La patronal autonómica CEV prevé que la economía de la Comunidad Valenciana crecerá este año por encima del 4%, a pesar de los efectos de los efectos de la inflación y de la guerra de Ucrania, una cifra superior a la media nacional y de la zona euro. Así lo refleja el último informe de coyuntura elaborado por la organización presidida por Salvador Navarro, que confía en que la mejora del turismo, la inversión y los fondos europeos compensen la previsible caída del consumo doméstico.

Al respecto, el director de Economía y Análisis de la CEV, Ricardo Miralles, apunta que la invasión rusa sobre Ucrania "ha agravado las perturbaciones y las secuelas que venía provocando la pandemia sobre conjunto de economía", lo que se ha traducido en un "aumento desbocado de los precios energéticos y de muchas de las materia primas básicas para la industria, la construcción, y, por supuesto, la alimentación, que están derivando la inflación hasta niveles no vistos desde hace décadas".

Una realidad que, "junto con los cuellos de botella en las cadenas de valor y otros elementos están reduciendo el ritmo de actividad económica escala global". Como señala el experto, estas circunstancias se están dejando notar en mayor medida en economías "muy abiertas y muy dependientes de las importaciones de productos energéticos, como es el caso de la economía española y la economía valenciana".

De esta forma, aunque durante el segundo trimestre se aceleró la actividad y aumentó el empleo, de cara al tercer y cuarto trimestre la patronal autonómica prevé que los altos niveles de inflación y las expectativas de subidas de tipos de interés "restarán dinamismo al consumo de los hogares". Aun así, la mayor llegada de turistas internacionales, las inversiones y los fondos europeos "seguirán contribuyendo al crecimiento agregado", lo que permitirá finalizar el año en cifras positivas y mejores que las de la media española.

Sectores

En cuanto al análisis por sectores, el informe señala que la situación adversa sobre el sector primario se ha agudizado por la escalada de costes de producción agravada por la guerra. Además, la incapacidad de repercutir los sobrecostes en los precios, más los daños ocasionados por las adversidades climáticas, "comprometen severamente la rentabilidad de las explotaciones".

En el caso de la industria,  se percibe una evolución más favorable en los dos primeros meses del año, pero las ramas más dependientes de los productos energéticos y materias primas, cuyas cotizaciones se han disparado, se han resentido desde el mes de marzo. En lo que va de año, las industrias más dinámicas son cuero y calzado, industria textil y confección y material y equipo eléctrico, electrónico, informático y óptico.

Por el contrario, el azulejo y la maquinaria y equipo acumulan descensos en su actividad.

La construcción ha mostrado en el primer trimestre signos de consolidación, más intensos en edificación que en ingeniería civil. Los visados de dirección para obra nueva avanzan a tasas muy elevadas, pero los de rehabilitación pierden fuelle. Las transacciones inmobiliarias de vivienda crecen con dinamismo, más en vivienda usada que en vivienda nueva.

Por último, el sector servicios ha acelerado su ritmo de avance, destacando la situación de la hostelería, como consecuencia de la notable mejoría de la situación sanitaria.