Los artistas reivindicaron ayer su papel de profesionales de la cultura y reclamaron a las instituciones que escuchen su voz en la toma de decisiones. Una representación de creadores contemporáneos de la provincia integrados en la asociación Artistas Visuales de Valencia, Alicante y Castellón (Avvac) expuso ayer en la sede del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert la necesidad de que las instituciones públicas cuenten con la opinión de los profesionales en las cuestiones relacionadas con el arte que les afectan directa e indirectamente. Esto es: la gestión y programación de las salas de exposiciones, la promoción del arte en la sociedad y la difusión de los artistas alicantinos dentro y fuera de la provincia.

«La política cultural no tiene por qué ser cara. Hasta ahora se ha hecho una política que no ha contado con la opinión de los artistas y darles la espalda es hacer un flaco favor a la ciudad», señala Isaac Montoya miembro de Avvac junto a los también alicantinos Javier Pastor, Andrés Carcelén, Marisa González, Juan Fuster, Rafael Miralles, Jesús Herrera, Juan Carlos Rosa Casasola o Mira Bernabeu, de un total de 135 artistas asociados en la Comunidad Valenciana que presentó un manifiesto junto a la presidenta y la secretaria de este colectivo, Tania Blanco y Mercedes Vandendorpe, para exponer la problemática en Alicante.

Los artistas se quejan de falta de apoyo a su labor y reclaman ser integrados en la gestión de las salas de exposiciones y museos alicantinos, así como de su programación de forma destacada, «una programación realizada desde Alicante, consensuada por los artistas y las instituciones». También defienden la promoción del arte y los artistas de Alicante a nivel local, nacional e internacional mediante intercambios culturales, así como un estudio y análisis teórico mediante publicaciones y catálogos del arte contemporáneo realizado en Alicante en los últimos años.

La secretaria de Avvac, que confía en incrementar el número de asociados en la provincia, recuerda que los artistas «somos profesionales muy formados en la materia pero no se nos considera como tales, parece que estemos fuera de la sociedad y que funcionemos por inspiración. De ahí que a veces se piense que no hace falta pagar a los artistas, ni hacerles contrato, y con ello se vulneran sus derechos y se precariza su trabajo».

Tanto Vandendorpe como Montoya pidieron que la voz del colectivo sea tenida en cuenta no solo en la gestión de las salas, también a la hora de integrarles en jurados de premios, becas, organización de talleres de formación, o conferencias. «Hay muchos expertos en arte pero no hay artistas y reivindicamos estar presentes en estas cuestiones», indica Montoya, que reclama para este colectivo «unas condiciones mínimas de producción, remuneración y difusión» porque «si todo se queda en colgar y descolgar obras no tiene sentido. Lo normal es que haya unas condiciones y no que todo el peso recaiga en los artistas».

Vandendorpe apuntó que la coyuntura actual de falta de liquidez tiene como consecuencia los recortes en el apoyo a la producción e investigación de proyectos, a lo que Montoya añadió que «no se puede pretender que la remuneración de los artistas sea cero ni que las salas funcionen gratis. Debe haber una dotación económica, aunque no sea como en años de bonanza por la crisis actual, pero que tampoco carezca de presupuesto».

Falta de promoción

No obstante, los artistas consideran que el mayor problema del colectivo no es el económico, sino la falta de promoción, en un momento en el que la creación contemporánea destaca tanto en calidad como en cantidad de creadores de la provincia. «El nivel de los artistas no es discutible hoy, pero se necesitan apoyos y alicientes para que sus trabajos se puedan ver tanto aquí como fuera de la provincia. El problema es la difusión del arte que se hace en la provincia, y ahí tienen una responsabilidad fundamental las instituciones públicas. Los artistas son desconocidos en su ciudad, en su provincia, y a todos nos interesa que tengan la mayor difusión y proyección».

Aunque Montoya reconoce que «casualmente» en estos momentos hay bastantes artistas alicantinos exponiendo en salas de la ciudad, «esto no es lo normal» y el colectivo dirige su mirada al Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana para reclamar los mismos derechos entre artistas de las tres provincias.«La mayoría de exposiciones se gestionan desde Valencia y muchos artistas acaban en la Lonja de Alicante pero en el IVAM de Valencia no entran artistas de Alicante salvo alguna excepción»,

Del mismo modo, también solicitan a las administraciones su apoyo para gestionar intercambios culturales con otros espacios. «Si a Las Cigarreras o al MACA viene un artista de otra ciudad o país, debe procurarse que también algún artista alicantino pueda exponer su obra fuera, debe ser algo recíproco», considera Montoya, que admite que en su gremio también hay «demasiado individualismo» en ocasiones y destacó la importancia de unir sus voces para iniciar otros diálogos en el sector del arte y con las instituciones.