Fútbol

La explosión de Fermín López: el niño que creció tarde y el Barça espió junto a Gavi

De la localidad onubense, de El Campillo, a una hora de coche de Huelva, procede Fermín López, nacido el 11 de mayo de 2003, de crecimiento físico tardío pero talentoso desde muy temprano

Fermín López.

Fermín López. / VALENTÍ ENRIC

Joan Domènech

Algún madridista debe agitarse corroído por un indescifrable sentimiento, nada bueno, cuando ve la colección de muchachos que va sacando el Barça de una cantera que parece, es, inagotable. Emergió Fermín López Marín un desconocido también para la masa culé, y no solo dinamitó el clásico con una aparición que perdurará, sino que alargó el complejo que se siente en Madrid sobre la desigual producción de futbolistas.

Fue Fermín en Dallas, pero fue Gavi hace un par de años junto con Nico, vendido este fin de semana al Oporto. Fue Pedri, emergiendo desde Las Palmas, fue Abde descubierto en Alicante, fue Pablo Torre detectado en Cantabria, fue Ronald Araujo captado en Uruguay, fue Alejandro Balde echando a Jordi Alba... ha vuelto Oriol Romeu, volvió Eric Garcia y, enfrente, representando a La Fábrica, la homologa a La Masia, viven aún de los treintañeros Carvajal, Nacho y Lucas Vázquez más Joselu y Fran García recuperados esta campaña.

De la localidad onubense, de El Campillo, a una hora de coche de Huelva, procede Fermín López, nacido el 11 de mayo de 2003, de crecimiento físico tardío pero talentoso desde muy temprano. Por lo meteórica que fue su progresión futbolística siendo un crío.

Fermín pugna con Vinicius en un lance del clásico de Dallas.

Fermín pugna con Vinicius en un lance del clásico de Dallas. / AFP

Estuvo una temporada en El Campillo, una en el Recre, cuatro en el Betis y a partir de los 13 años residió en La Masia.

Fiesta en casa y en Dallas

Empezó jugando en la calle, sin mayores pretensiones que las de pasarlo bien con los amigos, pero a los ocho años ya fue inscrito en la Escuela de fútbol base El Campillo. Un año duró. Le detectó el Recreativo, "el club de mi ciudad", ha dicho Fermín tantas veces como que "soy culé desde pequeño".

Lo repitió en Dallas, en la emocionante tarde vivida que le ha catapultado a la gloria, mediante el golazo que anotó, con la revalorización intrínseca de habérselo endosado al Madrid (y a Courtois, no a Lunin) y el añadido de una espectacular asistencia a Ferran que dejó al valenciano solo frente al meta belga. El gol con la zurda, el pase con la diestra.

"Es un sueño y un privilegio hacer la pretemporada; soy culé desde pequeño y es mi sueño llegar al primer equipo", manifestó tras el encuentro, restablecido de la emoción que le hizo derramar unas lágrimas. Desde Dallas habló con la familia de El Campillo, que vivió una noche de verano inesperadamente bella y festiva. Las imágenes de la celebración del gol y del éxito de la asistencia corroboran ese sentimiento barcelonista.

El Barça vio a Fermín cuando captó a Gavi pero le dejó bajo control en el Betis tres años.

Malos ratos lejos de casa

Un año aguantó Fermín en el Recre, jugando con el Benjamín A pese a que todavía era prebenjamín. La red del Betis, más poderosa y amplia, lo captó y vistió de verdiblanco durante cuatro temporadas, hasta que los ojeadores del Barça, que habían reclutado a Gavi en las filas sevillanas, vieron también a Fermín. Dejaron pasar un tiempo por prudencia antes de llevárselo. "Lo teníamos controlado desde que era benjamín y le vimos en un torneo en el que participó el Barça", precisa un técnico azulgrana.

Con 13 años entró el pequeño futbolista a residir en La Masia. Era infantil, pero no había crecido. Asombrado y con la boca abierta -"veía en persona lo que hasta entonces veía en televisión", reconoció Fermín en una charla en Youtube-, pasó los consabidos malos ratos con la añoranza de la familia, los amigos, y la niñez que imaginaba con sus amigos. Pero, al mismo tiempo, estaba donde quería estar.

Superada la novatada del cuarto oscuro -a los recién llegados les encierran en una habitación con los ojos vendados y deben evitar o reconocer a los autores de las collejas- no ha vivido para nada más que para ser futbolista. Con las dificultades que entonces desconocía.

Fermín López conecta el zurdazo que supuso el 2-0 sobre el Madrid en Dallas.

Fermín López conecta el zurdazo que supuso el 2-0 sobre el Madrid en Dallas. / KEVIN JAIRAJ

Fermín supo sacar partido de su endeblez física para explotar otras virtudes.

El hándicap del físico

A la mayor competencia que encontró en el Barça se añadió la dificultad de su tardío crecimiento, que le colocó en una delicada situación al dar el salto de cadete a juvenil. Su pequeñez ya era llamativa. "Era muy enclenque, pero se ha ido desarrollando hasta obtener ahora una estructura física muy sólida", explica uno de los preparadores que tuvo en las escalas inferiores del Barça.

"Es un chico que durante su etapa formativa ha tenido ese hándicap del físico, pero eso a la vez le ha dado recursos extra para ejecutar ahora muchas acciones gracias a la inteligencia y la velocidad mental que ha debido cultivar", abunda otro técnico. Nunca generó dudas por su calidad -"es un chico muy competitivo, muy atrevido y dinámico que se maneja muy bien en espacios reducidos", sino la adaptación a un hábitat cada vez más áspero.

Fermín López, entre Guillermo Amor y Xavi Vilajoana, cuando eran los máximos responsables de la cantera.

Fermín López, entre Guillermo Amor y Xavi Vilajoana, cuando eran los máximos responsables de la cantera. / FCB

La cesión al Linares fue la prueba definitiva: le esperaban para darle el 10 y aportó 12 goles y 9 asistencias.

Formación completada

Nada como Linares para pasar la prueba definitiva. En Primera RFEF, cedido tras terminar la categoría juvenil (nueve goles con el Barça, el último en la final de Copa ganada al Athletic), sin espacio en el filial. Le esperaba el club jienense para darle el dorsal 10 y colaborar en el ascenso a Segunda. Fermín aportó 12 goles y 4 asistencias. Regresó ya adulto con el inesperado premio de incorparse a los entrenamientos del primer equipo.

Se formó en Sant Joan Despí como interior izquierdo, y jugó también de extremo. le cae como un guante la posición del cuarto centrocampista que ideó Xavi para llenar al centro del campo y ceder la banda a Balde, uno de la quinta de Fermín que, sin embargo, en sus apariciones americanas ante el Arsenal y el Madrid ha ocupado el carril derecho.

Fermín López suelta el zurdazo del 2-0 lejos del alcance de Courtois.

Fermín López suelta el zurdazo del 2-0 lejos del alcance de Courtois. / SAM HODDE

Parecidos razonables con Gavi

"Su mueve muy bien entre líneas y no es tan posicional como el interior tradicional. Es rápido de movimientos, vertical y tiene pase y remate", coinciden dos de los técnicos consultados, como quedó corroborado en las dos acciones que apuntalaron el clásico. Lo que no se ha visto todavía es otra característica que le asemeja a Gavi. Poseen el mismo carácter competitivo y apasionado por el fútbol que ya se les observa en los entrenamientos. "Pese a su escasa estatura, Fermín era de los chavales que remataba mejor de cabeza", explican.

Xavi calcó casi la misma descripción al final del clásico. Lo que pudo añadir el técnico es su percepción con el contacto cotidiano.“Tiene 20 años, pero tiene personalidad y además tiene hambre. Eso es importantísimo. Cuando veo eso en un entrenamiento, veo que debo darle minutos”. Se los dio y Xavi, Fermín y los culés se vieron recompensados.