Tribuna

Mejor, pero no suficiente

La selección española femenina de waterpolo, medalla de bronce en el mundial de Doha.

La selección española femenina de waterpolo, medalla de bronce en el mundial de Doha. / EFE

Miriam Blasco

Miriam Blasco

El 8 de marzo habla de visibilidad, de igualdad… ojalá fuera así todos los días del año.

Siempre he pensado que el deporte femenino ha sido durante mucho tiempo como la pescadilla que se muerde la cola. Si hay resultados y nadie lo cuenta no existes, y si no existes no eres referente para las niñas, no les interesa hacer tu deporte y los patrocinadores no quieren apoyarte porque eres invisible. Un círculo que parecía cerrado.

Hoy en día podemos ver que hay más portadas de periódicos y telediarios con noticias de los éxitos del deporte femenino. ¿Suficiente? Creo que no, sobre todo en comparación con el deporte masculino. También, como en otros ámbitos, algunas veces en esas noticias se sigue viendo más a la mujer que a la deportista y hablan más de su vida personal que de sus logros deportivos.

Sí que es verdad que uno de los grandes cambios ha sido el apoyo de patrocinadores a deporte y mujer, en algunos casos acompañado de una ley de desgravación fiscal que lo ha propiciado. 

Si ahora estamos hablando de que hay resultados deportivos (selección femenina de fútbol, de baloncesto, waterpolo, balonmano, Carolina Marín –bádminton–, Mireia Belmonte –natación–, María Pérez –marcha–, Maialen Chourraut –piragüismo–, Queralt Castellet –snowboard–, la alicantina Liliana Fernández –voley playa– y un largo etcétera) los medios de comunicación lo cuentan -en mi época no siempre- y las niñas quieren ser como esas campeonas, tienen modelos femeninos en los que inspirarse.

La nadadora española Mireia Belmonte, durante un acto

La nadadora española Mireia Belmonte, durante un acto / EFE

Está claro que esa pescadilla, ese círculo cerrado, está en mejores condiciones, pero todavía hace falta que las deportistas cuenten con una visibilidad que haga justicia a sus logros y dedicación.

Si hablamos de otros ámbitos dentro del deporte: entrenadoras, árbitras, presidentas, todavía nos queda mucho por recorrer; de 66 federaciones españolas solo hay tres presididas por mujeres. Es difícil entrar en ese mundo de hombres y encontrarse sola, sin apoyos y con horarios nada conciliadores.

Me gustaría pensar que, en unos años, habrá más niñas y mujeres haciendo deporte, habrá más entrenadoras y presidentas y habrá más visibilidad, y no solo el 8 de marzo o después de unos Juegos Olímpicos.

Estamos avanzando, pero nos queda camino por recorrer, y todas y todos jugamos un papel importante para seguir luchando por la visibilidad y la igualdad.