Los importadores abren vías para paliar en tres semanas la falta de papas

Los envíos de Escocia e Irlanda del Norte reducirán daños, pero la situación no se normalizará hasta diciembre

Lo anunciaron ayer con prudencia, insistiendo en que aún no hay nada hecho pero conscientes de que están abriendo vías para que en tres semanas la absoluta carencia de papas que podría prolongarse hasta diciembre, se vea reducida a la mitad en torno a mediados de septiembre. Las conversaciones iniciadas por los importadores de este tubérculo en los últimos días para minimizar el cierre del mercado inglés por una plaga de escarabajo de Colorado permiten albergar esperanzas. «Ahora bien, mañana que nadie piense que va a encontrarlas en el mercado a menos de tres euros el kilo», advirtió el presidente de la Asociación de Distribuidores de Papas de Gran Canaria (Adipa), Juan Luis Pulido.

A este empresario, que lleva más de 50 años en el negocio, le preocupa el abastecimiento de los ciudadanos, consciente de la importancia capital que este tubérculo tiene en el menú de los canarios, pero más aún el futuro inmediato de sus trabajadores. En torno a un millar de puestos de trabajo están en juego en esta crisis.

La llegada de los envíos desde mitad de septiembre permite aparcar los ERTE que se preparaban

«Son personas que llevan muchos años conmigo, que tienen hijos, ¿cómo les voy a decir que se vayan para casa?», lamentó en el momento de estallar la crisis. Ayer por la tarde, respiraba más tranquilo ante la posibilidad de que se alcance una solución. 

Aunque esta sea parcial, la entrada de papas permitirá a la veintena de empresas que operan en las Islas continuar con un nivel de actividad que permita reducir al mínimo el reajuste de plantilla o, incluso, prescindir de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).

«Si las papas llegan sobre el 15 de septiembre, por veinte días no se arruina nadie. Nos dedicaremos a reorganizar o pintar el almacén, ya veremos», respiró Pulido ante la posibilidad de no tener que prescindir de ninguno de sus trabajadores de manera inmediata.

Prudente esperanza

Esa esperanza la trufó con varios «vamos por el buen camino» que venían a explicitar que las conversaciones con los productores foráneos marchan de manera positiva pero no han entrado aún en la fase de formalizarse mediante la firma de los preceptivos contratos.

Escocia e Irlanda del Norte aparecen como posibilidades principales para conseguir traer papa de importación que logre evitar –«solo al 50%, no creemos que más», insistió el presidente de Adipa– la total ausencia del tubérculo hasta bien entrado diciembre. La mejora es evidente porque esa era la única posibilidad que aparecía en el horizonte hasta el sábado por la tarde. «Y si podemos rascar algo en Egipto, también», añadió Juan Luis Pulido. Dinamarca es otra de la plazas exploradas, pero «antes de dos meses no enviarán».

Las nuevas ‘rutas’ evitan solo el 50% del problema

Otra cosa es el precio. La carestía a la que se enfrenta la comunidad autónoma no ha pasado desapercibida para los mercados, que intentarán explotar esa debilidad para encarecer el producto. «Todo el mundo quiere aprovechar su momento, pero mientras no se vayan mucho», expuso el presidente de los importadores de papas.

Por tanto, papas baratas no va a a haber hasta que empiece a recogerse la producción local y de otros lugares para propiciar una estabilización. En cualquier caso, de cristalizar la solución apuntada ayer por Pulido, se evitará que los consumidores tengan que asumir costes desorbitados.

Adipa dio la voz de alarma al final de la semana pasada. El jueves, el Ministerio de Agricultura cerró el comercio de papa con Inglaterra. Desde principios de año las autoridades de aquel país luchaban por controlar una plaga de escarabajo de Colorado de la que dio cuenta la Organización Europea y Mediterránea de Protección Fitosanitaria (Eppo).

Inglaterra lucha contra la plaga desde principio de este año

Las medidas adoptadas no han servido para poner coto a la proliferación de un coleóptero que podría causar graves daños al campo canario en caso de que se mantuviera la importación de papas inglesas. Por eso el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales británico (Defra) puso en conocimiento de las autoridades españolas la gravedad de la situación.

El problema es que el cierre de esa línea comercial ha llegado en un momento en que la producción local es prácticamente inexistente. Se volverá a plantar el mes próximo y no será hasta diciembre o enero cuando el campo canario sea relevante en el abastecimiento de este producto. Lo mismo ocurre con mercados alternativos como el israelí. De ahí las muchas complicaciones en la búsqueda de soluciones.

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