Crónicas lucentinas

Veni, vidi, vici

Llompart junto a su mujer Yolanda y sus hijos Pedro y Álex

Llompart junto a su mujer Yolanda y sus hijos Pedro y Álex / INFORMACION.ES

Mar Galindo

Mar Galindo

Quienes crecimos leyendo los cómics de «Astérix el galo», sin duda disfrutamos de sus encuentros y desencuentros con el general romano por excelencia, Julio César, en su empeño por conquistar las Galias. René Goscinny y Albert Uderzo retrataron a un hombre ambicioso, astuto, que históricamente fue el absoluto ganador de todas las batallas disputadas en suelo galo. El propio militar se encargó de narrarlo en aquella obra que tantas generaciones de estudiantes tradujimos del latín siglos después. Sus conquistas por territorio europeo nos dejaron una contundente frase para la posteridad tras la batalla de Zela, que él reivindicó para hacer valer su destreza en la propia guerra interna que libraba con el poder de Roma: «veni, vidi, vici». Llegué, vi y vencí.

Lo mismo le ha pasado a Pedro Llompart en su conquista de territorio europeo, ensanchando las fronteras de su palmarés. El mallorquín, eterno capitán del HLA Alicante, se estrenaba esta temporada como director del área deportiva del Napoli Basket con el objetivo de asegurar la permanencia en la lega de basket serie A italiana. Sin embargo, el equipo armado en tiempo récord por el 9 lucentino ha sido el conjunto revelación en la Coppa de Italia, venciendo contra todo pronóstico al Pallacanestro Brescia, actual líder de la clasificación, en primera ronda. Los de Llompart habían caído por más de veinte puntos dos semanas antes contra el Brescia en la liga regular y, sin embargo, fueron capaces de dar la sorpresa en la Final Eight pasando a semifinales contra Reggiana. Curiosamente, la etapa de Pedro como jugador en Italia había transcurrido en Reggio Emilia, así que el encuentro de semifinal de Copa tuvo un sabor muy especial. Después de ir todo el partido por detrás en el marcador, los napolitanos forzaron la prórroga en los últimos segundos para conseguir un brillante pase a la final, un momento histórico para el Napoli Basket, que únicamente había conquistado el título en 2006. La competición culminaba el domingo contra el club más laureado de Italia, el Olimpia Milano, entrenado ni más ni menos que por Ettore Messina y con Nikola Mirotic entre sus filas. Un club que había sido el hogar de Sergio Rodríguez, cuñado de Llompart, durante tres temporadas, y que a la misma hora disputaba también la Copa del Rey. El partido no podía tener más alicientes. Torino estaba absolutamente tomada por el ambiente de Copa y la familia Llompart Bernal vivía uno de los momentos más emocionantes desde su llegada a la ciudad del Vesubio. Yolanda, Pedro y Álex tenían el corazón en un puño mientras el Napoli Basket apenas podía despegarse del Milano durante todo el partido. El final no pudo ser más épico: a falta de un minuto para la conclusión, Napoli tuvo que fiarlo todo a la muñeca de Jacob Pullen para amarrar un triunfo que le daba su segunda copa 18 años después. El sexto clasificado de la liga italiana se llevaba a casa la final de los ocho mejores del país en una noche de ensueño. La carrera de Pedro Llompart como director deportivo fue un llegar, ver y vencer, coronado como un césar en las batallas del baloncesto bajo el cielo turinés.