de la represión, como campos de concentración, colonias penitenciarias y lugares de fusilamientos, todo ello entre 1936 y 1962. Estos edificios en ocasiones tienen ya otros usos y no quedan testimonios de lo que fueron, y muchos han desaparecido. Además estas imágenes, que en esta ocasión se ciñen a inmuebles que sirvieron como prisiones habilitadas para tal fin, se contextualizan con documentos de archivos relativos al funcionamiento de estos centros.