El festival de circo contemporáneo Circarte ha estado a punto de tirar la toalla en las últimas semanas por las dificultades económicas del sector. La cancelación de la decimosegunda edición estaba sobre la mesa, pero finalmente la organización ha confirmado que la decimosegunda edición se celebrará del 12 al 24 del próximo mes de octubre.
El macro-encuentro circense organizado por la asociación Circ Clectic, que antes de la pandemia cerró su primera década con un balance de más de 150 actividades y un crecimiento multiplicado por 30 en los últimos años, se celebra simultáneamente en varias localidades de la provincia de Alicante que se han ido sumando a lo largo de los años, sin faltar Alicante, Dénia, Sant Joan, El Campello, Sant Vicent del Raspeig o áreas rurales como Beniardà, el pasado año, entre otras.
El festival acumula dificultades para su celebración desde la irrupción de la pandemia, a lo que este año se ha sumado la incertidumbre económica porque «las ayudas de concurrencia pública a las que optamos aún no han sido resueltas. Incluso con las previsiones más optimistas, no podemos asegurar un sueldo mínimo digno para el equipo promotor, ni la liquidez necesaria», apuntan desde la organización.
El director del festival, Lomi Szil, recuerda que Circarte maneja un presupuesto de entre 100.000 y 140.000 euros y la ayuda pública que recibe para llevarlo a cabo supone un 60 por ciento del total. El Institut Valencià de Cultura y el Inaem (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música) son las dos principales instituciones que aportan subvenciones y ninguna de estas han sido resueltas aún. «En ambos casos no hay resolución aún y creen que llegará en septiembre. Tenemos confianza en que lleguen pero dada la tardanza y las cantidades, que van bajando, estamos en ascuas», afirma Szil, que reconoce que «es difícil conseguir estabilidad para el proyecto con esta fórmula de subvenciones».
«Es difícil lograr dar estabilidad al proyecto con esta fórmula de subvenciones», afirma el director Lomi Szil
A pesar de las dificultades, el equipo de Circarte -9 personas trabajan durante todo el año y cerca de 30 durante el festival- ha decidido recientemente en asamblea seguir adelante y «asumir de forma solidaria la carga de trabajo, colectivo e individual, que conlleva esta edición» al tiempo que anuncian que a partir de septiembre lanzarán nuevas fórmulas de colaboración colectiva y de financiación «para sustentar la entidad sin tener que depender tan directamente de la subvenciones que lleguen», aclara Szil.
«A partir del día 1 de septiembre anunciaremos las posibilidades de colaboración, mediante campañas de micromecenazgo o microcréditos, y recaudar lo justo para seguir adelante», señala el director del festival, del que la organización ya se encuentra cerrando las actividades de la programación y las sedes donde se celebrarán, que confían en mantener en seis localidades de la provincia y posiblemente se sume Mutxamel.
El festival baraja utilizar el micromecenazgo o los microcréditos para lograr más autonomía y sostenibilidad
Además de la colaboración del propio colectivo, Circarte espera sumar la confianza del público y de nuevas entidades a la llamada de la #FamiliaCircarte que publicarán en la página web festivaldecirco.com con todos los detalles para participar en el rescate del festival. «Seguimos porque confiamos en nuestras compañeras, en nuestras utopías y sueños, en un proyecto que lleva 12 años desarrollándose, en que las sedes sabrán escucharnos y en nuestro público», apunta la organización.
En paralelo, comienza una revisión del modelo actual del festival y de la asociación Circ Clectic para diseñar el plan estratégico 2022-2025 con el objetivo de «generar un proyecto basado en dar respuestas a las necesidades de la población y sus deseos, así como un festival Circarte sostenible, con solidez y autonomía organizativa y financiera».
El cartel de la próxima edición es obra de Elena Tormo.
