Baloncesto

El HLA Alicante pelea contra la historia para llegar a la final

Solo en dos ocasiones un equipo ha sido capaz de remontar un 2-0 desde que existe la LEB Oro

Los jugadores del HLA Alicante festejan con la Kali Nord la victoria sobre Ourense.

Los jugadores del HLA Alicante festejan con la Kali Nord la victoria sobre Ourense. / Rafa Arjones

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Nunca está todo perdido, siempre queda lo único que no varía, la imperfección del mundo. El HLA Alicante prepara el tercer partido de su serie de cuartos de final frente al Lleida consciente de que persigue un imposible, un desafío mayúsculo, una proeza deportiva al alcance de muy pocos equipos. De hecho, desde que la LEB Oro existe, y está muy cerca de cumplir treinta años, solo dos franquicias han conseguido darle la vuelta a una eliminatoria larga después de perder los dos enfrentamientos iniciales.

Primero lo hizo el León Caja España (le remontó un 2-0 al Bilbao Basket en 2003) y, 15 años después, el Chocolates Trapa Palencia logró tumbar al Unión Financiera Oviedo con tres victorias consecutivas, el mismo viaje épico que debe emular ahora el HLA si quiere conservar sus aspiraciones de ascenso a la ACB.

Curiosamente, ambos hitos se produjeron en cuartos de final. Después, en semifinales o final, no ha sucedido nunca. El número de equipos que lo ha intentado a lo largo de tres décadas es incontable y no es un registro exclusivo de la segunda categoría del baloncesto español. En la ACB o en la NBA las veces que alguien ha sido capaz de volver a la vida una vez muerto son escasas... una de ellas de infausto recuerdo para Alicante.

Todo está en contra. Las cuatro veces que ha perdido el Lucetum este curso frente a los catalanes, las pocas opciones que estos le han dado de desarrollarse como equipo ofensivo, las dificultades para contener el ataque equilibrado que propone Gerard Encuentra (que tiene solo 34 años y es francamente listo) y la enormidad frustrante y ansiolítica que provoca verse en el punto de partida tan lejos de tu adversario.

Todo eso es real. Inexcusable. Ineludible. Pero también lo es que basta con ganar uno. El siguiente. No hay que pensar (ni valorar) más allá. Lo principal es resultar reconocible, dar con el modo de empezar a competir de tú a tú por primera vez en una eliminatoria en la que solo hay un claro favorito desde que se conoció el cruce.

«No hemos sabido cómo plantarle cara al Lleida», dijo Antonio Pérez Caínzos nada más consumarse el segundo varapalo. La responsabilidad es conjunta, pero el comienzo del tercer cuarto en el Barris Nord puede ser un buen punto de partida para elevar el tono defensivo y, con el respaldo de la grada, conseguir un mayor grado de permisividad arbitral en los contactos debajo del aro, sobre todo a favor del HLA, algo que, en las dos primeras fechas, no ha ocurrido.

Recibimiento al equipo

Anhelar tanto la postemporada y que apenas pueda saborearse ha movilizado al motor de la hinchada lucentina, la peña Kali Nord, que ha citado a todos los seguidores del equipo el viernes, a las 18:40 horas, en el CT, para que la plantilla sienta el empuje de la grada desde el primer momento.

La historia juega en contra, las probabilidades asustan, los precedentes acongojan, pero dentro de la cancha, si eres capaz de abstraerte de todo lo postizo, puedes demostrarte y demostrar que nadie, de partida, pelea más que tú.