Presidente de Mármol de Alicante

Luis Horcajuelo: "Es hora de que la sociedad le devuelva al mármol lo mucho que ha aportado a la provincia"

"El sector ha sufrido seis crisis seguidas en los últimos quince años, lo que ha conducido a esta situación complicada"

Luis Horcajuelo es el nuevo presidente de Mármol de Alicante.

Luis Horcajuelo es el nuevo presidente de Mármol de Alicante. / TONY SEVILLA

M. Vilaplana

M. Vilaplana

Luis Horcajuelo, consejero delegado de la firma noveldense Visemar ha accedido recientemente a la presidencia de la patronal autonómica del mármol en un momento especialmente complicado para el sector, debido a las sucesivas crisis a las que ha tenido que hacer frente en los últimos años. Considera que ha llegado el momento de que la Administración apoye de forma más decidida a esta actividad y de diseñar estrategias que devuelvan a las empresas a la senda de la rentabilidad.

El del mármol es uno de los sectores que atraviesan por una situación más delicada en la provincia de Alicante, hasta el punto de que es prácticamente el único que todavía no ha conseguido recuperar los niveles de producción y exportación anteriores a la pandemia de coronavirus. Con este panorama, ¿qué es lo que le ha animado a tomar las riendas de la patronal?

Pues precisamente eso. Considero que es en situaciones como estas cuando hay que arrimar el hombro y contribuir a mejorar las cosas. En mi caso, ya llevaba diez años en la junta directiva de Mármol de Alicante, en los últimos cuatro junto al anterior presidente, David Beltrá, que creo que ha desarrollado una labor excelente. Con todo, pienso que era el momento de dar el paso y tratar de ayudar para que el sector vea el futuro con un mayor optimismo.

¿Cómo se ha llegado a la actual situación?

El mármol ha sufrido seis crisis seguidas en los últimos quince años, lo que ha conducido a esta situación tan complicada. Empezamos en 2008 con la crisis de la construcción, que propició un desplome de la actividad de nuestros clientes, y continuó en 2014 con las complicaciones que surgieron en mercados tan importantes como los de Brasil o Rusia, entre otros. Pero la cosa no quedó ahí, dado que solo tres años después nos encontramos con que el que era prácticamente nuestro principal comprador, China, nos daba la espalda y empezaba a importar mármol de otros países como Irán, Turquía o Grecia, lo que tuvo un impacto terrible sobre las empresas. Por si eso no fuera suficiente, después tuvimos que batallar contra los nuevos productos cerámicos, que imitaban el mármol, y también contra las modas, que dejaron y siguen dejando en un segundo plano nuestras gamas de marfiles y marrones en beneficio de los blancos, los grises y los negros. Lo más reciente ha sido la pandemia de covid, con los problemas en el transporte y el incremento de precios, sobre todo de la energía, y ya, para rematarlo, la guerra de Ucrania, que ha venido a complicarlo todo aún más.

¿Y cómo ha salido de malparado el sector después de todo esto?

Pues fatal. No tenemos datos concretos, porque para ello se tendría que hacer un estudio pormenorizado, pero en líneas generales se podría decir que desde 2008 la actividad se ha adelgazado alrededor de un 50%, porque hay muchas empresas que no han podido resistir toda esta serie de contratiempos continuados. Además, la crisis de costes que ha comportado la pandemia y el posterior conflicto bélico ha puesto a las compañías contra las cuerdas y prácticamente sin rentabilidad, porque no pueden repercutir estos aumentos en sus precios.

¿Qué es lo que están haciendo las empresas para plantar cara a la situación?

Como digo, ha habido un proceso de adelgazamiento que ha propiciado que numerosas empresas hayan apostado por reducir su tamaño, de manera que una parte de las grandes se han convertido en medianas y las medianas en pequeñas. También se han puesto en marcha sociedades comerciales. Otro campo en el que se está trabajando es en la captación de materiales que ahora mismo están más de moda, como son los artificiales, e incluso mármoles que se traen de otros lugares para responder a las preferencias de nuestros clientes. También, lógicamente, se está intensificando la acción comercial con la finalidad de intentar recibir pedidos de todas las partes del mundo.

¿Los mármoles que se extraen en la provincia han pasado definitivamente de moda?

Nuestros colores no están ni mucho menos caducados, pero sí que están sometidos a unas tendencias pasajeras que, en nuestro caso, están durando mucho más de lo que desearíamos.

¿Cuáles son los principales retos que se ha marcado para su mandato?

Lo principal es buscar las fórmulas para dotar al sector de rentabilidad, porque ahora mismo prácticamente no la hay. Y para eso hay que trabajar en la cadena de valor. En los últimos años las empresas han venido cargándose de costes cada vez más elevados, y, ante la evidencia de que no se pueden repercutir, son bastantes los que toman la decisión de abandonar. Por eso vamos a impulsar la redacción de un plan estratégico para repensar el sector. Queremos que nos plantee las ineficiencias actuales y las líneas que deberíamos seguir para revitalizar la actividad y, sobre todo, como digo, mejorar la rentabilidad de las empresas, que es el objetivo principal.

¿Se sienten abandonados por parte de las diferentes administraciones?

Estamos recibiendo apoyo por parte de la Generalitat para la internacionalización, principalmente para la asistencia a ferias tan importantes para nosotros como son Cevisama o Verona. Pero, en cambio, nos hemos quedado fuera de las ayudas del Gobierno central para las empresas intensivas en el uso de la energía, cuando para nuestro sector es uno de los gastos más elevados, dado que consumimos mucho tanto en la extracción de la piedra como en la posterior manipulación de la misma.

¿Van a incidir en este aspecto?

Por supuesto. Considero que ha llegado la hora de que la sociedad nos eche un cable y le devuelva al mármol lo mucho que ha aportado a la provincia de Alicante en los últimos cincuenta años, porque no hay que olvidar que este ha sido un sector muy potente que ha contribuido de forma decisiva a la economía de este territorio durante mucho tiempo.

¿Cuál es la situación en la que se encuentran las canteras de Monte Coto, de las que dependen la mayoría de las empresas?

Ahí tenemos otro de los asuntos en los que trabajar, principalmente porque es necesario dotar de una mayor seguridad jurídica a las compañías a través de los planes generales de ordenación urbana de los municipios de la zona, y también por medio de un plan especial centrado directamente en el Monte Coto que evite situaciones anómalas.

Luis Horcajuelo, presidente de Mármol de Alicante.

Luis Horcajuelo, presidente de Mármol de Alicante. / TONY SEVILLA

En los últimos tiempos la sostenibilidad se ha convertido en un factor esencial para los diferentes sectores productivos. ¿También en el caso del mármol?

Efectivamente, también estamos trabajando en este tema. Una de las prioridades es encontrar una ubicación adecuada para los residuos de barro que genera la actividad, depositándolos en pequeñas canteras que estén inactivas y que pueden someterse con ello a un proceso de restauración. También estamos realizando acciones para reducir la huella de carbono.

¿El sector cuenta con una adecuada representación ante los diferentes organismos?

En la Comunidad Valenciana sí, gracias a Mármol de Alicante, que ejerce de patronal autonómica. El problema es que no tenemos una asociación similar a nivel nacional que represente al conjunto del sector de la piedra. Y es ahí donde también vamos a realizar gestiones, porque necesitamos una entidad potente que ejerza de interlocutor ante los diferentes ministerios y que, por ejemplo, también sea capaz de captar ayudas de instituciones como el ICEX, entre otras. Además, se da la circunstancia de que en estos momentos se está tramitando un anteproyecto de ley de minas, y necesitamos estar muy presentes para defender nuestros intereses y realizar las aportaciones que consideremos oportunas.

Mármol de Alicante forma parte de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV), organización que en los últimos tiempos ha vivido una serie de tensiones con la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (Uepal). ¿Piensa que habría que reconducir las relaciones?

No he estado muy al tanto de lo sucedido, pero lo que tengo claro, como filosofía, es que la unión hace la fuerza y que es mucho mejor que trabajemos juntos para conseguir objetivos comunes que vayamos por separado.

¿Y qué opina de las críticas que han recibido los empresarios en las últimas fechas desde la parte de Unidas Podemos en los gobiernos central y autonómico?

Los partidos que tienen una ideología de lucha de clases ven a los empresarios como los malos de la película, lo cual me parece, intelectualmente, una actitud muy infantil, sobre todo porque el sistema es el que es y todo el mundo forma parte de él desde hace más de dos siglos. Por otro lado, no puedo entender de ninguna manera las críticas que se han vertido contra Juan Roig, con todo lo que ha hecho este empresario por la salud económica y social de España.