Si hace apenas dos semanas eran los promotores los que alertaban de los retrasos y el encarecimiento que sufrían las promociones ante la falta de mano de obra especializada, ahora son los constructores agrupados en la Federación de Obra Pública de Alicante (FOPA) los que ponen cifras al problema. Según un estudio elaborado por esta patronal, tras realizar una encuesta entre sus asociados, en los próximos cinco años sería necesario formar o atraer hacia el sector a más de 32.000 trabajadores para paliar no sólo la actual carestía de profesionales, sino también el agravamiento de la situación que prevén.
Y es que, si en estos momentos ya cuesta encontrar cuadrillas y trabajadores especializados para acometer los proyectos, los empresarios recuerdan que el despliegue de los fondos europeos va a suponer un aumento de demanda para el sector, tanto por los nuevos proyectos de ejecución de obra pública que pondrán en marcha las administraciones, como por el auge de la rehabilitación que se espera gracias a las ayudas comunitarias.
Por si esto fuera poco, muchas compañías se enfrentan al reto que suponen unas plantillas que se encuentran muy envejecidas y con un volumen considerable de profesionales de edad avanzada e, incluso, cerca de la edad de jubilación, sobre todo si se tiene en cuenta la dureza del trabajo que desempeñan. «Si te acercas a cualquier obra, es muy difícil encontrar alguien más joven de 45 años. Con la crisis muchos trabajadores cambiaron de sector y ahora los jóvenes no nos ven como una profesión atractiva, prefieren la hostelería u otros empleos del sector servicios, a pesar de que en la obra los salarios son más altos», explica el presidente de FOPA, Javier Gisbert.
El propio estudio divide las distintas profesiones según la prioridad, es decir, la urgencia de formar a nuevos empleados y califica como de «prioridad muy alta» 13 de ellas, que sumarían un déficit de 25.500 profesionales. No obstante, Gisbert matiza algo las cifras, ya que recuerda que, en algunos casos, un mismo trabajador pasa por diversas obras a lo largo del año. Aún así, calcula que de forma urgente sería necesario contar con entre 10.000 y 15.000 trabajadores más en la provincia. En estos momentos el sector ocupa a unos 52.000 trabajadores entre asalariados y autónomos en Alicante.
Como es lógico, de las distintas profesiones que trabajan en una obra, la de albañil es la que presenta el mayor déficit y sería necesario formar a unos 4.500 más en los próximos años, de acuerdo con el estudio elaborado por la secretaria general de FOPA, Rosa Vinal. También serían necesarios 3.000 peones para la construcción de edificios, 2.500 supervisores de obra, una cifra similar de encofradores y de montadores y hasta 2.000 soldadores. La lista sigue con escayolistas, pintores, electricistas, carpinteros y un largo etc.
FOPA ya ha remitido este estudio al servicio público de empleo Labora y los empresarios están pendientes de reunirse con el director general de Formación Profesional de la Generalitat, Manuel Gomicia, para buscar soluciones. Entre otras cosas, desde la patronal proponen reformar el actual sistema de módulos de FP de dos años de duración por cursos de especialización de ente seis y ocho meses para agilizar la entrada en el mercado de nuevos trabajadores.
La situación de carestía está llegando al punto de que se empiezan a producir «robos» de trabajadores entre las distintas compañías a golpe de talonario. Así, sólo en el último año los costes de personal se han encarecido una media del 9% en el sector, según los cálculos de Gisbert, que señala que un albañil está cobrando ya alrededor de 24.000 euros brutos anuales, y que en las profesiones más especializadas las cifras se sitúan entre los 30.000 y los 35.000 euros.
