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El turismo rural logra consolidar la clientela de la pandemia y roza el lleno en Semana Santa

Los alojamientos de la provincia mantienen los altos niveles de ocupación obtenidos cuando la gente huía de las aglomeraciones y esperan acercarse estos días el millón y medio de facturación

Una de las habitaciones del Hotel Masía La Mota, en la Font Roja. JUANI RUZ

El turismo rural también lo ha pasado mal durante la pandemia debido a las restricciones, pero cuando la situación lo ha permitido, ha sabido captar clientes que, precisamente por la presencia del covid, han buscado lugares tranquilos lejos de las aglomeraciones para pasar sus vacaciones. Pues bien, de regreso a la normalidad, y en la que se podría considerar la primera prueba de fuego, el sector ha visto cómo esa clientela se ha fidelizado, hasta el punto de que la inmensa mayor parte de los alojamientos de la provincia van a colgar el cartel de completo durante esta Semana Santa, alcanzando una facturación que se va a situar muy próxima a los dos millones de euros. Y todo ello pese a que la caída de las citadas restricciones también ha activado los destinos de costa, por lo que la competencia vuelve a ser feroz.

Han sido dos años marcados por los efectos de la pandemia, en los que el sector del turismo se ha convertido en uno de los más perjudicados como consecuencia de los cierres forzados y las rígidas normas que han ido emanando tanto del Gobierno central como del autonómico para evitar contagios. Sin embargo, y dentro de este panorama tan complicado, los alojamientos rurales han podido capear mejor el temporal. Así lo señala Ramón Reche, vicepresidente de la asociación Turismo Alicante Interior, quien destaca que "en los momentos en los que se ha podido trabajar, este tipo de establecimientos han tenido mayor demanda, puesto que la gente buscaba lugares menos concurridos en los que se pudiera disfrutar de la naturaleza".

La duda estaba en ver si, una vez zanjadas las restriciones, y ya con los destinos de costa aproximándose al pleno rendimiento, se podría mantener la elevada actividad. Y la respuesta ha llegado esta Semana Santa, en la que los establecimientos rurales han logrado consolidar la clientela y situarse de nuevo al borde del lleno. Así lo confirma Reche, quien señala que las casas prácticamente están completas, mientras los hoteles se aproximan también a ese nivel.

Y como muestra, un botón. Toni Serrano, propietario del hotel Cases Noves, en la Vall de Guadalest, explica que "nosotros estamos completos desde hace ya bastante tiempo, a lo que nos ha ayudado en parte el bono viaje habilitado por la Generalitat. Se trata de fechas muy fuertes, hasta el punto de que, si se registrara alguna cancelación, no tendríamos ningún problema para volver a llenar". Según sus palabras, la mayor parte de los clientes son de procedencia nacional, "aunque fuera de estas fechas tan señaladas -precisa- también estamos teniendo una alta presencia de turistas extranjeros".

Algo muy parecido ocurre en la casa rural L'Alqueria del Pilar, de Banyeres, donde su responsable, María Admirable Gimeno, destaca que "la pandemia ha sido negativa para todos, pero nosotros hemos conseguido mantener una buena actividad, que se ha visto refrendada en esta Semana Santa, en la que estamos completos". La novedad reside en que "después de un tiempo en el que no se podían reunir grupos, ahora, con el final de las restricciones, han vuelto, por lo que se puede decir que estamos recuperando la normalidad y que la cosa pinta bien", enfatice.

Con todo, los rezagados a la hora de reservar todavía pueden tener alguna oportunidad. Este es el caso del Hotel La Escondida, en Penàguila, donde según una portavoz, Sade Torres, "todavía contamos con alguna habitación, imaginamos que por el hecho de que hay gente que quiere aprovechar para ir a la costa después del mal tiempo que hemos sufrido en las últimas semanas".

Mientras la actividad marcha a todo tren en el caso de los alojamientos rurales, no sucede lo mismo en los hoteles urbanos de interior. Según Ramón Reche, "en estas épocas la gente es más proclive a marcharse a la playa o al campo. Se podría decir que recurren a las ciudades cuando ya no encuentran alojamiento en los establecimientos de turismo rural".

El sector también está en contra de la tasa turística

No solo el sector turístico de la costa rechaza la tasa turística que se pretende implantar desde la Generalitat. También los alojamientos rurales consideran que se trata de una mala idea, motivo por el que no han dudado en posicionarse en contra. El vicepresidente de la asociación Turismo Alicante Interior, Ramón Reche, subraya que «no es el momento para implantar una medida como esta, cuando todos seguimos arrastrando las consecuencias que nos ha traído la pandemia de coronavirus. Se trata de un impuesto que repercutiría sobre los clientes, y que podría retraer la actividad en nuestro territorio».

Desde el sector se confía en que finalmente el Consell se replantee la imposición de la tasa, para lo cual se están ejerciendo presiones desde distintos ámbitos.

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