P Acaba de ser designado miembro del jurado del Premio Nacional de Artes Plásticas. Y no es la primera vez.

R Agradezco la deferencia del Ministerio de Cultura por la invitación y creo que es bueno que agentes culturales de la Comunidad Valenciana, y en mi caso además de Alicante, tengan presencia en el ámbito de la cultura, porque esa visión periférica se incorpora a la toma de decisiones de alto nivel, como es este premio.

P El Consorci de Museus organizó en 2015 menos de 40 exposiciones y un centenar de actividades. ¿Dónde estamos ahora?

R Pues aún no tenemos los datos definitivos de 2020. En 2019 fueron 76 exposiciones en toda la Comunidad y más de 1.200 actividades culturales, con cerca de 390.000 visitantes. En 2015 a Alicante fueron cinco exposiciones y en 2019, 13. Se ha potenciado la visibilidad de los creadores alicantinos, lógicamente, pero no solo en las exposiciones que se hacen en Alicante y no solo en arte contemporáneo. También hemos querido apoyar la producción y la investigación. Durante muchas décadas no ha habido apoyo a la creación artística de las tres provincias. Se trata de suplir una carencia histórica.

P Es verdad que ahora tiene mucho más presupuesto.

R Bueno, el presupuesto se ha incrementado en los últimos años por la aportación de la Conselleria de Cultura y eso permite hacer más actividades y desarrollar más proyectos, pero lo cierto es que el Consorci llegó a tener algún año antes de que yo llegara 9 millones de euros y ahora estamos en 5. Por supuesto que el dinero influye, pero en 2017 ya hicimos más exposiciones y actividades en Alicante que en 2015 con un presupuesto similar. Lo que se ha potenciado es la voluntad de la vertebración de la cultura a través del Consorci. Y no solo por lo expositivo sino también por iniciativas como las residencias en las Cigarreras, la programación educativa del MACA y del Mubag... El dinero es necesario pero hay que usarlo para que llegue a la ciudadanía y apoyar al sector cultural.

P La descentralización era una de sus metas. ¿Está satisfecho?

R Sí, a mí me parece que es una necesidad. El Consorci es un ente que tiene el propósito de generar programación cultural en toda la Comunidad, de manera que era una obligación hacerlo, y a la vez es de justicia que Alicante reciba el apoyo cultural que merece. Tiene instituciones culturales de primer orden, espacios magníficos como el MACA y el Mubag, las Cigarreras, la Lonja, donde se hacen y se pueden hacer muchas cosas y nuestro deseo es reforzar el desarrollo de esas entidades.

P Es verdad que el MACA y el Mubag son dos grandes museos, pero carecen de un presupuesto ajustado a su categoría. Dígame sus puntos fuertes y sus debilidades.

R Tanto el Mubag como el MACA representan las dos grandes instituciones artísticas de la ciudad. Tienen magníficos edificios y muy buenas colecciones. Creo que esos son sus puntos fuertes y, por supuesto, unos equipos profesionales que hacen que funcionen, aunque lógicamente necesitarían más personal, igual que nosotros, que cuando llegué la plantilla era de 15 personas y ahora es de 10. Y necesitan más autonomía. Conforme están registrados jurídicamente no pueden tener presupuesto propio sino que se gestiona desde la administración y eso limita su capacidad de acción. Sería conveniente que gozarán de un mayor nivel de independencia en su gestión, gobierne quien gobierne. Y desde luego más presupuesto.

P El Consorci se basa en la interacción y colaboración entre diferentes instituciones (Generalitat, diputaciones de las tres provincias y ayuntamientos de València, Alicante y Castellón). ¿Diría que ha encontrado el apoyo de todos esos socios?

R Sí, la verdad es que durante este tiempo ha habido cambios de dirigentes y signos políticos, pero todos han mantenido un nivel de lealtad a la instituciones y, sobre todo, han entendido que más allá del color político -y el Consorci no lo tiene- se trabaja por el bien de la cultura y ofrecer un servicio público de calidad.

Pérez Pont, en una exposición. Juan R. Peiró

P Antes de hacerse cargo del Consorci usted era muy crítico con los políticos y con las políticas culturales.

R Yo he apreciado en estos años un cambio en la forma de entender y gestionar la cultura. Tengo que decir que desde la Generalitat no se produce ningún tipo de intromisión en la gestión de los contenidos culturales. Eso es muy significativo porque en la etapa anterior no era así. Una no intromisión y, por tanto, una despolitización de la cultura, y eso es importante. Hasta entonces los gestores culturales eran elegidos a dedo, pero en el caso de la Generalitat las designaciones se realizan con convocatorias públicas y eso se debería normalizar. Pero yo no voy a dejar de ser una persona crítica nunca porque estar vivo, tener ideas y pensar te obliga a tener opinión y manifestarla. No renuncio a tener un posicionamiento crítico.

P Alicante carece de espacios para el arte y conseguir uno para que el Consorci pueda programar en esta ciudad es uno de sus objetivos. ¿Se lo están poniendo fácil?

R Nosotros trabajamos muy a gusto con las entidades que dependen del Ayuntamiento y la Diputación, pero me parece importante que la Generalitat pudiera abanderar un espacio propio en la ciudad. Hasta el momento, lo cierto es que no ha sido fácil.

P Lo intentaron con el edificio de Sanidad del Puerto.

R Tuvimos la posibilidad de acceder a ese edificio. La Conselleria de Cultura presentó todos los papeles y siguió los procesos, pero por algún motivo no se resolvió nunca y se abrió otra convocatoria en la que no pudimos participar porque no tuvimos conocimiento de ello. Por lo tanto, se asignó ese espacio para otro uso. Pero nos parece que el procedimiento no respondió a unos mínimos de rigor y transparencia en la gestión.

P ¿En qué punto está el tema ahora?

R Existen espacios en la ciudad de Alicante que están sin uso y que dependen del Ayuntamiento de Alicante. En una reunión reciente, el concejal de Cultura nos ofreció la posibilidad de acceder, en colaboración con esa institución, a usar un espacio que no tiene uso y es algo que tiene que ser valorado por ambas partes.

P Usted es alicantino. ¿Cómo ver el sector artístico en esta provincia desde fuera?

R Yo creo que hay muchas personas dedicadas a la cultura y con capacidad para desarrollar proyectos e iniciativas en todos los ámbitos. Pero creo que falta tejido cultural del propio sector porque hay un problema de falta de encuentro. Los agentes culturales no están bien avenidos y eso hace difícil trabajar y complica el desarrollo del sector. Creo que en Alicante se han dado muchos personalismos y eso ha impedido que culturalmente funcione mejor.

P La pandemia está dejando muy tocado el sector cultural, y eso es un hecho objetivo ahora, pero ¿cree que el mundo del arte se sume en ocasiones en cierto victimismo?

R El sector artístico y cultural en el Estado español, en su conjunto, en la Comunidad y en Alicante, particularmente, tiene un problema desde hace décadas, que es una falta de reconocimiento y apoyo. En la Comunidad Valenciana eso se ha ido paliando, que no resolviendo, con medidas que han ido dando apoyo al sector, como el caso de nuestras convocatorias. Pero sí he detectado que en Alicante hay agentes culturales activos con capacidad de sacar adelante iniciativas, como PhotoAlicante, y buscan el apoyo de las instituciones públicas y privadas, pero hace falta tomar esa iniciativa. Uno no puede esperar que todo se lo den hecho. Hay que generar propuestas y proyectos en convocatorias públicas o fuera de ellas buscando apoyos. Uno no puede quejarse cuando no ha propuesto nada.

P La política de adquisiciones es otro punto importante de su gestión y son ya más de un centenar de piezas las que conforman la Colección de Arte Contemporáneo de la Generalitat.

R Nos tenemos que felicitar porque en 2017 se puso en marcha desde la Conselleria un programa de adquisiciones de arte contemporáneo que sirve para generar una colección que representa las tres provincias, con un equilibrio en cuanto a género. De hecho es la primera colección de Estado español que se realiza con criterios tan estrictos de igualdad. Eso hace que tengamos ya 110 obras adquiridas y este año se ha visto reforzado con un aumento de presupuesto por el covid. Es una colección que abarca una franja de 50 años por lo que es intergeneracional y ayuda a construir el mapa del arte contemporáneo de la Comunidad. Y a su vez apoya a las galerías de arte y en el proceso de exhibición de las obras hace que lleguen a todo el territorio. Hemos realizado 21 exposiciones con esta colección en diferentes municipios.

P Siempre recuerda que no pertenece ni representa a ningún partido político, que está ahí por un concurso público.

R Yo creo que es fundamental. Siempre he defendido ese modelo de gestión porque me parece que es lo que debe ser. Procedemos de una cultura en que las cosas no se consiguen por los méritos y las capacidades sino por las relaciones y las vinculaciones. Pero no es una cuestión de ideología, es una cuestión de cómo se debe gestionar la cultura o cualquier otro ámbito que necesite una especialización. Hemos visto a demasiada gente ocupando esos espacios de gestión que tiene que ver con una actividad política y no con una destreza en esa materia y eso es perjudicial.

P En 2021 se acaba, en principio, su labor al frente del Consorci. ¿Qué le queda por hacer y qué va a pasar después?

R La situación es de tanta incertidumbre que toda la programación de este año y el que viene se ha visto alterada. La circunstancias nos han obligado a desarrollar otras formas de generar cultural y facilitar que los creadores puedan seguir desarrollando sus proyectos, con programas online y acciones en internet. De hecho en el confinamiento hemos realizado 80 actividades nuevas online. Lo que queda por hacer es todo lo que podamos. Vamos a dejarnos la piel para llevar a cabo de la mejor forma posible el servicio público al que nos dedicamos que es la cultura. Luego ya veremos. Se podía renovar el contrato por otros cinco años, pero es una decisión que tiene que tomar el consejo general del Consorci.