El bailarín Joaquín de Luz (Madrid, 1976) acaba de volver a España tras 23 años de carrera en el extranjero, quince de ellos en el New York City Ballet, para situarse al frente de la Compañía Nacional de Danza (CND). Su visión periférica le permite analizar la situación de esta disciplina y asegurar que en España «hay talento de sobra y la prueba es que cualquier compañía europea se nutre de nuestros bailarines. Ojalá la infraestructura estuviera al nivel del talento».

El nuevo director de la CND, que estos días imparte clases magistrales en Alicante y mañana actúa en la Gala de la Danza en el ADDA, aprovechó el momento electoral y rompió una lanza por que las administraciones autonómicas se involucren y creen sus propias compañías que residan en los «grandes teatros y escenarios de este país» ya que «una sola compañía nacional no puede dar cabida a todo el talento que sale». Como ejemplo se refirió al Palau de Les Arts de València, con orquesta y coro pero nada de danza.

Ni siquiera la CND ni tampoco el Ballet Nacional de España, añadió, tienen teatro propio -«se está trabajando en ello y hay un proyecto que ojalá veamos pronto», dijo-, algo que sí sucede «en cualquier país de Europa. Alemania es un buen ejemplo: en Berlín, en Hamburgo o en Stuttgart las compañías viven en un teatro y eso facilita mucho hacer temporadas más largas, talleres de creación; eso es apoyo e infraestructura que ayuda mucho a la actividad de la compañía, a capturar público y a crear permanencia».

Respecto a su propósitos al frente de la Compañía Nacional de Danza, De Luz indicó: «Voy a luchar muchísimo para que sea una plataforma de referencia en Europa y dé salida al talento, pero evidentemente hay muchísimo y ojalá algún día el apoyo se corresponda. Mi objetivo principal es que la compañía crezca, que el nivel artístico y la repercusión internacional aumenten y que estemos más cerca de las grandes compañías en todos los campos, en el institucional, en apoyos, en el arte que producimos y en la calidad artística que se enseña en el escenario».

No obstante, apunta, «primero tengo que aterrizar, empiezo en septiembre», ya que tenía compromisos anteriores en EE UU pero tras la gala en Alicante «haré público el equipo que me va a acompañar estos años. Tengo mucho optimismo y mucha ilusión de volver a mi país y de poder apoyar y apostar por la danza».

«Ya bailé con ellos en El Quijote y la compañía me encanta, tiene unas ganas y hambre», manifestó ayer Joaquín de Luz, tras añadir que «también hay un poco de desconexión, reflejo de lo que está pasando en la sociedad actual» y abogó por «unir ideas y esfuerzos y hacer cosas para la danza.Hay que ser optimista y colaborar para que esté en el lugar que se merece. Si solo te quejas, la energía que se gasta y los recursos son muy grandes».

Respecto a las críticas que ha generado el hecho de que todos los nuevos nombramientos del Instituto Nacional de Artes Escénicas, cinco en total, sean masculinos, De Luz defendió que las mujeres «tengan las mismas oportunidades» y, en el caso del ballet, un campo históricamente femenino, recordó que «las direcciones han sido históricamente masculinas, lo que es un poco irónico».

Sin discriminaciones

No obstante, apuntó que «aquí no hay decisiones políticas, se decide por mérito. El concurso estaba abierto a mujeres y creo que el porcentaje de mujeres que se presentaron era muy bajo. No creo que haya discriminación de ningún tipo. Las bases eran muy estrictas y muy trasparentes y no veo justo acusar a nadie de discriminación».

Por su parte, el bailarín de flamenco Jesús Carmona y coordinador de la gala, felicitó a De Luz por el cargo y consideró que «no podía haber mejor persona para asumir este reto». Como De Luz, coincidió con que en España hay «excelentes intérpretes» y solo un Ballet Nacional de España, «hay ayudas pero hacen falta más. Y en la danza española y el flamenco hay una carencia de compañías».