Entrevista a Aurelia Blázquez Ruiz, campeona del mundo

«La petanca está de moda y cada vez juegan más jóvenes»

La jugadora alicantina se ha colgado el oro en el Mundial de Dinamarca

Aurelia Blázquez Ruiz, con su medalla de oro y el jersey arcoíris de campeona del mundo

Aurelia Blázquez Ruiz, con su medalla de oro y el jersey arcoíris de campeona del mundo / F.E.P.

J. A. Galvañ

J. A. Galvañ

La jugadora alicantina se ha proclamado campeona del mundo de parejas femeninas en Dinamarca junto a la canaria Sara Díaz. Asegura que el mito de que es un deporte para viejos no es cierto, que está de moda y que cualquiera que pruebe a jugar una partida seguro que se divierte. 

Aurelia Blázquez Ruiz «Aure» (Alicante, 13 de abril, 1970) comenzó a jugar a la petanca siendo muy niña, con apenas ocho años. Del barrio de La Tómbola y de familia de tradición petanquera. Su padre, Damián Blázquez, fue un jugador destacado de la provincia de Alicante y de España, su madre, su hermana y su hermano también jugaban. En 1994 se casó y se lo dejó durante 13 años, porque quería ser madre y dedicarse a su familia. En 2007 volvió y comenzaron a llegar los éxitos internacionales. 

En 2010 fue bronce el Campeonato de Europa de tripletas en Eslovenia, en 2014 campeona de Europa en Turquía y en 2015 logró el título de campeona del mundo en Tailandia. El pasado domingo consiguió el titulo mundial en dupletas femeninas en Dinamarca. Ha sido dos veces campeona de España individual y una de la Liga de Clubes. Se marchó a vivir a Francia, por una cuestión personal y sentimental, y también ha logrado dos medallas de plata y una de bronce en la Copa de Europa de clubes.

¿Cómo comenzó a jugar a la petanca? 

Cuando yo nací mi padre ya jugaba. La petanca ha sido siempre una tradición familiar. Comencé a jugar con ocho años, mi hermano y mi madre también jugaban. Yo llegué a formar equipo con mi madre y mi hermana. Jugábamos todos los domingos torneos por todas las ciudades y pueblos de la provincia. Era una tradición y un acto de convivencia semanal.

Había sido campeona de Europa y del Mundo. Después de mucho tiempo ha vuelto a subir a lo más alto del podio en una competición internacional. ¿Ha sido especial?

Muy especial. Después de siete años que conseguí el campeonato del mundo pensaba que ya no iba a conseguir ninguno más. Había dejado de ir a la selección. Aunque hace tres años fui al Mundial de tripletas en Camboya y nos eliminaron en octavos de final. Hace dos, en Almerimar, perdí en cuartos, para pasar a medalla, tanto en individual como en dupletas. Con 52 años pensaba que nunca iba a volver a repetir, porque le estaban dando más oportunidades a las jóvenes. Por suerte, me han vuelto a llamar y he podido lograr este oro en dupletas..

¿Ha sido un Mundial con muchas sorpresas?

Sí. Por primera vez en la historia, Francia se ha quedado sin subir al podio. Se ha jugado en un terreno en el que se podía tirar, como se suele decir: a rastras, y se eso le ha hecho mucho daño a las favoritas, como a la francesa Darodes, que era la anterior campeona del mundo. En individual se metieron en la final Suiza y Noruega, que nadie lo esperaba. Yo perdí 13-11 con Tailandia. Ha sido un campeonato lleno de sorpresas. 

Sin embargo, en dupletas femeninas España ha demostrado un gran nivel y ha realizado un torneo espectacular … 

Sí. Empezamos perdiendo frente a las anfitrionas de Dinamarca, pero, a partir de ahí, ganamos todas las partidas. Vencimos en cuartos de final a Tailandia, que era la favorita, y, luego, ganamos de forma clara a Italia y a Malasia en la final. Hemos hecho un gran torneo.

Cuando le ganaron a Tailandia, ¿se veían ya que podían ser campeonas del mundo?

La verdad es que sí. Tras ganar, dijimos aquí estamos y vimos que teníamos grandes posibilidades. 

España también ha conseguido en global un resultado histórico con tres medallas y dos títulos en este Mundial …

La sido algo increíble. Lograr dos oros, el nuestro en dupletas y el individual de Jesús Escacho y la plata en dupletas mixtas, con Javier Cardeñas y Sara Díaz, en una competición mundial, donde se dan cita los mejores jugadores, es algo que es muy difícil de conseguir.

Además, con jugadores jóvenes como Jesús Escacho y Sara Díaz …

Tenemos unos grandes jugadores jóvenes, que están entrando muy fuerte y ofreciendo un gran nivel. El futuro está asegurado. 

Eso demuestra que la petanca no es un deporte de viejos…

Bueno… Siempre se ha dicho eso y que es para que los mayores jueguen en los parques. Tenemos a muchos jóvenes jugando a la petanca. En la provincia de Alicante también se está haciendo un gran trabajo, con cursos y entrenamientos mensuales. Hay muchos jóvenes jugando. La petanca es un deporte que está de moda, como hemos podido comprobar en este Mundial, en el que han participado más países que nunca. 

El problema es que es difícil vivir de la petanca …

Nadie vive de la petanca. Ni en España ni en el extranjero. A veces te ayuda, pero conozco bien como funciona en Francia, que es la cuna de la petanca mundial, porque estoy jugando allí, y los grandes jugadores trabajan al margen de la petanca. Lo que sí que ocurre es que la mayoría trabajan en ayuntamientos y les permiten salir los jueves a disputar competiciones durante el resto de la semana y le mantienen los salarios. 

Usted se fue a jugar a Francia. ¿Fue por motivos económicos?

No. Fue por un asunto personal. Conocí a un seleccionador femenino de Mónaco y comenzamos a tener una relación. Al principio era a distancia, pero, al final, me marché a vivir con él a Francia. Allí tengo trabajo en una gran empresa de plásticos de esterilización de medicamentos para hospitales. También me vino bien porque he podido subir mi nivel de juego. 

¿Cómo lo puede compaginar con la petanca? ¿Cuánto tiempo le dedica a entrenar?

No entreno un tiempo determinado. Por suerte, trabajo a turnos, bien por la mañana o por la tarde. Cuando regreso del trabajo intento entrenar dos o tres veces por semana. Cuando lo hago con amigos, le dedico más tiempo, pero si salgo sola estoy una hora tirando bolas, que da tiempo a tirar muchas. 

¿Qué le diría a la personas que no han jugado nunca a la petanca?

Que jueguen una partida. Que cojan tres bolas y jueguen un rato, si puede ser con alguien que sepa y les enseñe un poco mejor. Verán como se divierten y les pica el gusanillo de continuar jugando. Todo el que prueba a jugar a la petanca, al final, le termina gustando.