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C. Tangana conquista Alicante sin cantar ni afinar

El artista congrega a miles de personas en el Spring Festival para presentar su disco "El Madrileño" en su última parada en festivales nacionales. La pasión por el cantante se vive casi como una religión

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C Tangana en en el Spring Festival Alex Domínguez

Bastaron dos compases de Demasiadas mujeres para que la ciudad se rindiese ante C. Tangana y el que muchos consideran el disco del año: El Madrileño. Minutos antes de comenzar la actuación, la expectación para ver al artista ya dejaba entrever lo que estaba a punto de ocurrir: más de una hora de devoción absoluta.

La pasión por C. Tangana se vive casi como una religión. Con una puesta en escena tremendamente cuidada, repleta de elementos de atrezo e interacción con el público, Antón Álvarez consiguió convertir su actuación -dentro de la gira "Sin cantar ni afinar"- en un videoclip de larga duración, en el que miles de personas se sintieron parte del show.

El artista, cabeza de cartel del Spring Festival en esta nueva edición -la primera que se celebra en el Multiespacio Rabasa- abrió el concierto con algunos de sus temas de «baja fidelidad» como Cambia, en el que apela a sus orígenes y se reivindica frente a la industria musical.

En el escenario, una castiza taberna madrileña acompañaba cada uno de los temas como hilo conductor de un concierto en el que no hubo prácticamente ni un segundo de silencio. Acompañado de una banda formada por varios instrumentos de viento y cuerda, «Pucho» demostró que sus directos son mucho más que autotune.

C. Tangana se dirige al público en su actuación. ALEX DOMÍNGUEZ

Tras un inicio que fue progresivamente de menos a más, Comerte entera dio paso a una serie de «himnos» coreados por una ensordecedora multitud que prácticamente silenció la voz del artista, que en todo momento se mostró cómplice con las miles de personas que acudieron al Spring Festival.

Después de la introducción, Antón se dirigió directamente al público para constatar esa vinculación que pocos artistas consiguen y que anoche en Alicante fue prácticamente una «experiencia religiosa» que gritó al cielo de la capital el estribillo del tema que el artista publicó con la argentina Nathy Peluso: «yo era ateo, pero ahora creo».

A partir de esa momento, el evento se convirtió en una absoluta locura ensordecedora. Nada era suficiente para las miles de gargantas que corearon algunos de los temas más escuchados del año. También hubo espacio para los grandes «clásicos» como Llorando en la limo. Una transición musical perfectamente coordinada a través de una interpretación de la que formaron parte los más de 15 músicos que el artista reunió en el escenario.

No hubo altibajos, la actuación del madrileño fue siempre hacia arriba: colaboraciones, improvisaciones, guiños a la «terreta» y hasta fuegos artificiales. El artista -sin duda alguna uno de los más internacionales de la escena actual- no defraudó.

Nadie quiso perderse la que, sin duda, fue una de las actuaciones del año en la capital de la provincia. El Niño de Elche también se sumó a la mesa de Tangana para interpretar junto a él, tanto con su voz como a la guitarra, temas como Los tontos.

El artista aglutinó alrededor de su mesa, de la que ya hizo gala en su Tiny desk publicado junto a artistas de la talla de Carmona o Kiko Veneno, a más de una quincena de músicos con los que, además de canciones propias, versionó históricos temas como Alegría de vivir, que fueron recibidos por parte del público con auténtica euforia.

Un broche de oro para una actuación que se demoró más allá de lo previsto en la programación del festival y que acabó con el público coreando el nombre del artista, con ganas de más. Ni siquiera Tranquilísimo, uno de sus temas más aclamados de los últimos años, fue suficiente para calmar la sed del público, insaciable ante la actuación del artista.

El público, durante la actuación del artista madrileño. ALEX DOMÍNGUEZ

El Spring vuelve con fuerza

Al margen de la frenética actuación de C. Tangana, el festival alicantino reunió un importante cartel plagado de artistas de la escena nacional.

En la jornada del viernes: la «casi» representante española de Eurovisión, Rigoberta Bandini, protagonizó una tarde en la que el público coreó su himno feminista Ay mamá junto a otras actuaciones como las de Viva Suecia, los catalanes Love of Lesbian -otro de los «platos fuertes» del festival-, o los alicantino-madrileños Niña Polaca.

En cuanto al cartel del sábado, el «folclore» de Gutarricadelafuente, el contagioso pop de Cariño o la inconfundible voz de Zahara acompañaron, entre otros, al madrileño en el regreso triunfal del Spring Festival. Un evento que demostró que Alicante tiene ganas -y muchas de disfrutar de la música en directo. A pesar de la escasa apuesta pública por la escena de la ciudad

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