No se dan por vencidos, ni mucho menos. Los trabajadores de la planta de Coca-Cola de Alicante siguen en pie de guerra contra el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) planteado por la empresa. Hay que tener en cuenta que el despedido colectivo provocaría un recorte de 1.253 empleados, así como la desaparición de cuatro de sus once fábricas actuales. La planta de Alicante sería una de las que echaría el cierre si, definitivamente, se aprueba la medida de ajuste. Por ello, unas 200 personas, entre trabajadores de la planta alicantina y familiares, se congregaron ayer por la mañana en la plaza de la Montañeta para demostrar que, tras tres semanas de huelga, siguen manteniendo sus reivindicaciones y reclamando la paralización del ERE.

Los manifestantes se concentraron a partir de las 11 de la mañana en la Montañeta al grito de "sí al empleo, no al ERE" y "si Alicante no fabrica, Alicante no consume". Los empleados dejaron claro, entre pitos y pancartas, que no quieren que la planta de Alicante desaparezca. "No queremos que se cierre la fábrica y tengan que traer productos de fuera para venderlos aquí", lanzó el presidente del comité de empresa, José Vicente Salinas, a la vez que advirtió que los empleados han hecho "piña" para llegar hasta el final e impedir que, finalmente, se ejecute el despedido masivo.

No hay que olvidar que las divergencias entre los sindicatos y la empresa a la hora de alcanzar un acuerdo sobre el despedido colectivo han provocado que el tiempo establecido se agote sin que haya un pacto encima de la mesa. De hecho, el plazo expiró el pasado viernes y todo sigue en el aire. Ahora la decisión depende, exclusivamente, de la embotelladora de Coca-Cola, que en un plazo de quince días tendrá que pronunciarse aunque los empleados prevén que la respuesta llegue a finales de semana. "Esperamos que antes del viernes que viene la empresa de un resultado sobre el ERE", señaló ayer a la par que remarcó que el objetivo de la concentración, que se prolongó durante dos horas, es mantener cualquier tipo de presión para lograr que las peticiones tengan efecto.

Por su parte, el secretario general de FITAG UGT en l'Alacantí, Joaquín Gil, valoró la decisión de la empresa de alargar la toma de una decisión sobre el ERE. "Que el plazo se amplíe nos obliga a seguir reivindicándonos", manifestó y advirtió que "esto no ha acabado, vamos a seguir dando batalla". Las palabras de Gil fueron respaldadas por el secretario de UGT en l'Alacantí, Óscar Llopis, quien, además, exigió a las administraciones que se impliquen en el asunto. "El cierre de la planta contribuirá a aumentar el empobrecimiento de Alicante y la desaparición de la industria", consideró.

Prolongación de la huelga

El paro de los trabajadores como señal de protesta, que se inició el pasado 3 de febrero y que ha durada tres semanas, podría prolongarse otras dos semana más hasta que la empresa tome una decisión. De hecho, representantes de los trabajadores se reunirán esta misma mañana con los sindicatos para valorar si se mantiene la huelga. En la reunión también se abordarán otras cuestiones relativas al procedimiento iniciado, según informó Salinas.