Le imagino siguiendo el juicio sobre la quiebra de la CAM.

Para mí fue un orgullo entrar en el Consejo de la CAM. Mi padre hasta lloraba porque era la empresa emblemática de Alicante, la más grande. Una vez dentro me decepcioné porque el Consejo era meramente representativo. El pastel lo manejaban los directivos. Cuesta creerlo, pero en el caso que se está juzgando ahora, sigo confiando en el ex director general, Roberto López Abad. Desgraciadamente, la sociedad ya ha condenado a estas personas cuando todavía no se han demostrado que son culpables. En el tema de la remuneración por las prejubilaciones, yo tengo que apoyar a Roberto, porque te corresponde el equivalente a tu sueldo. Eso no lo digo yo, lo dicen los números. Otra cosa es la inmoralidad de cobrar esa cantidad cuando la caja ya estaba mal, pero la realidad es que ellos no metieron la mano la caja.

Usted, junto al resto de exconsejeros, está procesado por aprobar presuntamente unas retribuciones de 300.000 euros al año para el expresidente Modesto Crespo.

Aquí tengo que decir que me ha sorprendido que el propio Roberto López Abad mienta, porque él dice que el exsecretario de la caja, que estaba en la comisión de retribuciones junto a Luis Esteban, Martín Sevilla y Antonio Gil Terrón, dice que sí que se habló de esa cifra en el Consejo, pero en aquel Consejo nada se dijo de lo que cobraría Modesto Crespo. Se aprobaron muchos nombramientos, más de 20 ó 30, y entre ellos se nombró presidente a Modesto pero nada de su sueldo. Yo creo que Roberto López cambiará de opinión y en el juicio dirá la verdad. Espero que base su defensa en otra cosa, pero que no arrastre a todo un consejo. Usted era entonces Jefe de Economía de INFORMACIÓN y tenía en ese consejo más fuentes que nadie. ¿No cree que le habrían llamado sus informantes habituales, quizá hasta yo mismo, de haberse aprobado en ese órgano 300.000 euros al año como retribuciones para el prersidente?