Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

ANÁLISIS

Todo lo que podía salir mal salió mal

El Lucentum certifica el fracaso de su temporada con un proyecto que comenzó con mal pie y que nunca ha conectado con la afición. Las lesiones no deben ocultar los fallos en la planificación de un equipo sin consistencia

Gonzalo García de Vitoria durante el partido ante el Coruña AXEL ALVAREZ

No acostumbra el Lucentum a fracasar en sus proyectos. Al contrario, suele superar las expectativas creadas y es raro que no consiga los objetivos marcados. En cambio, esta temporada puede catalogarse de fracaso con un equipo y un técnico que nunca han conectado con la afición desde el primer partido dejando las gradas del Pedro Ferrándiz cada vez más vacías. Como único alivio, haber conseguido la permanencia, ya que en varios tramos de la temporada los resultados obligaron a mirar de reojo hacia abajo. 

No ha empezado con buen pie la unión con el Intercity, una decisión que no sentó bien a un sector de la afición cuando fue anunciada en noviembre y que comenzó a enturbiar una temporada que ya había empezado con mal paso con cuatro derrotas consecutivas. El ambiente se comenzó a enturbiar en el pabellón lucentino al tiempo que el juego del HLA nunca llegó a cuajar pese a disponer de una plantilla a priori de muchos quilates.

Aunque suene a disparate, el fichaje de Justin Pitts comenzó a torcer el proyecto. Se puso a tiro cuando la plantilla ya estaba cerrada y el base norteamericano recibió una irrechazable oferta del Lucentum. El exceso de ambición quebró el proyecto sin que nadie alertara de la situación que podía producirse. El equipo se desequilibró en la dirección de juego con un problema de roles y el juego lucentino casi siempre ha sido anárquico al tiempo que el rendimiento de Pitts fue nulo durante todo el tiempo que estuvo en el conjunto de Gonzalo García de Vitoria. Todo lo que podía salir mal salió mal.

No cayó de pie el entrenador lucentino pese a su enorme experiencia en la categoría. La misión de sustituir a Pedro Rivero no era fácil y las cuatro derrotas consecutivas nada más comenzar la temporada no le pusieron las cosas nada fáciles. Horas y horas le ha dedicado al proyecto, pero el equipo nunca ha transmitido salvo momentos puntuales. Su fragilidad defensiva le ha condenado a quedarse sin objetivo a falta de tres partidos. Unas veces la mala suerte, otras las lesiones, otras el acierto del rival, otras la depresión de la plantilla, el covid, los partidos aplazados...Una temporada para olvidar llena de despropósitos en la que todo ha salido muy mal. Para colmo, abandonaron los dos extracomunitarios Pitts y Simmons a mitad de la temporada dejando una situación de ansiedad a la plantilla. Llegaron Hearts y Trotter. El primero es prácticamente la única amenaza ofensiva seria del equipo y el segundo no da el nivel para una liga tan exigente ni de lejos. Quiso traer el club a un conocido como Álex Galán tras no jugar en Bilbao pero ha resultado no ser ni la sombra de lo que fue en Alicante.

Los jugadores del HLA en un tiempo muerto AXEL ALVAREZ

Queda muy tocado el entrenador vasco que tiene firmada una temporada más de contrato. En la previa del partido ante el Gipúzkoa dejó claro que aceptaría cualquier decisión del club de cara a la próxima campaña en la que se espera de nuevo una profunda renovación de la plantilla tras el fiasco. Luis Arbalejo ya ha tomado posesión como nuevo director deportivo del Lucentum para las próximas cuatro temporadas. En su mano está la elección del técnico si decide, como todo apunta, su relevo, así como volver a ilusionar a una afición lucentina que nunca se ha sentido identificada este año con el equipo. Mucho trabajo para Arbalejo que puede comenzar ya la planificación del nuevo proyecto. Quedan tres encuentros irrelevantes para el HLA ante Huesca, Palencia y Girona. Solo en juego el honor para finiquitar el peor proyecto que se recuerda tanto por resultados como por sensaciones. Todo se perdió antes de la sucesión de lesiones de la plantilla. No estar entre los nueve mejores es un fracaso en toda regla para una equipo con nombres como Llompart, Van Zegeren, Pilepic, Matulionis o Jakstas además de haber tenido el lujo de contar con un anotador como Simmons. No se ha sabido conjuntar a una plantilla de mucha calidad a la que le ha faltado corazón en muchos momentos de la temporada y cuya inconsistencia le ha llevado a convertirse en un equipo vulgar.

El primer año de la era post-Rivero culmina en fracaso aunque ya se barruntaba durante la temporada que la clasificación para el «play-off» iba a ser muy justa. No había nada que identificara al equipo, no tenía ninguna señal de identidad tal y como ha sucedido en los últimos años. Con un juego anárquico y poco efectivo nunca ha logrado convencer este HLA salvo minutos aislados de algunos partidos ante rivales que sí han ido creciendo con el avance de la temporada. Queda digerir la decepción y comenzar a construir un nuevo proyecto ilusionante con muchos interrogantes como la continuidad de García de Vitoria o si Llompart optará por seguir un año más para no quedarse con este agrio sabor. El físico tendrá la última palabra de un jugador que siente los colores y que no ha podido empujar en los momentos más determinantes. El Lucentum, como siempre, se levantará.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats