Entrevista | Miguel Ríos Cantante

«Nunca pensé que tendría una carrera tan larga y exitosa»

Sacó su primer disco tres años antes de que los Who proclamaran que preferían morir antes que hacerse viejos. Él, en cambio, ha optado por hacerse viejo poco a poco para que no se note demasiado, bajando o subiendo del pedestal de mito del rock según la ocasión. Mañana, a las 21h, actúa en el ADDA de Alicante con The Black Betty Trío y el 10 de agosto lo hará en la UMH.

Miguel Ríos actúa con The Black Betty Trio mañana en el ADDA.

Miguel Ríos actúa con The Black Betty Trio mañana en el ADDA. / JAVIER SALAS

VORO CONTRERAS

De los rockeros pioneros en España, Miguel Ríos quizá sea el único que se ha preocupado de verdad por sobrevivir y no quedarse atrás. Tiene 77 años pero siempre ha costado adivinarle la edad artística. Hace ya algún tiempo anunció que se retiraba pero aquí sigue.

¿Le cuesta decir adiós o le gusta llevarse la contraria?

¡Ja, ja ja! Creo que es más lo primero. De hecho, siempre he intentado ser coherente y columpiarme lo menos posible. No obstante, he intentado explicar los motivos de mi vuelta usando la misma canción que escribí con Luis Prado para despedirme. Aquel Bye Bye Ríos, se ha convertido en Hola Ríos, Hello. Ahí confieso mi dependencia a los placeres del oficio y mi adicción al aplauso.

¿Cuántas partes de ego hay que ponerle al combinado para aguantar casi 60 años en este negocio?

Creo que, para los estándares del gremio rockero, tengo un ego razonable. Empecé a grabar en el 62 y he disfrutado estando en la cresta de la ola y arrollado por ella. Pero nunca he pecado de arrogancia. Creo que esta es una forma maravillosa de ganarse la vida, pero nada más que un oficio. Eso sí, nunca pensé que tendría una carrera tan larga y tan exitosa.

Desde que supe que nunca podría cantar como Ray Charles, solo tengo sueños razonables

Miguel Ríos

— Cantante

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En el Blues de la tercera edad habla de la soledad de los ancianos. ¿Se puede recuperar un país que los ha dejado morir solos durante la pandemia?

Este es un país en el que la memoria histórica no goza de buena salud. Si aplicamos esta teoría para lo que ha pasado en las residencias en la pandemia, no habrá reparación ni nos servirá para mejorar como sociedad. Solo creceremos si asumimos que hay que cambiar de paradigma, que tenemos que buscar otra forma de progreso.

A Ana, la protagonista del Blues, «hasta el final de la partida / le quedan sueños por soñar». ¿Hay algún sueño que ya sepa usted que no va a cumplir?

Desde que me di cuenta de que nunca podría cantar como Ray Charles, solo tengo sueños razonables. Soñé, cuando era joven y hippie, que vería la Era de Acuario, pero veo que la sequía espiritual retrasa sine die su advenimiento. En lo personal espero cumplir los más posibles, pero no tengo ninguna cuenta pendiente.

¿Qué recuerdo tiene de los tiempos en los que las giras no funcionaban y los discos no se vendían?

Desde el principio de mi carrera, cuando vi que me había enrolado en una cultura que no tenía nada que ver con la mía, ni con la de aquel país gris y triste en qué vivía, me di cuenta de que la cosa pintaba regular. Me costó aprender el oficio, encontrar mi voz, encorsetar el castellano en el beat sajón y, sobre todo, creérmelo. Creo que fue un aprendizaje muy eficaz. Después, y a pesar de haber hecho cosas remarcables, he sentido muchas veces el síndrome de Sísifo. Otra vez al pie de la montaña y la puta piedra era tan gorda como siempre. Esas vivencias imprimen carácter y te enseñan a ser resiliente.

¿La supervivencia es cuestión de clase social?

Supongo que tiene que ver más con la genética, pero, quizá, también con la ética. Aunque, pensándolo bien, puede que ese instinto nazca de la recompensa narcótica que dan los aplausos. Hay yonquis del dinero, vosotros los conocéis de primera mano. Pero el cariño también es adictivo.

Acaba de firmar un manifiesto contra el fascismo. ¿Hay que recordarle al rock que su esencia, como apunta en Memphis-Granada, es ir a la contra?

El rock, como género musical, es un continente que cada uno llena con su ideología. Empezó como una excusa para pasárselo bien y se convirtió en un movimiento contracultural en toda regla. Pero la ideología la lleva uno en su corazón, en su educación sentimental, en su lugar en el mundo. El fascismo se ha demostrado venenoso para la convivencia social y es algo a lo que nos debemos enfrentar sin ambages.

¿Se ha sentido musicalmente viejo alguna vez?

Renovarse o morir. Casi 60 años en la carretera te obligan a estar despierto, a sentir el pulso del momento y tu poder de adaptación hace el resto. Creo que las edades por las que atravesamos sirven para acompasar tu pulso a tu expresión artística, así evitas imposturas. Físicamente te sientes viejo antes en las articulaciones que en la garganta.

¿La nostalgia es tan atractiva como peligrosa?

A los artistas con largas biografías nos cuesta no repetirse. Al final casi siempre acabas escribiendo la misma canción, con nuevos matices o desde un punto de vista distinto. Pero el hecho de cantar repertorio antiguo es, en primer lugar, porque se tiene grandes canciones, y en segundo, porque tus fans no te perdonarían que le escatimaras el gusto de cantar contigo los mejores momentos musicales de sus vidas. Pero sí, la nostalgia como memoria está muy bien, pero como sostén anímico es peligrosa.

Por San Juan está inspirada en una columna de Manuel Vicent, pero es también el título de una canción de Bruno Lomas ¿Fue Bruno, con permiso, el gran rocker español?

¡Joder, Vicent y Bruno Lomas en la misma pregunta! Con Vicent, al que admiro sin reparos, me une la relación del devoto. Me encanta como escribe y como ve la existencia. Me encanta su sentido del humor y su mediterraneidad. A Bruno, ni tengo, ni tuve, ni tendré que darle permiso para que sea reivindicado como uno de los mejores rockers en español de todos los tiempos. Su voz y su pinta así lo ameritan. Si escuchas su repertorio, descubres que versionó las mejores canciones de aquellos años iniciáticos, con nota alta.

Hábleme del alicantino Luis Prado, su teclista. ¿Qué le aporta?

Luis contribuye con su descomunal talento a que mi música adquiera una dimensión extra y una musicalidad que sin él no tendría. En las dos últimas giras, además, tiene un brillante papel solista. Es un grandísimo músico y sus discos en solitario se están convirtiendo en todo un hallazgo. Para mí es un honor tocar con él.