Eusebio Sempere y Abel Martín aprendieron la técnica en París y después, a su vuelta a España, instalaron el taller en Madrid. Al mismo tiempo, surgía en la Comunidad Valenciana la Ibero-Suiza de la mano de José Llopis, trasladando el oficio aprendido en Brasil y Uruguay. Estos dos fueron los canales por los que la serigrafía artística se introdujo en nuestro país. Corrían los años 60 y los artistas españoles se sumaban a esta técnica que empezaron utilizando los norteamericanos en su desarrollo del pop art y el arte óptico.

La labor de la Ibero-Suiza, que funcionó entre 1963 y 1998, fue fundamental en el desarrollo de esta técnica en artistas tan destacados como Luis Gordillo, Antonio Saura, Gerardo Rueda, Pablo Palazuelo, Manolo Valdés, Antoni Tápies, Eduardo Chillida, Fernando Zóbel, Eduardo Arroyo o el Equipo Crónica, por citar algunos de los creadores que se acercaron a este taller por la calidad que conseguía en la estampación de obra gráfica.

El Museo de Arte Contemporáneo de Alicante inaugurará el año, a mediados de este mes, con la exposición del Consorcio de Museos Fora de sèrie. Serigrafies d'Ibero-Suiza en la colec.ció UPV, en la que se recogen algunas de las piezas que se estamparon en esta empresa ubicada en Liria, pertenecientes a la colección de más de doscientas obras que posee la Universidad Politécnica de Valencia, muchas de ellas compradas y otras donadas por la familia de José Llopis.

«Son obras espectaculares, muchas de las cuales quedaron fuera de edición porque son pruebas que están sin numerar, obras fuera de comercio o pruebas de autor, también otras que están a medias o en las que el artista ha dejado alguna anotación a mano», asegura Antonio Alcaraz, comisario de esta muestra que permanecerá en el MACA hasta el mes de marzo.

Fora de sèrie está integrada por una selección de serigrafías de autores de gran trascendencia nacional e internacional, y también de documentos originales para su producción, con especial relevancia de las anotaciones de los propios artistas en las que se especificaban los colores y dimensiones de la obra a producir. Este es el caso de un boceto de Yturralde o de la serigrafía de Andrés Cillero, Fate l'amore non la guerra (1966), que ocasionó problemas de censura y registros en la Ibero-Suiza.

La muestra se distribuye en cuatro áreas. En la primera, «están los artistas más activistas, con un trasfondo más político, como el Equipo Crónica y el Equipo Realidad», asegura Alcaraz. La segunda, está más vinculada al arte geométrico, «donde se engloban Sempere, Yturralde, Gerardo Rueda, Torres...». Después continúa con artistas de la misma generación pero más vinculados al Museo de Arte Abstracto de Cuenca, al informalismo y la abstracción, como Saura, Feito y Rueda, y finalmente un área dedicada a carteles.

Desde que se introdujo en España en los años 60, «no se ha dejado de utilizar nunca», afirma el comisario de la muestra. «Son muchos los artistas contemporáneos los que siguen utilizando la serigrafía como medio y lo que hace esta exposición es revalorizar esa etapa de la década de los 60 y 70 en la Comunidad Valenciana, tanto por el taller como por la calidad de los artistas que realizan allí sus trabajos».

Antonio Alcaraz destaca que la serigrafía se utiliza para hacer obra seriada, es decir que permite que permite hacer obra múltiple. «No es comparable a la escultura o la pintura que permiten hacer una obra única, pero el reconocimiento a nivel internacional y de la Historia del Arte está en el mismo nivel».

La exposición en Alicante se complementará con algunas obras de los fondos del MACA que fueron estampadas en los talleres de la Ibero-Suiza. «En Valencia pusimos una obra original del Equipo Realidad para enfrentarla a otra de la colección, de manera que el espectador pueda entender el proceso y cómo funcionaban los técnicos».