En la madrugada del miércoles al jueves fallecía a los 70 años de edad María de los Ángeles Hernández Gómez, conocida popularmente como «Ángela, la torera», debido a problemas en el postoperatorio de una intervención quirúrgica a la que se había sometido en uno de sus hombros en la clínica La Milagrosa de Madrid. En la actualidad residía en Torrejón de Velasco, en cuyo cementerio descansarán sus restos mortales.

Nacida en Alicante el 2 de agosto de 1946, el mayor mérito de esta mujer no estuvo en sus logros en los ruedos, sino en la larga y dura lucha en los tribunales que comenzó en 1971 para conseguir derogar el artículo 49, párrafo C, del Reglamento Taurino vigente entonces y que prohibía torear a pie a las féminas en España desde hacía 34 años, con el comienzo de la dictadura del general Franco. Ella fue quien abrió el camino legal para que otras mujeres, como Cristina Sánchez, Mari Paz Vega o Conchi Ríos, hayan podido probar suerte en los ruedos españoles.

Hija de un guardia civil, los primeros años de su vida los pasó en la capital alicantina, a cuya plaza acudía desde niña y donde se lanzó como espontánea durante un festival benéfico el 19 de noviembre de 1959. En su formación lidiadora reconoció siempre la importancia de taurinos tan importantes como Paquito Esplá y Pepe Manzanares. Sin embargo, la prohibición machista la llevó a aprender el arte de Marialva, y como rejoneadora actuó en España entre 1962 y 1965. Sin embargo, su afán por torear a pie la llevó a cruzar el charco e intentar la aventura en México, Venezuela y otros países del continente americano, donde gozó de mayores triunfos que en la península. Una vez conseguido el éxito en los tribunales, y contando con el apoyo de Manuel Benítez «El Cordobés», debutó finalmente como torera a pie en España el 15 de septiembre de 1974, en un festival en Jerez de los Caballeros, y ya como novillera de luces en Mallorca al año siguiente. No gozó de muchos éxitos a este lado del Atlántico, y tras un fuerte percance que le lesionó una vértebra y la tuvo un año en silla de ruedas y tres en recuperación, toreó por última vez en España el 19 de junio de 1977 en San Sebastián de los Reyes. Posteriormente, tomó casi de modo testimonial la alternativa en 1979 en la ciudad mexicana de Tuxtla Gutiérrez de manos de Manolo Martínez.

Siempre se mantuvo unida a su pasión taurina, unas veces en ganaderías, como Aguadulce, y otras en los despachos como apoderada, entre otros, del benidormí Luis Rubias o la murciana Conchi Ríos, entre otros. Como anécdota, también dobló en la gran pantalla a actrices como Marisol o Claudia Cardinale..