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Semana y media

La ruleta electoral

Repaso a las noticias más destacadas que ha dejado la última semana

La ruleta electoral

27 lunesVencedores...

Vencedores...Ayer fue un domingo ajetreado y sólo pude interesarme por los resultados electorales cerca de medianoche. Encendí el televisor y aparecieron Casado y una cohorte de rostros licuados en sonrisas. Deduje que el PP había ganado las europeas o conquistado la alcaldía de Barcelona. Cambié de canal y entonces la sede del PSOE irrumpió como un retablo de figuras enlutadas que encabezaba el gesto torcido de Sánchez. Consulté rápidamente los datos y se hizo la luz: el PP había salvado Madrid. Sin embargo, lo objetivo - la rotunda victoria global del PSOE en municipales, autonómicas y europeas - algunas veces es preámbulo paradójico de la decepción. Si la frontera entre el éxito y el fracaso se ciñe a expectativas que finalmente se frustran, Sánchez tenía motivos para avinagrarse y Casado para ensanchar su ya de por sí gigantesca sonrisa. Como bien sabe Gabilondo, las ruedas electorales juguetean con la metafísica: la candidata autonómica del PP en Madrid es una desconocida que ha conseguido cierta popularidad malsana encadenando tonterías y casi nadie sabía que un señor bajito engullido por los abrazos era el virtual nuevo alcalde de Madrid.

28 martes... o vencidos

Comienza a ser una costumbre que, tras cada batacazo electoral, Ciudadanos enfatice que su proyecto es a largo plazo. El del Atlético de Madrid también lo es y sospecho que empezará a dar resultados cuando la Champions se juegue entre el campeón de la Tierra y el de Marte. Es una chocante crueldad que hace cuatro o cinco años la izquierda presentase síntomas galopantes de disgregación mientras que la derecha sólo sufría leves molestias neoliberales provocadas por Ciudadanos, una cofradía casi amateur que agrupaba fundamentalmente a desechos del PP. Hoy, la izquierda ha superado el riesgo de la atomización y el PP sufre la maldición de Igor, el jorobado de «El jovencito Frankenstein» cuya protuberancia se desplazaba de un lado a otro de la espalda a capricho no de los electores sino del clima. Existe una diferencia esencial entre ambos procesos. La izquierda está reconstruyéndose alrededor del PSOE y a costa de Podemos, un artificio populachero que jamás hubiese prosperado sin la atosigante promoción televisiva alentada por el PP; la fragmentación de la derecha es fruto de su hispánica habilidad para organizar un holocausto sin necesidad de estímulos externos.

29 miércolesMola mazo el pedazo

Mola mazo el pedazoLa delegada del Gobierno en Madrid ha finalizado sus explicaciones sobre las medidas de seguridad adoptadas para la final de la Champions con una síntesis elocuente: «En resumen, un pedazo de dispositivo». Recordaba aquello que dijo Adolfo Suárez en un celebrado discurso acerca de hacer normal en política lo que era normal en la calle y por ello admiro la espontaneidad urbanita de la delegada (en los ambientes rurales, un «pedazo» sigue siendo una «porción»). Frente a la retórica pomposa del político tradicional que proclama con voz engolada «de alguna manera, yo diría que debemos ser conscientes de que hoy es miércoles», la rudeza plástica del argot callejero aporta credibilidad: si el máximo responsable de la seguridad de los madrileños ha organizado un «pedazo» de dispositivo, la sensación de las ancianitas es más tranquilizadora que si el dispositivo fuese simplemente «exhaustivo», «vasto» o «extenso». Los únicos que deben preocuparse son Castelar y los hinchas ingleses. No es deplorable que los políticos se expresen coloquialmente, pero sí que sólo sean capaces de hacerlo así por un déficit de preparación intelectual y admito que algunas veces siento pánico.

30 juevesEl gallo francés

El gallo francésA Manuel Valls le ocurre lo que a Churchill cuando fue fotografiado con levita y chistera dando órdenes a la Policía durante un tiroteo londinense. Un parlamentario le espetó al día siguiente: «Puedo entender qué hacía allí el fotógrafo, pero ¿qué hacía usted?». Parafraseando sin demasiado esfuerzo, puedo entender que Maragall o Colau aspirasen a ser alcaldes de Barcelona, pero Valls afrontaba el obstáculo insalvable de ser percibido como un extranjero en una ciudad donde el aldeanismo gárrulo ha suplantado al cosmopolitismo de antaño. Fuera por un error de cálculo, un exceso de vanidad o la rebeldía del político marginado, Valls caminaba hacia el desastre desde el momento en que vetó a Vox y el PP rehusó participar como subalterno. Incluso en ese escenario, sus posibilidades hubiesen sido remotas; sin él, la catástrofe estaba garantizada. Ahora bien, y volviendo al precedente churchilliano, puedo entender con muchas dificultades que un ex-primer ministro francés prematuramente jubilado espere ser elegido alcalde de la segunda ciudad de otro país; lo incomprensible es que Ciudadanos apostase la alcaldía de Barcelona a esta ruleta rusa. Y con fotógrafos.

31 viernesLa infamia

La infamiaDesde luego, me niego a creer que un presidente de Gobierno inicie negociaciones con una banda terrorista y, como prueba de buena voluntad, advierta a los interlocutores de la banda de que el país donde se esconden está preparando una operación policial contra ella. Acabo de leerlo y el presidente es Rodríguez Zapatero; la banda, ETA y el escondrijo, Francia. La información nace de unos papeles incautados por la Policía francesa en los que supuestamente los terroristas daban cuenta del progreso de las negociaciones. Que hubo negociación está claro; también que algún subalterno tuvo en ciertos momentos la tentación de acelerarlas obstaculizando operaciones policiales. Pero que un presidente de Gobierno caiga en la indignidad (y en el delito) de sabotear la lucha contra el terrorismo es una hipótesis repugnante y espero que el aludido conteste adecuadamente en cuanto deje de contemplar las nubes o se lo permitan sus negocios en Dubai. Queda descontado que la palabra de Rodríguez Zapatero es infinitamente más valiosa para mí que la de Josu Ternera. Algunos bulos, por inverosímiles que sean, deben ser desmentidos inexcusablemente. Ánimo, campeón.

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