Si la renovación en la dirección del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert tardó nueve meses en materializarse, el nuevo equipo formado en este organismo autónomo de la Diputación ha tardado poco más de cinco meses en saltar por los aires. 

La Diputación de Alicante comunicó ayer «la renuncia» de la directora del instituto, María Teresa Pérez Vázquez, elegida por primera vez mediante convocatoria pública, tras conocer que la institución cultural había adjudicado un contrato para la renovación de su logotipo y web a la empresa que dirige uno de los subdirectores del Gil-Albert, José Vicente Castaño, responsable del área de Comunicación Audiovisual y Redes Sociales, elegido por la propia Pérez Vázquez al formar su equipo.

José Vicente Castaño Antonio Amorós

La renuncia de la directora se formalizó ayer, al igual que la de Castaño, así como las de Asunción Agulló (subdirectora de Proyección y Relaciones Institucionales) y Miriam Hurtado (subdirectora de Cultura Inclusiva e Intergeneracional), todos ellos vinculados a la Universidad Miguel Hernández, de la que María Teresa Pérez Vázquez es vicerrectora de Relaciones Institucionales.

Pérez Vázquez fue nombrada directora del Gil-Albert el pasado 16 de abril, mes en el que la empresa que dirige Castaño fue seleccionada en un proceso abierto simplificado para contratos menores junto a otras dos empresas. Castaño se incorporó al Gil-Albert a mediados de julio y el contrato se adjudicó a su mercantil por unos 9.000 euros a finales de septiembre, cuando ya ocupaba una de las subdirecciones.

Fuentes consultadas aseguran que no fue hasta hace «unas semanas» cuando conocieron este hecho el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, y la vicepresidenta y diputada de Cultura, Julia Parra, impulsora del concurso de méritos para cubrir la dirección del Gil-Albert. El proyecto de renovación digital y de cambio de logo del instituto se ha paralizado, no se ha efectuado ningún pago y el propio Castaño ha renunciado expresamente a la formalización definitiva del contrato. 

El equipo de Gobierno de la Diputación considera que, aunque la contratación es legal, el proceso «puede ser cuestionable desde el punto de vista ético», por lo que muestra su «rechazo a estas prácticas» y exige «comportamientos responsables en todos los procesos». Aunque agradece en el comunicado los servicios prestados a la directora, las fuentes consultadas apuntan que no había otra salida posible a la dimisión de Pérez Vázquez tras la evidente «pérdida de confianza».

La institución provincial convocará otro proceso de selección para la dirección pero el resto del equipo permanece

Aunque la directora no llegó a presentar públicamente el cambio de la web ni el logo, estos se mostraron renovados durante unos días en el mes de diciembre: la web aparecía con un fondo rojo y el nuevo logo (una I, una A y una C) figuraba en ella, así como en la puerta de la sede de la Casa Bardín. Sin embargo, en la segunda quincena de diciembre la web volvió a su formato anterior. El logo también ha sido ya retirado.

Por otra parte, una pregunta que realizó en la junta rectora del Gil-Albert Gerard Fullana, portavoz de Compromís en la Diputación, a Pérez Vázquez pudo poner en la pista al PP y Ciudadanos sobre alguna irregularidad en la contratación, ya que Fullana se interesó por el contrato «y la directora nos dijo que estaba muy avanzado, pero era raro porque hacía quince días que se había adjudicado». Compromís no insistió más «porque entonces no sabíamos que el adjudicatario era un subdirector del instituto» y ahora insistirá en su propuesta de «refundación del Gil-Albert» para que la promoción cultural tenga un papel hegemónico en el presupuesto de la institución y no en gastos de personal y en dietas por asistencia, «que se lleva el 70%».

Nuevo concurso

El Instituto Gil-Albert afronta así una nueva crisis, ya que en la próxima semana se abrirá otro proceso de selección para designar al futuro director o directora cultural del centro, que puede durar al menos dos meses, y cubrir las tres subdirecciones que faltan. 

Los directores de cada área continuarán con la programación de actividades prevista para 2021 y aprobada por el Patronato del Instituto. De hecho, la directora tenía previsto presentar en diciembre la programación, que hasta ahora ha pasado inadvertida.

El nombramiento de Pérez Vázquez el pasado 16 de abril puso fin a nueve meses sin dirección al frente del Gil-Albert, desde el cese en julio de 2019 del anterior equipo. La Diputación convocó el concurso en enero y la pandemia obligó a presentar a la directora por vía telemática, que hasta finales de julio no completó su equipo. Su elección causó cierto recelo por ser una mujer de ciencia (es doctora en Medicina y Cirugía) al frente de una institución cultural, así como la inclusión de cargos políticos en algunos de sus departamentos.