Las familias de la Comunidad Valenciana destinan a alimentos 1.247 euros más que antes de la pandemia

Hasta el 80% de los productos de la cesta de la compra se han encarecido en el último año, según un informe del Pateco

Uno de los puestos de frutas del mercado central de Benidorm.

Uno de los puestos de frutas del mercado central de Benidorm. / David Revenga

David Navarro

David Navarro

Aunque ha sido en los últimos meses cuando el problema se ha hecho más evidente, lo cierto es que desde que estalló la pandemia el precio de los productos básicos no ha dejado de crecer, lo que se ha traducido en un considerable incremento del esfuerzo que deben realizar los hogares para llenar la despensa. En otras palabras, que el dinero cada vez cunde menos en el supermercado y la cesta de la compra cada vez se lleva un mayor porcentaje de los sueldos.

Y no se trata de una cantidad menor. Si se tienen en cuenta las previsiones para  este ejercicio, en tan solo cuatro años cada familia de la Comunidad Valenciana se habrá visto obligada a aumentar su presupuesto de alimentación en nada menos que 1.247 euros anuales. Al menos esos son los cálculos que realizan los técnicos del Pateco, el organismo dependiente del Consejo de Cámaras de Comercio, que ha analizado el impacto de la inflación en la economía doméstica de los hogares de la autonomía.

De acuerdo con estas estimaciones, en términos generales la subida del IPC en todos los segmentos –incluida la gasolina o la electricidad- supuso que una familia media tuviera que destinar en 2022 hasta 1.717 euros más para adquirir los mismos bienes y servicios que un año antes. Y, de esta cantidad, aproximadamente un tercio -525 euros- se debió específicamente al encarecimiento de los alimentos y bebidas.

Verduras en un puesto de un mercado de la provincia.

Verduras en un puesto de un mercado de la provincia. / David Revenga

De esta forma, el gasto total en este concepto ascendió a 5.089 euros por hogar, o lo que es lo mismo, al 17,1% de toda la renta disponible. Una cifra que supone un aumento de tres puntos sobre el peso que este mismo componente tenía en los presupuestos familiares en 2019, antes de la llegada del coronavirus y del resto de acontecimientos que han provocado el descontrol de los precios.

Para dar una idea de la extensión del problema, los autores del estudio han revisado la evolución de los 674 productos registrados en el Panel de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura y han comprobado que hasta el 80% de los alimentos y bebidas incluidas subieron su precio de venta, en algunos casos por encima del 40%, como sería el caso de las harinas.

Pero la cosa no se queda ahí. Para este año, los cálculos del Pateco estiman que la cesta de la compra supondrá un desembolso adicional de otros 304 euros, de acuerdo con las previsiones de inflación que contemplan los principales gabinetes de estudios, como el de Funcas, que asumen que los alimentos subirán otro 8,7%. Unos cálculos que ya incluyen el efecto de la rebaja del IVA de algunos alimentos básicos. Y, si a esa cantidad se suman los incrementos de la segunda mitad de 2020 y el que se produjo en 2021, se alcanza la citada cifra de 1.247 euros

Familias vulnerables

A pesar de que la inflación es un problema que afecta a todos, el estudio recalca que son los hogares con menos ingresos los que más lo sufren, ya que para ellos supone un porcentaje mayor de su presupuesto. Por ejemplo, aquellas familias cuya principal fuente de ingresos son los subsidios o prestaciones por desempleo destinan hasta cuatro puntos más de su renta que la media a alimentación. Y en el caso de los pensionistas, la cesta de la compra también se lleva dos puntos más de sus ingresos totales.

Un puesto de alimentación.

Un puesto de alimentación. / David Revenga

Los autores del informe recuerdan que la alimentación forma parte del grupo de gastos que se considera que no son aplazables, al igual que la vivienda o la sanidad. Por tanto, aquellas familias que de partida ya se dejan una mayor proporción de su salario en el supermercado, también son las que tienen menos margen para renunciar a otro tipo de gastos para ajustar el presupuesto cuando suben los alimentos.

 Por eso concluyen que el encarecimiento de la cesta de la compra está teniendo un efecto especialmente intenso para aproximadamente un 23,6% de los hogares de la autonomía –unos 480.000- que se encuentran en situación o en riesgo de pobreza.

En su última parte, el estudio también analiza el impacto que tendrá el denominado Bono Cesta de la Compra que ha puesto en marcha la Generalitat, y que consta de una tarjeta con 90 euros para gastar en productos básicos. Una cantidad que, según estas estimaciones, compensará el 9,1% de la hiperinflación de los alimentos en 2023.

Más cambios de compañía de luz y gas

El aumento de los precios provocó un considerable incremento de los ciudadanos decidieron cambiar de compañía eléctrica o de suministro de gas en un intento por controlar los gastos fijos del hogar. En el caso de la electricidad, el año pasado traspasaron su contrato hasta el 14,5% de los clientes, lo que supone cinco puntos más que dos años antes. En otras palabras, que los cambios de compañía se han disparado un 51%. En el caso del gas, los cambios de operador afectaron al 11,2% de los consumidores, un 61% más que en 2020, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.  Uno de cada cinco considera que el proceso fue difícil.