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Sergio Ramírez asegura en Alicante que de la revolución "no queda nada, solo la tiranía"

El escritor, periodista y político nicaragüense, que va a realizar diferentes actos por la provincia, afirma que "entre la cárcel y el exilio elegí el exilio"

El escritor Sergio Ramírez, el martes en el Parque de Canalejas de Alicante.

Para alguien que a los 17 años vio como mataban a sus compañeros y dedicó parte de su vida a combatir un régimen totalitario en busca de la libertad, encontrarse a los 80 exiliado en Madrid no resulta fácil. Sergio Ramírez (1942), después de tantos años, retorna al papel de perseguido por la misma revolución por la que luchó para que Nicaragua recobrase sus derechos sociales.

Esta mañana, el escritor, político, periodista y ensayista, recordaba en Alicante que esa revolución, la que emprendió contra el dictador Somoza en su país con el Frente Sandinista de Liberación Nacional, "va quedando detrás como un sueño perdido, ya no queda nada, solo la tiranía. Es duro de aceptar, pero es parte de mi vida".

Sergio Ramírez, que ofrece esta tarde una conferencia en la Sede Universitaria de Alicante, organizada por el Centro de Estudios Mario Benedetti de la UA, además de presentar "Tongolele no sabía bailar", novela negra sobre el fin del sueño revolucionario en su país, tuvo que exiliarse el pasado mes de septiembre cuando el gobierno de Daniel Ortega, compañero de lucha en los años 70, prohibió la entrada de su libro al país y pidió la detención del Premio Cervantes 2017 por «conspirar» contra el presidente e «incitar al odio». "Entre la cárcel y el exilio, escogí el exilio y trato de vivir de la mejor manera posible", ha afirmado.

"Lo que me interesa fundamentalmente en la vida es la literatura y las consecuencias que ha tenido en mi vida, entre ellas, vivir ahora un exilio porque no hay libro inocente cuando se escribe desde dentro", ha asegurado el escritor cuya obra se ha traducido a más de veinte idiomas. "La literatura siempre tiene consecuencias y por eso estoy en esta situación".

Para el autor, "es una historia que se repite cuando las palabras desafían al poder" y a la vez "es una forma para el escritor de cumplir con su deber".

Y así lo ha hecho en su última novela. "Yo estaba en el proceso de escribirla aprovechando los meses de la pandemia y mientras avanzaba en la escritura sabía que esta novela podía tener consecuencias porque estaba tocando acontecimientos presentes en la historia viva del país en 2018 y también otra cosa bastante sensitiva que es la naturaleza del régimen de Nicaragua, porque es el único régimen del mundo que es esotérico -ironiza por el acercamiento al misticismo de la pareja Ortega y su mujer- y eso para un novelista no es más que una invitación al desafuero".

Sin autocensura

Dice que mientras escribía "Tongolele no sabe bailar", tercera novela de su trilogía negra, "usé un método que dio resultado y es decirme a mí mismo que tal como la estaba escribiendo no se iba a publicar así que lo hice con toda la libertad del mundo; lo peor que puede hacer un escritor es autocensurarse, un libro de uñas limadas no sirve para nada"

Pese a ser consciente de que iba a acarrearle problemas, Ramírez, que ejerció como vicepresidente de su país natal desde 1985 hasta 1990, lo terminó y lo envió a su editora de Alfaguara. "Los libros se publican cuando están terminados; cuando un escritor termina un libro tiene que deshacerse de ese peso y ya está huyendo hacia otro".

Y así fue. Cuando el libro llegó a Nicaragua, lo retuvieron 15 días en la aduana y a la semana siguiente, llegó la orden de detención a Ramírez, "por el delito de violación a la soberanía nacional, que es lo que dicen a todos". El autor ha recordado un caso reciente. "Ayer condenaron a 14 años de prisión a un campesino por ciberdelito y él no sabe qué cosa es internet. Tiene un teléfono que le sirve para comunicarse, pero nunca ha entrado en la red social".

Someter a los caudillos

Para el autor de "Tiempo de fulgor", su primera novela, el problema con Nicaragua es que desde los años de la independencia en el siglo XIX, "las instituciones nunca pudieron ser suficientemente fuertes para someter a los caudillos y se encargaron de destruir lo poco que se consiguió. En Latinoamérica se proclamaban los derechos y libertades más importantes del mundo, y así se reflejaba en las constituciones, pero luego los caudillos mandaban suspenderlas; eso se fue repitiendo a lo largo del siglo XX y llegamos al XXI viviendo como en el XIX". Y asegura: "La modernidad no lo cambia, el tirano se asienta siempre en la modernidad".

La solución, en su opinión, estará "cuando consigamos que los cambios sean democráticos verdaderamente. La historia nos enseña que una revolución armada triunfa, genera un tirano y luego viene otra revolución armada y engendra otro tirano. Quizá el camino sea lograr un cambio pacífico. Yo nunca cogí armas en mis manos".

Sergio Ramírez no pierde la esperanza de volver a su país. "Yo tengo confianza en volver, si perdiese la confianza habría perdido todo. Hoy en día por mucha fortaleza que el régimen muestre, más bien se encuentra a la defensiva porque está montado sobre más medidas represivas cada vez y a medio y largo plazo generan un mínimo de consenso político y socia. Eso desgasta".

De hecho, asegura que sigue creyendo en la revolución de entonces, "en lo que resultó hoy día, no". "Lo de derechas e izquierdas se borra cuando hablamos de dictadura, se convierten en tiranías aunque tengan diferentes lenguajes. Entre Bolsonaro y Ortega no veo diferencia. Lo único que en Brasil hay opción de elegir a otro gobernante y en Nicaragua es imposible porque no hay elecciones o solo sirven para mantenerse en el poder".

Son más de 30 años ya, recuerda Ramírez, los que Daniel Ortega lleva en el poder. "La familia Somoza, entre todos, estuvo 50 años en el poder y Ortega ha tenido ya más presidencia que el último Somoza. Pero confío en que el cambio se logre. Y sin armas, ojalá, esa es mi esperanza".

Emigración y exilio

Asegura que su situación, aunque de exilio, es diferente a otro tipo de emigración, como la africana hacia Europa, que "no se va a remediar mientras no haya una situación de libertad al otro lado del Mediterráneo. La gente se ve obligada a buscar el sueño europeo igual que en Centroamérica busca el sueño americano"

En Nicaragua, afirma, "por primera vez este año fueron detenidos en la frontera y sometidos a un proceso de asilo 40.000 nicaragüenses y esto nos habla de una acumulación de factores políticos y económicos". En cuanto al conflicto "geopolítico" de Ucrania "es de otra naturaleza, que puede desembocar en una guerra convencional".

Mientras llega el momento de volver a casa, dice que desde su casa en Madrid sigue escribiendo. Y en breve saldrá publicado un libro de 12 cuentos, "Ese día cayó en domingo", también con Alfaguara. "La escritura es mi ancla, mi asidero, sería muy desgraciado si no pudiese escribir, como un astronauta perdido en el espacio".

Más actos en la provincia

El miércoles 23, Sergio Ramírez estará en la sala Ramón Llull de la Biblioteca Municipal de  El Campello para presentar su libro, a las 18 horas (inscripciones en el teléfono 965632124); el jueves lo hará en la Fundación Paurides de Elda, a las 20 horas, y el viernes, en la Casa de Cultura de Novelda, a las 19.30 horas.

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