Los trabajadores alicantinos acumulan casi 1.300 euros de pérdida de poder adquisitivo en dos años

Los sindicatos reclaman cláusulas que aseguren el mantenimiento de los salarios y la patronal reclama moderación para no poner en riesgo a las empresas

Una protesta sindical ante la sede de la patronal en Alicante para reclamar subidas salariales.

Una protesta sindical ante la sede de la patronal en Alicante para reclamar subidas salariales. / Álex Domínguez

David Navarro

David Navarro

Los trabajadores alicantinos pierden poder adquisitivo por segundo año consecutivo y lo hacen en una cantidad más que significativa, que obligará a muchas familias a ajustar sus presupuestos. Desde que los precios empezaron a dispararse, con el fin del confinamiento y los cuellos de botella que se generaron en el suministro de muchos materiales, la inflación ya ha repuntado más de un 12% en la provincia, mientras que la subida media pactada en los convenios colectivos en estos dos ejercicios apenas suma un 4,7%. Una diferencia de más de siete puntos que se traduce en una pérdida de poder de compra de cerca de 1.300 euros anuales por asalariado, si se tienen en cuenta los últimos datos de la Agencia Tributaria, que sitúan la retribución media declarada en la zona en 17.649 euros.

Tras la pequeña mejora relativa del año 2020, en que la mejora nominal del 1,67% de los salarios se sumó a un IPC ligeramente negativo -aunque los ERTE anularon el efecto real en los bolsillos de muchos trabajadores-, los primeros envites de la inflación provocaron que 2021 se cerrara con el primer saldo negativo. Entonces, la inflación media del ejercicio se sitúo en el 3,4%, mientras que los sueldos negociados apenas subieron un 1,32%, según los registros del Ministerio de Trabajo y Economía Social. Una diferencia que ya supuso un primer golpe de más de 350 euros por asalariado.

Sin embargo, lo peor aún estaría por llegar. Fue a raíz de la invasión rusa de Ucrania, que disparó los precios de los combustibles y de la electricidad. A pesar de que las medidas adoptadas por el Gobierno han conseguido que la tasa interanual del IPC finalizara diciembre en el 5,7%, la inflación media del ejercicio en la provincia fue del 8,7%. Por su parte, los salarios, aunque también crecieron más que en 2021, no lo hicieron en la misma proporción y se quedaron en el 3,41%. Fue más que la media nacional –donde el incremento de las retribuciones acordadas entre patronal y sindicatos se quedó en el 2,78%-, pero, aún así, demasiado baja para compensar las subidas de precios.

El resultado es la pérdida de otros 933 euros de poder de compra, que se suman a los 350 del ejercicio anterior. En otras palabras, es como si cada trabajador de la provincia hubiera sufrido un recorte de casi 1.300 euros (1.283 euros para ser exacto) en su salario.

Una realidad ante la que todos reconocen su preocupación, aunque cada uno plantea una forma distinta de afrontarlo. "Los trabajadores no pueden soportar más caídas de poder adquisitivo y menos aún en una provincia donde los salarios ya son muy ajustados y hay una gran parte de trabajadores que tienen sueldos muy bajos", apunta la secretaria general de UGT en l'Alacantí y la Marina, Yaissel Sánchez, quien, además, asegura que muchas empresas han aprovechado para elevar sus márgenes.

Cláusula de revisión

En la misma línea, el máximo responsable de CC OO en l'Alacantí-les Marines, Paco García, recuerda que buena parte de la actividad económica depende del consumo interno, por lo que esta pérdida de poder adquisitivo puede derivar en un freno aún mayor de la economía. García se muestra comprensivo con las peticiones de moderación salarial de los empresarios, pero insiste en la necesidad de que los acuerdos que se firmen incluyan cláusulas de revisión para recuperar el terreno perdido al final de periodo pactado, como contempla, por ejemplo, el convenio del calzado que se acaba de firmar. "El Gobierno y la UE están gastando dinero para ayudar a las empresas y para frenar los precios que empiezan a dar resultado. Lo lógico es que cuando la situación se normalice, los salarios también se pongan al día", asegura.

El presidente de CEV Alicante, Joaquín Pérez.

El presidente de CEV Alicante, Joaquín Pérez. / Áxel Álvarez

Unas reflexiones que no comparten en la patronal CEV, que considera "imposible que los salarios suban al mismo ritmo que la inflación". "Se están negociando convenios y subiendo salarios, pero esas subidas no pueden comprometer la viabilidad de las empresas. Para nosotros es prioritario el mantenimiento del empleo, por lo que abogamos por un incremento moderado para favorecer el crecimiento económico y la creación de nuevos puestos de trabajo", asegura el presidente de la organización en Alicante, Joaquín Pérez, que, además, niega que las empresas hayan subido sus márgenes.

La nueva batalla: el Salario Mínimo Interprofesional

Mientras sigue los conflictos por la falta de acuerdo en muchos convenios, ahora la principal batalla entre empresario y sindicatos se centra en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Y no sólo por el número de trabajadores que se ven directamente afectados –que serían una minoría- sino por el poder de arrastre que suele tener este indicador como guía para el resto de negociaciones.

En este sentido, los expertos convocados por el Gobierno propusieron un aumento de entre el 4,6% y en 8,2%, lo que equivaldría a una horquilla de entre 1.046 y 1.082 euros mensuales por catorce pagas. CC OO aboga por la mayor de esas cifras y UGT cree que debería llevarse directamente hasta los 1.100 euros. Ambos sindicatos destacan los efectos beneficiosos de las últimas subidas que, según apuntan, lejos de frenar el empleo, como auguraban algunas instituciones, han contribuido a mejorar la situación de miles de asalariados.

Sin embargo, la CEOE quiere limitar este incremento a solo un 4%. Una propuesta que este mismo lunes reiteraba su presidente, Antonio Garamendi, que también reclama tener en cuenta la situación concreta de los sectores.