"Turista un millón es una publicación sobre la isla de Tabarca, el turismo y la perseverancia", avanza el fotógrafo alicantino Carlos Aguilera (Los Montesinos, 1992), que durante dos meses viajó cada día a apostarse en el muelle de la isla para ver quién iba y venía -de ahí la perseverancia- y reflejarlo en un proyecto fotográfico que jugaba con relevar al fotógrafo "oficial" de Tabarca durante años, Pepe Fotos, que se había jubilado.  

Él mismo lo cuenta así: "Hace unos años conocí a José Espinosa. Todo el mundo lo llama Fotos. Su apodo se debe a que ha hecho mas de 3.500 fotos a diario durante alrededor de 30 años: se ha dedicado a fotografiar día tras día a cada uno de los turistas que desembarcaban en la isla de Tabarca. Hace algún tiempo coincidí con José y me comentó que había dejado de fotografiar y había vuelto a vivir al pueblo -el mismo que Aguilera-. Turista un millón parte de esta anécdota para generar un relevo: ahora que José está en el pueblo yo iré a fotografiar la isla". 

Aguilera inició el trabajo en 2020, recopiló un millar de imágenes y cuarenta de ellas han sido reunidas en el fotolibro que presenta este jueves a las 19 horas en el centro Las Cigarreras de Alicante. En ellas da su visión de la isla diferente, alejada de las estampas y los lugares comunes. En ellas no se ven apenas caras, a veces solo objetos, y todas las fotografías tienen de fondo el muro del muelle. "Al principio hacía muchas donde se veía el mar y el cielo, pero al final todas tienen el muro de escenario y es el eje central para hablar de la isla, utilizando justo la parte que no forma parte de la isla", expone el fotógrafo.

Imágenes del fotolibro "Turista un millón" de Carlos Aguilera CARLOS AGUILERA

El proyecto lo inició gracias al programa de residencias artísticas Cultura Resident del Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana. Ahora, el fotolibro lo ha podido editar con la ayuda de la Diputación de Alicante y Las Cigarreras, que le concedió una ayuda para editar 250 ejemplares de la reciente publicación, "que bebe del archivo y el imaginario de José Espinosa y en la que se combinan 40 fotografías con 3 textos de José Miguel Gómez Acosta incluidos como los flyers que se daban a los turistas".

El diseño de la publicación es obra del estudio valenciano Handshake, compuesto por Rubén Montesinos y Jaime Sebastián.