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El covid aboca a uno de cada cinco emprendedores a recurrir a ahorros familiares

Un estudio de la UMH concluye que la pandemia ha desplomado un 22,4% la percepción de oportunidades entre los empresarios valencianos y el miedo al fracaso en los negocios se ha disparado un 12,6% desde 2019

José María Gómez Gras presenta el estudio en el campus ilicitano de la UMH. | ANTONIO AMORÓS

Los emprendedores de la Comunidad Valenciana que tienen que recurrir a los ahorros de familiares o amistades alcanzan ya el 18,7%. Este dato se ha duplicado con respecto al año 2019 (8,2%), lo que evidencia el daño que la crisis del coronavirus ha hecho en la economía autonómica. Esta es una de las principales conclusiones del estudio «Global Entrepreneurship Monitor: actividad emprendedora en la Comunitat Valenciana 2020-2021», que fue presentado este miércoles en el campus ilicitano de la Universidad Miguel Hernández (UMH) por los profesores José María Gómez Gras e Ignacio Mira.

En esta investigación se ha encuestado a mil personas y a 36 expertos del ecosistema emprendedor valenciano. Los datos obtenidos muestran que el 17,3% de la población de la Comunidad percibe que hay oportunidades para emprender en el territorio, el 35,4% tiene en su círculo cercano a personas emprendedoras en las que apoyarse, el 66% reconoce el temor al fracaso como una barrera que le impide desarrollar una actividad y el 51,7% se ve con habilidades para realizar esa actividad. Comparando estas cifras con las previas a la pandemia, el 17,3% que ve oportunidades para emprender supone un desplome en 22,4 puntos respecto a 2019, mientras que el temor al fracaso ha crecido 12,6 puntos. «Son variables que están condicionadas por el entorno y son sensibles a la incertidumbre con la que hemos convido los últimos meses», aseguró el profesor Mira.

Alternativa profesional

El informe de la UMH señala que casi el 60% de la población considera que el emprendimiento es buena alternativa profesional, lo que supone un incremento del 2,2% respecto a 2019. La percepción de buen estatus para quien alcanza el éxito llega al 61,8% de la población, 6,1 puntos más que hace dos años. La percepción de visibilidad en los medios ha decrecido un 4,8%, situándose en el 46,9% de la población, lo que responde a la lógica de que la atención de los medios ha estado puesta, principalmente, en la cobertura de la crisis sanitaria.

La siguiente variable analizada por el estudio es la del porcentaje de población que está implicada en actividades emprendedoras. El 5,2% de los habitantes de la Comunidad tiene intención de emprender a tres años vista. El 5,1% de la población está inmersa en actividades con una antigüedad inferior a 3,5 años, lo que se conoce como emprendimiento naciente o nuevo. El 6,1% de la población está involucrada en actividades más consolidadas, aquellas que llevan ejecutándose desde hace más de 3,5 años. «Estos datos apuntan a que la actividad se sostiene pero se ha producido un descenso claro de la intención para emprender», comentó al respecto el profesor universitario.

Los resultados del análisis reflejan que el perfil medio del emprendedor valenciano es el de un hombre (54,9% de los casos) de 41 años, con estudios universitarios (63,2%), con una actividad orientada hacia el sector servicios (84,4%) y que, antes de iniciar la actividad, se ha formado en gestión empresarial (62,7%). El perfil es similar al de los años anteriores a la pandemia, aunque se han incrementado en 10 puntos los estudios universitarios y la actividad orientada a los servicios, y en 15 puntos la formación específica para poder emprender.

Dos terceras partes de los que inician un negocio lo hacen por la ausencia de alternativas laborales. Un 45,1% busca crear riqueza. «Antes de la pandemia, había un mayor equilibrio entre necesidad y oportunidad. En el último año se han incrementado 14 puntos los motivos relacionados a la falta de oportunidades laborales», manifestó Mira. En la Comunidad se emprende en solitario (52,8%) o entre dos socios (31,7%). Las iniciativas que no generan más de cinco empleos alcanzan el 89,6%, 3,4 puntos más que antes de la irrupción del coronavirus.

20.000 euros

La mitad de la actividad naciente que lleva menos de tres meses en el mercado declara que sus necesidades de financiación no superan los 20.000 euros, por los 30.000 euros de 2019. Al margen de que se hayan duplicado los negocios que tienen que recurrir a la ayuda de familiares y amigos, los ahorros personales siguen siendo la mayor fuente empleada, un 44,8% de los casos, lo que supone un incremento de 2,6 puntos. En cuanto al apoyo en bancos o entidades financieras, ha caído en 6,7 puntos, quedándose en un 25,9%.

La última área del informe de la UMH recoge las valoraciones de los expertos consultados. Los profesionales destacan como aspectos positivos las condiciones de acceso a las infraestructuras físicas y comerciales, la existencia de numerosos programas públicos de apoyo y la orientación emprendedora en los niveles educativos superiores y de formación. En el apartado negativo se sitúan las políticas fiscales y la burocracia administrativa, la financiación, la dinámica del mercado interno y la necesidad de mejorar la orientación emprendedora en Primaria y Secundaria.

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