El Balonmano Benidorm ya roza su clasificación para disputar competición europea la próxima temporada. A falta de dos jornadas, le basta con una victoria o que el Cuenca se deje algún punto para sellar de forma matemática su pasaporte al torneo continental. Pero el conjunto de Fernando Latorre no quiere más esperas y quiere vivir una gran fiesta este sábado en el Palau L’Illa de Benidorm donde recibirá a partir de las 17 horas a un Nava que se juega la permanencia en la Asobal. El conjunto benidormense ha firmado una temporada brillante y está situado en una meritoria cuarta posición.
El Benidorm prepara un gran número de sorpresas para el encuentro del sábado en el que quiere llenar su pabellón para arropar a un equipo que está a punto de hacer historia. Para ello, regalará la entrada a todos los aficionados que entren con una camiseta azul.
El club benidormense ya se metió en Europa hace dos campañas, pero lo hizo al ser subcampeón de la Copa del Rey tras perder ante el Barcelona. En aquella ocasión, su participación por el viejo continente fue una auténtica odisea porque coincidió con la pandemia del covid y terminó eliminado en los despachos en lugar de en la pista. Fue un duro para un equipo que está a punto de jugar en Europa de la forma más complicada, estar entre los mejores equipos de la Asobal.
El club regalará la entrada a todos los aficionados que entren al pabellón con una camiseta azul
A pesar del irregular comienzo de Liga, con muchos aplazamientos por positivos por covid, Latorre estaba convencido de que podían hacer una gran temporada tal y como reconoció en una reciente entrevista en este periódico: «Teníamos muchas ilusiones. Ya lo dije al principio, contaba con la mejor plantilla que había tenido en el Balonmano Benidorm. Es un equipo más a mi gusto y con el que me siento identificado. Antes había tenido jugadores importantes, pero los de este año se asemejan más a las características de mi forma de jugar». El único problema que veía Latorre eran los once cambios que hubieron en la plantilla.
«Eso requería un tiempo de adaptación. Comenzamos con altibajos, con parones y eso no ayudó al tiempo que necesitábamos de adaptación. Al final de la primera vuelta ya comenzamos a carburar. Luego, en el principio de la segunda vuelta también tuvimos el parón de selecciones, pero volvimos con la inercia que lo habíamos dejado y, ahora, estamos en el momento que queríamos. Somos un equipo en el que no hay grandes figuras ni que dependamos de una o dos individualidades. Todos remamos en la misma dirección», señaló Latorre.
