Mercadona expande a Alicante su nuevo modelo de venta online, con el que pretende plantar cara a los gigantes del comercio electrónico y las nuevas firmas especializadas en «delivery», cada vez más interesadas en llevarse una porción del negocio de los supermercados tradicionales. La cadena de Juan Roig anunció ayer el inicio de los trabajos para la construcción en la capital de la provincia de su nueva «colmena», los almacenes que ya ha puesto en marcha en ciudades como València, Madrid y Barcelona, y en los que centraliza la elaboración y el envío de los pedidos que recibe por internet para descargar de esta tarea a las tiendas, y ganar en eficacia y rapidez a la hora de servir a los clientes.
Un modelo que, según apuntó el propio Roig en la última presentación de resultados de la compañía, ha permitido que Mercadona ya gane dinero con el servicio online, aunque aún suponga una parte muy pequeña de su negocio. En concreto, el año pasado apenas 176 millones, menos del 1% de los 26.932 millones que facturó la compañía de supermercados. Eso sí, en aquellas poblaciones donde ya están implantadas las «colmenas» la cuota de las ventas por internet alcanzan el 4%.
La compañía presidida por Juan Roig facturó el año pasado 176 millones con los encargos por internet
En el caso de Alicante, la compañía invertirá 14 millones de euros en la construcción de una nave de 10.000 metros cuadrados sobre una parcela de 19.000 metros, muy cerca de la autovía A-31, en la misma zona que acaba de abrir la estación logística de Amazon y donde también se ubica la nave de la firma de logística Integrados. El objetivo es que el nuevo centro para la venta online esté operativo para «mediados del próximo año», según informó ayer la cadena, lo que significa que a partir de ese momento los clientes de la capital de la provincia podrán empezar a realizar sus pedidos a través de la app de la compañía, y con todas las ventajas y la rapidez que implica el nuevo modelo. Hasta entonces, seguirá el sistema actual de compra a través de la web.
La previsión de Mercadona es que las instalaciones sirvan inicialmente a los clientes de la capital y, «en función de la evolución del proyecto», el servicio se irá expandiendo a otras poblaciones de la provincia. En la construcción del centro trabajarán 25 proveedores, que darán empleo durante estos meses a 150 personas. Una vez que las obras finalicen y la «colmena» empiece a operar, el nuevo servicio ocupará a unas 340 personas entre «pickers» -los trabajadores que se dedican a coger los productos de las estanterías para elaborar los pedidos- y repartidores.
Los envíos se realizarán mediante una flota propia de vehículos movidos por gas, que pueden transportar hasta 15 pedidos al mismo tiempo. Se trata de furgonetas que han sido diseñadas en exclusiva para la cadena y que cuentan con tres zonas de temperatura distintas para congelados, refrigerados y los productos que no necesitan frío.
Con un pedido mínimo de 50 euros y un coste de algo más de siete euros en sus encargos online, la puesta en marcha de la «colmena» agilizará el reparto de las compras, que se entregarán a partir del día siguiente en bloques de una hora entre las 7 y las 22 horas. La cadena destaca, además, que los productos frescos son recibidos y preparados el mismo día de la entrega
