Juegas ajeno a los ojos que te miran. Debe ser así, aunque quien observe desde un lateral sea el mayor icono lucentino, el mejor base que ha tenido la entidad en su historia, el hombre que más veces ha defendido la camiseta y sublimado el sentimiento de una hinchada rendida a un capitán que ya no volverá a ver sobre el parqué del CT. Seguramente Pedro Llompart, siempre templado, siguiera con especial interés al hombre que a partir de ahora llevará su número, el nueve, ese que debió retirarse para que nadie lo maltratara en el futuro aunque solo fuera por restañar el agravio de haberlo hecho marcharse un año antes de lo que le tocaba.

Steinarsson no es mallorquín, ni acumula más de 200 partidos con el HLA, ni ve igual los pasillos interiores. Ni siquiera tiene su capacidad de anotar en momentos calientes... pero anoche lo disimuló muy bien ajeno a todo lo emocional que pudiera estar viviéndose fuera. El director de juego islandés, superada la treintena, demostró, al menos ayer, que puede cargar con el peso de ser el sustituto de alguien insustituible.

El Lucentum apenas sufrió para deshacerse de la propuesta fulgurante que continúa esgrimiendo David Varela, fiel a un estilo de transición rápida, circulación corta y lanzamiento de tres a la primera oportunidad que se presente. Monclova, más testarudo, más clásico, más físico, le complicó la ejecución del sistema durante tres actos y solo sufrió en el tercero, después del descanso, probablemente porque su equipo se vio muy superior a un bloque con un solo argumento ofensivo.

Un pabellón rendido: Pedro Llompart recibe una ovación interminable de la hinchada lucentina

Emocionado en su justa medida. Inteligente, sonriente, consciente del momento, de los compañeros de viaje en un martes desabrido en el CT y, sobre todo, agradecido a las personas que le aplauden a rabiar puestas en pie. Pedro Llompart recibió anoche su merecido homenaje como icono lucentino irrepetible tras no llegar a un acuerdo con la entidad para cumplir el año que aún le quedaba de contrato. Fue un tributo sobrio antes de empezar el partido, con gente aún accediendo a la grada. No hubo micrófono, no hubo palabras sentidas de nadie, solo el estruendo sincero de una ovación interminable para reconocer al base mallorquín como el último gran icono de una entidad que tardará mucho en dar con un director de juego semejante.

El HLA se olvidó del desfallecimiento que sufrió hace cinco días en Santander y jugó bien al baloncesto, moldeando su defensa, intercambiando sus estructuras en función de la del adversario para neutralizarla siempre, para impedir fluidez en la anotación de Albacete, que ganó un combate, el tercero, pero solo por incomparecencia puntual de su contrincante. El extécnico lucentino, dedicado por entero al ataque, fue nulo deteniendo todos los caminos a canasta que sí supo encontrar Monclova con sus diferentes quintetos, combinando acción coral con episodios de brillantez individual (Steinarsson, Blaylock, MacDonell, Borovnjak...), es decir, logrando eso tan complejo que es casi siempre el equilibrio.

La sempiterna apuesta de David Varela por el juego fugaz y la anotación exterior volvió a fallarle en Alicante al extécnico lucentino

Del 22-16 con el que se cerró el primer envite (tras un 7-0 de inicio para sentar las bases) se pasó al 49-38 justo después de haber logrado la máxima renta (+13). El crecimiento gradual del cuadro local reflejaba la superioridad exhibida en la cancha.

El receso dejó frío al bloque. El técnico del HLA repitió la estructura inicial y vivió uno de esos momentos que sirven, si salen bien, para conseguir conectar las piezas, fortalecer el estilo y dar una pátina de grandeza a los equipos. Con 57-52 en el marcador, Borovnjak pierde una bola tontamente, se frustra y golpea a quien se la roba. La falta flagrante, dos tiros y posesión, no tiene consecuencias. Sale gratis. Albacete no suma. 

El Lucentum fue capaz de sobreponerse a un bajón de rendimiento en el tercer cuarto y no sufrió en el tramo final

La tercera personal del serbio con pasaporte luso le saca del partido y Monclova confía en Parrado, menos voluminoso, para aguantar a Santana. Son esos puntos de inflexión que se producen siempre a lo largo de los 40 minutos que dictan quién eres. El canterano del Joventut no solo mantuvo la tensión de Sasa, sino que elevó el régimen de dureza delante y detrás y gracias a ello evitó que el apagón momentáneo fuer a más. El tiro exterior, otro modo es impensable, permitió a los de Valera llegar medio vivos al último acto.

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Monclova recompuso su defensa mixta, atajó de manera sobresaliente las zonas más activas del ataque manchego y vivió plácidamente un desenlace merecido para quien se llevó el mayor tributo. Pedro Llompart puede irse orgulloso. Su abrazo con Guillem Arcos, la fusión de maestro y heredero sentimental, de genio y aprendiz de brujo, será lo que quede en la retina del primer triunfo del Lucentum en la presente Liga, un buen punto de partida.

FICHA TÉCNICA

(86) HLA Alicante (22 + 27 + 15 + 20): Guillem Arcos (2), McDonnell (17), Matulionis (7), Steinarsson (16), Borovnjak (10), Chapela (3), Parrado (6), Gatell (2), Berg (5), y Blaylock (18).

(77) Bueno Arenas Albacete (16 + 22 + 21 + 14): Blatt (9), Eric Knudsen (11), Raitanen (14), Carranza (2), Santana (10), Clark (10), Mejías (2), Guerrero (-), Sima (-), Moreno (-), Aurrecoechea (11) y Jacobs (8).

Árbitros: Mikel Añigueral, Antonio Zamora y Javier Villanueva. Sin eliminados.

Pabellón: Pedro Ferrándiz. Alrededor de 1.500 espectadores en la gradas.

LO MEJOR

►La capacidad del entrenador para resolver las crisis puntuales. Rafa Monclova fue determinante en la consecución del triunfo con sus rápidas respuestas tácticas a las lagunas defensivas de sus jugadores.

EL DATO

►103 de valoración de equipo. El HLA completó un buen partido coral con un porcentaje cercano al 50% en los tiros de campo.

EL MVP

►Sean McDonell fue el mejor del partido con una valoración de 31. Su producción silenciosa fue continua. Aportó 17 puntos en la media hora que estuvo sobre el parqué, además capturó 9 rebotes, repartió 3 asistencias y fue objeto de 4 faltas de tiro.